En lo que respecta a la Fed, los comentarios de línea dura de sus responsables políticos, sumados a la solidez de los fundamentales internos, indican en principio que las perspectivas de un "aterrizaje suave" no han disminuído en lo absoluto. En este escenario, y teniendo en cuenta una inflación persistente, la probabilidad de un recorte de los tipos de interés en la última parte del año siguió aumentando significativamente.
En cuanto a esto último, el presidente de la Fed de Atlanta, Raphael Bostic, prevé que la inflación estadounidense alcance el 2% de forma más gradual de lo previsto, pero no se apresura a recortar los tipos. El presidente de la Fed de Nueva York, John Williams, cree que las decisiones de la Fed se basan en datos positivos y en la fortaleza de la economía, y añade que no hay subidas predeterminadas y que si los datos indican tipos más altos, la Fed podría ajustarse en consecuencia. Por la misma razón, la gobernadora de la Fed, Michelle Bowman, sostiene que los esfuerzos por reducir la inflación pueden haberse topado con un muro, lo que deja incertidumbre sobre los tipos de interés.
Mientras tanto, la herramienta FedWatch de CME Group sigue viendo un recorte de tipos en la reunión del 18 de septiembre de casi el 65%. Las probabilidades de un recorte de tipos se sitúan en el 85% para la reunión del 18 de diciembre. Ambos indicadores son significativamente superiores a los de hace un mes.
En Europa, los responsables de la fijación de tipos del BCE acentuaron su convicción de que sería apropiado un recorte de tipos en algún momento del verano (junio). De hecho, Robert Holzmann, miembro del Comité Ejecutivo del BCE, advirtió contra la especulación prematura sobre posibles recortes de tipos en 2024, citando la diferente dinámica de la inflación entre Europa y Estados Unidos. El miembro del Comité Ejecutivo del BCE, Piero Cipollone, expresó sus expectativas de volver a la senda del 2% el próximo año y alcanzar el objetivo a mediados de 2025. Si los datos de junio y julio lo confirman, podría considerarse la posibilidad de suavizar las medidas restrictivas en 2024.
Por otra parte, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, afirmó esta semana que el banco tiene intención de bajar los tipos en un futuro próximo, a menos que se produzcan acontecimientos significativos inesperados. También sugirió que era prematuro que el BCE reconsiderara su objetivo de inflación del 2%, ya que sus esfuerzos por controlar el aumento de los precios seguían en marcha. Lagarde señaló que se prevé que la inflación en la Eurozona siga disminuyendo, y que el BCE podría reducir los tipos de interés si se cumplen sus criterios de crecimiento de los precios, establecidos desde hace tiempo.
En conjunto, los fundamentos económicos comparativamente débiles de la Eurozona frente a la solidez de la economía estadounidense refuerzan la previsión de un Dólar más fuerte a corto y medio plazo. Esto es especialmente cierto dada la probabilidad de que el BCE recorte los tipos antes que la Fed. En tal situación, se prevé que el EUR/USD experimente un descenso más significativo a corto plazo.
Perspectivas técnicas del EUR/USD
La ruptura del mínimo de 2024 de 1.0601 (16 de abril) puede ser señal de una vuelta al mínimo de noviembre de 2023 de 1.0516 (1 de noviembre), antes del mínimo semanal de 1.0495 (13 de octubre), el mínimo de 2023 de 1.0448 (3 de octubre) y el nivel redondo de 1.0400.
Al alza, se prevé que el EUR/USD encuentre la primera resistencia en la crucial media móvil simple (SMA) de 200 días en 1.0817, seguida del máximo de abril en 1.0885 (9 de abril), el máximo de marzo en 1.0981 (8 de marzo) y el máximo de 1.0998 (11 de enero), todo ello antes de alcanzar la barrera psicológica de 1.1000.
A más largo plazo, mientras se mantenga por debajo de la SMA de 200 días, se espera que prevalezca la presión bajista.