Además de toda esta coyuntura, se conoció un dato complicado en la economía norteamericana. El IPC en marzo subió 0,4% en EE.UU. en el mes y un 3,5% año a año, contra estimativas de un aumento mensual de un 0,3% y un 3,4% año a año.
Este cambio de tendencia elevó las tasas largas norteamericanas al mayor nivel de este año, convenció a los inversores de que tardará todavía más tiempo la tan esperada baja de tasas de la Fed, y en consecuencia Wall Street profundizó su rojo de los últimos días, generando preocupación en todos los mercados.
Y como si esto fuera poco, la tensión en Medio Oriente sigue creciendo. Israel mató a hijos y nietos del máximo líder de Hamas, hay mayor tensión con Irán, y detrás de eso el precio del petróleo volvió a empinarse, con el barril de crudo en Europa nuevamente por encima de los US$ 90: "Si Irán ataca desde su territorio, Israel reaccionará y atacará a Irán", dijo el ministro de Asuntos Exteriores israelí, Israel Katz, y eso gatilló todos los precios de la energía.
Con todas esas señales, la reacción que tuvo el mercado argentino fue claramente negativa. A apenas dos o tres semanas de empezar a liquidarse la cosecha gruesa (que deberá generar una fuerte abundancia de dólares y en consecuencia una debilidad en el precio de la divisa), los dólares libres dejaron de bajar, ya que son cada vez más los inversores que se preguntan si este ajuste de Milei puede llegar a ser sostenible en el tiempo.
Todos se preguntan si este superávit financiero logrado en el arranque es temporal, por licuación y postergación de pagos, y se termina convirtiendo en un vuelo de perdiz.
De ahí que junto con el cambio de humor en el mercado cambiario hubo baja para los bonos, suba para el riesgo país y también precios para abajo en la Bolsa, casi sin negocios, y con caída en bloque para los ADR argentinos que cotizan en Nueva York.
Para entender bien lo que está sucediendo debe decirse que ni bien se difundió el mayor dato de inflación de EE.UU., las tasas largas norteamericanas subieron y se aplanaron aún más: se pagó 5,2% anual a 1 año de plazo, 4,6% a 5 años, 4,6% a 10 años y 4,6% a 30 años.
"Se vuelve más difícil para el Fed defender el corte de las tasas en breve", dijo Chris Zaccarelli, director de inversiones de Independent Advisor Alliance. Y con este mayor premio en las tasas de la Reserva Federal, en el exterior el súper dólar subió contra todo: 1,3% en Brasil y Chile, 1,1% contra el euro y la libra, 0,8% en Japón, 0,3% en México y 0,1% en China. Y solo para entender el cuadro debe decirse que en Japón no había un dólar tan alto desde 1990.
En el mercado cambiario local también hubo impacto. Con el dólar exportador anclado en $ 938,10, el BCRA compró US$ 110 millones en el mercado, pero al final del día la autoridad monetaria sólo pudo sumar reservas por apenas US$ 4 millones. Y detrás de eso el dólar blue siguió sin cambios a $1.000, pero el Senebi subió $3,56 hasta $1.048,91, el MEP bajó 89 centavos hasta $999,46 y el contado con liquidación subió $3,73 hasta $1048,91. Por lo que la brecha entre el oficial y el blue fue del 10% y la del CCL con el mayorista fue del 21%.
Con un clima negativo para los bonos, este jueves la Secretaría de Finanzas ofrecerá en una licitación una combinación de instrumentos del tesoro nacional. Los inversores podrán tomar posición en una letra del tesoro nacional capitalizable en pesos con vencimiento 14 de octubre de 2024 (s14o4 - nueva), en una letra del Tesoro nacional capitalizable en pesos con vencimiento 28 de febrero de 2025 (s28f5 - nueva), en un bono del Tesoro nacional vinculado al dólar estadounidense cero cupón con vencimiento 30 de junio de 2025 (tzv25 - reapertura) y en un bono del Tesoro nacional en pesos cero cupón con ajuste por CER vencimiento 15 de diciembre de 2025 (tzxd5 - reapertura).
Según como están las cosas, con tasas tan negativas en los bancos, se espera una elevada demanda por las Lecap, ya que parece estar esperándose una probabilidad importante a una nueva baja de tasas por parte del BCRA. Con todo ese marco, y con menos negocios, los bonos argentinos bajaron 3% nada menos que, por lo que el riesgo país subió 56 unidades, hasta 1.276 puntos básicos, alejándose nuevamente de la zona en la que el país podría llegar a tener nuevamente acceso a los mercados voluntarios de crédito.
Pero el pesimismo también inundó a los papeles privados. Con la inflación, con tasas más altas y con dudas sobre la Fed, hubo una nueva rueda en rojo en la Bolsa de Nueva York: el Dow bajó 1,1%, el S&P cedió 0,9% y el Nasdaq achicó 0,8%. Y detrás de eso, la Bolsa de San Pablo bajó 1,4% y la de México cayó 1,6%.
Y lo que ocurrió en el mercado bursátil local fue bastante parecido, a lo que se agregó que casi no hubo negocios. Con $12.059 millones operados en acciones y $6.897 millones en Cedears, la Bolsa de Buenos Aires bajó 1,5%. En tanto que los ADR argentinos que operan en Nueva York mostraron una suba del 3,6% para Despegar, pero luego bajas en bloque del 1% al 4,5% para Loma Negra, IRSA, Francés, Macro, Central Puerto, Supervielle, TGS, Edenor, Pampa E, Cresud, Telecom, YPF y Mercado Libre.
Con todo este mar de fondo, las materias primas reflejan que la tensión es grande. El petróleo subió 1,2%, los metales preciosos estuvieron hacia abajo por la suba de las tasas norteamericanas, los metales básicos actuaron mixtos, los granos tuvieron un buen día para e maíz y una mala rueda para la soja en Chicago, y recuperó valor el Bitcoin, que repuntó apenas 1,1% con panorama mixto para el resto de las criptomonedas.
Este viernes sale el índice de inflación que mide el Indec. El grueso de las consultoras lo ubican entre 12% y 13%, con un mínimo descenso contra el IPC de febrero. Ya comenzaron a aparecer consultoras privadas como EcoGo que estima una inflación de abril en 9,8%, por lo que el proceso de desinflación podría seguir. Pero será decisivo lo que ocurra en el Congreso. Otro revés de la política y de los gremios, resistiendo a que Argentina cambie la matriz de gasto del Estado puede apagar las luces de la fiesta libertaria antes de lo que muchos pudieron haber imaginado.