De esta forma, el monto acumulado de esta especie es de u$s1.197 millones, aún muy lejos del objetivo de u$s3.000 millones pautado para esta serie. Es decir, al BCRA aún le restan colocar u$s1.803 millones.
La serie 3 sigue sin recibir gran demanda por parte de los importadores. A raíz de ello, como contó este medio, el BCRA decidió espaciar las subastas: tenían frecuencia semanal, pero este mes realizó apenas dos. De hecho, este jueves el Central anunció que la próxima operación se realizará en la semana del 6 de mayo.
Ocurre que las características de la serie 3 la hacen menos atractiva que las anteriores para los importadores. Los bonos de esta serie están habilitados para su transferencia y negociación en el mercado secundario, devengan intereses en dólares a una tasa de 3% nominal anual y se amortizan en tres cuotas trimestrales, desde noviembre de 2025 hasta mayo de 2026. Pero hay dos elementos de su estructura que le juegan en contra: por un lado, tiene plazos de amortización más largos que la serie 2 (que recibe flujo de divisas desde mediados de este año) y, por otro, no incluye los beneficios fiscales que tenía la primera (que no pagaba impuesto PAIS y puede utilizarse para cancelar obligaciones con la AFIP).
Otro factor que le restó atractivo fue la compresión de la brecha cambiaria, que hizo que a los importadores eventualmente les resultara más conveniente correrse del mercado oficial y comprar contado con liquidación (CCL) para saldar sus deudas antes que suscribir la serie 3 del BOPREAL y descargar el título en el mercado secundario, según consideran algunos analistas.
Confirmado: se amplía el BOPREAL para el pago de utilidades y dividendos
Hasta aquí, las subastas de la Serie 3 han estado abiertas a todos los importadores con deudas por importación de bienes y servicios al 12 de diciembre de 2023, hayan o no inscripto los saldos pendientes de pago en el Padrón de Deudas Comerciales por Importaciones con Proveedores del Exterior.
Pero ahora, el BCRA confirmó que está evaluando “la posibilidad de abrir la suscripción en las próximas licitaciones para empresas que requieran distribuir utilidades y/o dividendos a accionistas no residentes, concepto que ha requerido de conformidad previa del BCRA para el acceso al Mercado Libre de Cambios desde septiembre de 2019”.
La ampliación apunta a otra vía de demanda potencial de divisas cuando se abra el cepo cambiario. ¿De qué magnitud? Una alta fuente oficial le dijo a Ámbito que aún no tienen estimaciones certeras sobre los giros de dividendos y utilidades adeudados. Según cálculos privados, las empresas podrían demandar entre u$s3.000 millones y u$s7.000 millones para este fin. Aunque para saber el número preciso podría necesitarse la elaboración de un padrón similar al que se realizó para los pasivos comerciales.
Lo cierto es que hay que ver si efectivamente las compañías están interesadas en tomar un bono para a futuro girar dividendos en lugar de esperar al momento en que el Gobierno decida avanzar en la remoción de las restricciones.
Al respecto, en el BCRA afirman que la idea de ampliar el BOPREAL para este fin surgió de consultas de algunas empresas. Aunque reconocen que el apetito por apelar a esta opción no sería generalizado, creen que el hecho de que la apertura del cepo no está a la vuelta de la esquina podría volverlo atractivo para un conjunto de compañías. Un alto funcionario lo explicó así en diálogo con este medio: “Algunos, como los que consultaron, deben ser más conservadores y evaluar que aún la evaluación de riesgos no justifica permitir el repago de deudas con afiliadas y distribución de dividendos, y dada la acumulación prefieren no tomar ese riesgo e incertidumbre. Otros menos técnicos quizá se convencen de que pronto van a poder acceder y se la juegan a esperar”.