En ese marco, el BCRA ratificó lo que había adelantado este medio días atrás. Se ofrecerá el BOPREAL como vía de salida para las empresas que acumulan saldos a pagar de utilidades y dividendos correspondientes a los últimos años. Es el mismo mecanismo que se utilizó para la deuda comercial: una búsqueda de "ordenar" hacia delante el flujo de demanda de divisas para este fin, de cara a la apertura del cepo, además de aspirar pesos de la economía.
Hasta aquí, las subastas de la Serie 3 han estado abiertas a todos los importadores con deudas por importación de bienes y servicios al 12 de diciembre de 2023, hayan o no inscripto los saldos pendientes de pago en el Padrón de Deudas Comerciales por Importaciones con Proveedores del Exterior.
Pero ahora, el BCRA confirmó que está evaluando “la posibilidad de abrir la suscripción en las próximas licitaciones para empresas que requieran distribuir utilidades y/o dividendos a accionistas no residentes, concepto que ha requerido de conformidad previa del BCRA para el acceso al Mercado Libre de Cambios desde septiembre de 2019”.
La ampliación apunta a otra vía de demanda potencial de divisas cuando se abra el cepo cambiario. ¿De qué magnitud? Una alta fuente oficial le dijo a Ámbito que aún no tienen estimaciones certeras sobre los giros de dividendos y utilidades adeudados. Según cálculos privados, las empresas podrían demandar entre u$s3.000 millones y u$s7.000 millones para este fin. Aunque para saber el número preciso podría necesitarse la elaboración de un padrón similar al que se realizó para los pasivos comerciales.
Lo cierto es que hay que ver si efectivamente las compañías están interesadas en tomar un bono para a futuro girar dividendos en lugar de esperar al momento en que el Gobierno decida avanzar en la remoción de las restricciones.
Al respecto, en el BCRA afirman que la idea de ampliar el BOPREAL para este fin surgió de consultas de algunas empresas. Aunque reconocen que el apetito por apelar a esta opción no sería generalizado, creen que el hecho de que la apertura del cepo no está a la vuelta de la esquina podría volverlo atractivo para un conjunto de compañías. Un alto funcionario lo explicó así: “Algunos, como los que consultaron, deben ser más conservadores y evaluar que aún la evaluación de riesgos no justifica permitir el repago de deudas con afiliadas y distribución de dividendos, y dada la acumulación prefieren no tomar ese riesgo e incertidumbre. Otros menos técnicos quizá se convencen de que pronto van a poder acceder y se la juegan a esperar”.