Por Carlos Manzoni. Mes a mes, el Gobierno de Javier Milei, suma un nuevo poroto a favor de su estimación –con la que coinciden algunos analistas privados– de que el año cerrará con un superávit comercial de US$15.000 millones. Luego de haber arrojado resultado positivo en diciembre y enero, la balanza volvió a mostrarse en verde en febrero pasado, con un saldo favorable de US$1438 millones. De esta manera, el país acumula en el primer bimestre del año un superávit comercial de US$2222 millones, producto de importaciones por US$8706 millones y exportaciones por US$10.928. Si se le suma el saldo positivo de diciembre –US$1018 millones–, mes en el que asumió la actual gestión, el superávit asciende a US$3240 millones. El dato de febrero fue publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos, en su habitual informe mensual de Intercambio Comercial Argentina (ICA). En el mismo también se indicó que “este resultado se produce en un contexto de reducción de precios tanto en las exportaciones como en las importaciones, acompañado de un aumento en el volumen de productos exportados y una disminución en la cantidad de productos importados”. Los rubros que empujaron las cifras de exportación en el segundo mes del año fueron los productos primarios –materias primas básicamente–, que crecieron 18,8%, respecto de igual mes de 2023 y representaron el 26,1% de las ventas externas, y las manufacturas de origen agropecuario (MOA), que aumentaron 8% y significaron 35% de la torta exportadora. En tanto, las manufacturas de origen industrial (MOI) cayeron 3,9%, y los combustibles y energía, 3,2%. Según detalló el Indec, en febrero, las exportaciones aumentaron 5,6% en comparación con el mismo mes del año anterior, con precios que disminuyeron 6,8% y cantidades aumentaron que 13,5%. Por el lado de las importaciones, lo que se vio fue una caída de 18,6%, en comparación con febrero de 2023, con precios y cantidades que disminuyeron 6,4% y 13,2%, respectivamente”, se especificó.
La economista Elisabet Bacigalupo, responsable de macro de la consultora Abeceb, dijo que la cifra de febrero estuvo en línea con lo que se esperaba, con un considerable superávit comercial, que duplicó el saldo positivo de enero, y completó un primer bimestre con US$2222 millones de superávit en contraste con igual período del año pasado, que mostró un déficit de US$200 millones. “Esto es oxígeno para el programa macroeconómico porque le habilita al Banco Central acumular reservas. Esta es una fuente genuina de generación de dólares”, comentó. Según Bacigalupo, esta tendencia positiva se va a extender a marzo y será la tónica de los próximos meses. “Este año promete cerrar con un superávit que, según nuestras proyecciones, será como mínimo de US$14.000 millones. Puede ser un poco más, dependiendo de la evolución de los precios internacionales. Mientras la Argentina esté en recesión vamos a tener un gran superávit fiscal, pero si se da lo que estimamos, de que empezará una recuperación en mayo, comenzaremos a ver un superávit más moderado”, analizó. Marcelo Elizondo, especialista en negocios internacionales, destacó que se confirma lo que se preveía para la primera parte del año: “Primero, suben las exportaciones, empujadas por una mejora de las primarias y las de origen agropecuario en general –con una cosecha que no será récord, pero sí mejor que la de 2023–; segundo, caen mucho las importaciones, por la recesión y porque aún no se regularizaron los pagos al exterior. Para Elizondo, se vislumbra en este primer bimestre lo que va a suceder todo el año. “Va a haber un superávit comercial holgado, de unos US$15.000 millones, que estará entre los tres principales superávit de la historia argentina (nominal y medido en dólares corrientes). No será tanto porque las exportaciones lleguen a niveles extraordinarios, sino porque las importaciones estarán en baja, hasta que pase la recesión y se suprima el cepo”, explicó. En tanto, para Luis Palma Cané, economista especializado en macroeconomía internacional, opinó que este resultado y el de los dos meses anteriores se explica por la variación en el valor del dólar. “Esto es el espejo de un tipo de cambio adecuado, al que se llegó con la devaluación. Antes estaba atrasado, por lo cual era más conveniente importar que exportar. En este nuevo escenario, las exportaciones empiezan a ser más rentables y las importaciones más caras”, afirmó el experto. El dato de febrero fue publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos, en su habitual informe mensual “Intercambio Comercial Argentina” (ICA). Allí también se indicó que “este resultado se produce en un contexto de reducción de precios tanto en las exportaciones como en las importaciones, acompañado de un aumento en el volumen de productos exportados y una disminución en la cantidad de productos importados”. Los rubros que empujaron las cifras de exportación en el segundo mes del año fueron los productos primarios –materias primas básicamente–, que crecieron 18,8%, respecto de igual mes de 2023 y representaron el 26,1% de las ventas externas, y las manufacturas de origen agropecuario (MOA), que aumentaron 8% y significaron 35% de la torta exportadora. En tanto, las manufacturas de origen industrial (MOI) cayeron 3,9%, y combustibles y energía, 3,2%. Según detalló el Indec, en febrero, las exportaciones aumentaron 5,6% en comparación con el mismo mes del año anterior. Además, se señaló que en términos desestacionalizados se observó un aumento de 2,5%, con precios que disminuyeron 6,8% y cantidades aumentaron que 13,5%. Por el lado de las importaciones, lo que se vio fue caída. Según el organismo estadístico oficial, bajaron 18,6% en comparación con febrero del año anterior. “En términos desestacionalizados, registraron una disminución de 3,6%, mientras que la tendencia-ciclo descendió 3,9% en relación a enero. Los precios y cantidades disminuyeron un 6,4% y 13,2% respectivamente”, se especificó. Para Luis Palma Cané, economista especializado en macroeconomía internacional, opinó que este resultado y el de los dos meses anteriores se explica por la variación en el valor del dólar. “Esto es el espejo de un tipo de cambio adecuado, al que se llegó con la devaluacion. Antes estaba atrasado, por lo cual era más conveniente importar que exportar. En este nuevo escenario las exportaciones empiezan a ser más rentables y las importaciones más caras”, comentó.
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