El cierre de la semana financiera fue dominado por dos factores, uno externo (malos balances en Wall Street) y otro interno (nueva señal de desaceleración en un índice de inflación todavía muy alto). Estos dos factores llegan con señal opuesta en la tasa de interés: los inversores internacionales esperan que la Fed mantenga su tasa base alta por más tiempos y los ahorristas locales están tratando de digerir otro recorte en la tasa de interés interna. Con todas esas señales contradictorias y desafiantes, la Bolsa de Nueva York tuvo un mal día y una mala semana, mientras que la plaza financiera argentina perdió la euforia con la que venía: los dólares libres subieron apenas, con un mínimo toque alcista en el crawling peg, los bonos bajaron, el riesgo país volvió a subir, y las acciones argentinas no se salvaron ni en Buenos Aires ni tampoco los ADR que operan en Nueva York. Mientras los gremios y la oposición política zamarrean bombos de guerra como si todo estuviera por saltar por los aires, el INDEC sorprendió a propios y extraños al anunciar que la inflación de marzo fue del 11% (la variación mensual más baja desde octubre del año pasado). Con esto, la suba de los precios acumuló un aumento del 287,9% en los últimos 12 meses. Y lo peor del caso es que la canasta básica trepó casi 12%, por lo que una familia tipo necesitó de nada menos que $773.385 en marzo para no ser pobre. Con críticas de todos los colores, pero entendiendo que las decisiones económicas que se están tomando forman parte de un proceso necesario para desarmar la bomba económica que dejaron los Fernández y Sergio Massa, hubo un sinnúmero de voces señalando que hay indicadores que van en buena dirección. En un momento en el que una gran cadena de supermercados hace anuncios congelando muchos precios de sus productos por 90 días para ver si recupera clientes, la consultora Econviews indicó que en la primera quincena de abril la inflación acumula es de apenas 2%. Y Sergio Berensztein, de la consultora D'Alessio Irol Berensztein, dijo que para el tamaño de ajuste que se está haciendo, tanto Milei como toda la gente de su especio tiene niveles de imágenes positiva que ningún político opositor logra alcanzar. Esta situación local se da mientras en EE.UU. hay preocupación porque la inflación está tardando en bajar y, además, llegaron balances con malos números a la Bolsa de Nueva York. Y con eso hubo una leve baja para las tasas largas de EE.UU.: se pagó 5,1% anual a 1 año de plazo, 4,5% a 5 años, 4,5% a 10 años y 4,6% a 30 años. Por lo que en el exterior el dólar subió 1,3% en México, 1,2% en Chile, 0,9% contra la libra, 0,8% contra el euro y 0,5% en Brasil y no cambió en Japón y China. A nivel local los ahorristas se van amoldando a una tasa aún más negativa para los plazos fijos y los fondos money market. El BCRA le paga a los bancos 70% anual por los pases y los bancos pagan a los ahorristas en plazos fijos entre 58% y 68% anual, con rendimientos claramente negativos contra la capacidad de compra, pero que parecen sostenibles para esta temporal pax cambiaria, que cerró la semana con alguna insinuación alcista. Con este marco y con un dólar exportador a $ 941,14, el BCRA compró US$ 193 millones en el mercado y al final del día la autoridad monetaria logró sumar reservas por US$ 137 millones, por lo que algunas consultoras ya afirman que está en terreno positivo, desde el abismo en rojo que dejó Massa por US$11.000 millones hace apenas 100 días. Luego de esta nueva baja de tasas, los dólares tuvieron una leve reacción: el dólar blue subió $5 hasta $1.005, el Senebi subió $2,96 hasta $1.052,65, el MEP subió $6,15 hasta $1.005,55 y el contado con liquidación subió $2,41hasta 1.052,64. Por lo que la brecha entre oficial y blue fue del 10% y la del CCL con el mayorista fue del 21%. Pero por más que el BCRA tenga más reservas y que el dólar se encuentre bastante tranquilo, el mercado marca un "tic tac", ya que Milei necesita con urgencia que se mejores los ingresos de la gente, para que el clima social se aplaque, y que el nuevo paro y todas las actividades de lucha escalonadas que programaron la CGT y varios gremios no se conviertan en una mecha peligrosa. De hecho, después de que el FMI le cerrara la puerta a fondos frescos, y sin anuncios luego de la reunión con el BID, Milei estuvo ayer con Elon Musk, sin que se realizaran anuncios concretos de inversión de ningún tipo. Es como que se repite en todas partes la drástica frase que le dio Lula a Alberto Fernández cuando fue a pedirle ayuda: "Los queremos mucho a los argentinos, pero plata no hay". Para que la inversión empiece a fluir es necesario que el cepo cambiario sea eliminado, y esa decisión no puede concretarse sin tener suficientes reservas en el BCRA como para poder frenar cualquier presión sobre el tipo de cambio. Además de tener riesgo de corrida si un presunto levantamiento del cepo no viene acompañado de reformas estructurales, que por el momento no salen ni del Congreso, ni desde los gremios. Por eso, la euforia que venía registrándose con los títulos argentinos tuvo otro día con las luces apagadas. Con más negocios, los bonos argentinos perdieron otro 1,2% y el riesgo país subió otras 41 unidades hasta 1.331 puntos básicos, por lo que el país se está alejando nuevamente de la posibilidad de acceder al crédito voluntario internacional, algo que será muy necesario a partir de 2025 (año electoral). En papeles privados tampoco hubo una buena situación. Por malos balances (esencialmente de los bancos grandes) y temor a una inflación pegajosa y a tasas de interés que tarden mucho tiempo en bajar, la bolsa de Nueva York bajó fuerte: el Dow perdió 1,2%, el S&P 1,5% y el Nasdaq 1,6%. Y detrás de eso, la Bolsa de San Pablo bajó 1,1% y la de México retrocedió 0,5%. Y en el mercado bursátil local pasó algo parecido. Con $19.716 millones operados en acciones y $16.641 millones en Cedears, la Bolsa de Buenos Aires bajó 1,2%. Mientras que las ADR argentinas que se transan en NY mostraron una baja en bloque del 1% al 7% para Despegar, Edenor, IRSA, Mercado Libre, Central Puerto, Francés, Telecom, Cresud, Supervielle, TGS, Pampa E, YPF y Loma Negra. En este momento, la tasa de la Fed parece llevar de la nariz a todos los números. Frente a eso, el petróleo bajó 0,1% y los metales preciosos estuvieron en descenso. Sin embargo, por la tensión bélica, los metales básicos siguen sostenidos, mientras que los granos mostraron un día de consistente recuperación tanto en Chicago como en Rosario. Y la gran decepción del cierre semanal estuvo en el mundo cripto: con mucha concentración y cerca del halving, hubo una caída del 5,1% para el Bitcoin, con derrumbes de hasta el 22% en el resto de los valores de ese panel. |