¿Cuál será el efecto sobre los consumidores de la apertura
de las importaciones de una parte de la canasta básica? Luego de que el
ministro de Economía, Luis Caputo, se reuniera con representantes de
cadenas de supermercados, el Gobierno anunció facilidades para importar
alimentos de la canasta básica, lo que podría resultar en un alivio en los
bolsillos de los consumidores para adquirir estos bienes.
“Entendemos que la economía de a poco se va normalizando y
en esta línea se ha tomado la determinación de abrir definitivamente las
importaciones de determinados productos de la canasta familiar en pos de
poder hacer los precios más competitivos en beneficio de las familias y de los
consumidores argentinos”, dijo este martes el vocero presidencial Manuel
Adorni en su habitual conferencia de prensa.
Sobre esto último, el economista Gabriel
Caamaño afirmó que la medida “debería redundar en mayor disponibilidad de
variedades y baja de precios de los productos locales”.
Por su parte, el economista Federico
Glustein aseguró: “Inicialmente, podemos pensar que va a ingresar una
fuerte oferta de alimentos más baratos, lo que podría ayudar a competir con los
precios locales que están altos en dólar (a CCL) y puede haber un alivio en los
bolsillos de los consumidores, tanto por el precio del bien importado como por
una baja o estabilización de los productos locales”.
Al menos, “en los grandes comercios como supermercados se
verá más, mientras que en comercios de proximidad el impacto será menor, hay
mucha influencia del consumo de cercanía, dependiendo del poder adquisitivo de
las familias. En este contexto, podríamos pensar que con un tipo de cambio cómo
el actual será favorable”.
“Lo que hay que sumar al análisis es de dónde salen las
divisas que son escasas para este tipo de medidas si se prolongan en el tiempo,
así cómo el impacto negativo en empleo local y sector poco competitivo de la
economía local”, sostuvo.
Eugenio Marí, economista Jefe de la Fundación Libertad y
Progreso, aseguró: “La apertura de la economía implica mayor competencia, y eso
beneficia a los consumidores con más variedad y menores precios. Y también a
los productores, ya que no hay que olvidar que casi 80% de las importaciones
son insumos productivos”
“A través del DNU, el Gobierno terminó con las licencias no
automáticas de importación y prohibió las restricciones cuantitativas para
importar. Es un gran avance para un país que desde el año 2002 se vino moviendo
con este tipo restricciones”, consideró.
“Estas trabas discrecionales eran lo más grueso en términos
de proteccionismo comercial, pero no lo único. Aún queda una maraña de
impuestos que encarecen los productos importados y restringen la competencia en
nuestro mercado. Hay productos de la canasta básica del siglo XXI que tienen
hasta 35% de arancel, impuesto PAIS del 17,5% y tasa estadística del 3%”,
detalló.
“A medida que el resultado fiscal de margen, es
imprescindible ir eliminando estos impuestos para empezar a ser una economía
más competitiva y aliviar el bolsillo de los consumidores. Pero no solo sobre
los bienes finales, sino sobre toda la cadena de producción. No hay que olvidar
que estos mismos impuestos recaen, en muchos casos, sobre los insumos que usan
las empresas argentinas, que entonces los deben comprar más caros. A la hora de
avanzar en la apertura económica no solo hay que avanzar en bajar los impuestos
de importación sobre los productos finales, sino también sobre los insumos para
justamente aliviar esta situación de los productores.”, sostuvo.
Desde su perspectiva, Rocío Bisang, economista de
EcoGo, dijo: “Apuntaría a que hay ver como se implementa, porque si bien suele
pensarse que apertura es igual a mayor competencia, depende mucho de la
estructura de cada mercado. Y tampoco es menor como se estructuran las cadenas
de distribución y el poder de mercado”.
“No me resulta obvio que una apertura de importaciones en
alimentos, que es una industria que en algunas ramas esta bastante concentrada,
con jugadores fuertes y capacidad de imponerse, signifique necesariamente una
baja de precios”, añadió.
Cabe destacar que, según EcoGo, en febrero, los aumentos de
alimentos rondaron el 3% semanal, mostrando una leve desaceleración respecto a
enero y en línea con lo registrado en noviembre del año pasado. Así, en el mes,
los alimentos y bebidas registraron una suba de 13,9%.
Las medidas
En detalle, desde el Ministerio de Economía informaron que
el BCRA reducirá el plazo de pago de importaciones de alimentos, bebidas y
productos de limpieza, cuidado e higiene personal: pasarán de un esquema de
pago en 4 cuotas a los 30, 60, 90 y 120 días a un plazo de pago en una sola
cuota a los 30 días.
Asimismo, se determinó suspender, por el plazo de 120 días,
el cobro de la percepción de IVA adicional e impuesto a las ganancias a las
importaciones de estos productos y de los medicamentos.
Entre los principales productos beneficiados se encuentran:
banana, papas, carne de cerdo, café, atún, productos de cacao, insecticidas,
shampoos, pañales, entre muchos otros productos.
En este marco, Caamaño indicó que hay un reconocimiento por
parte del Gobierno de que el comercio exterior aún no está normalizado y que
esos plazos de vuelven una traba/sobrecosto para importar.
La decisión se tomó tras una reunión de Caputo con
representantes de las cadenas Cencosud, Coto, La Anónima, Carrefour,
Chango Más y Día. Según fuentes del Palacio de Hacienda, en el encuentro Caputo
planteó que hubo “subas desmedidas” de precios en las últimas semanas
y que “no reflejan la nueva realidad económica”. INFOBAE
|