Un informe de Rubén Ciani para el Instituto
de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (ISEPCI) señala
que el mayor ingreso de divisas del campo constituye uno de los principales
factores que alientan en el Gobierno las expectativas de una recomposición de las reservas en 2024 y estima,
en base a las proyecciones, que caerá este año la liquidación respecto de las
expectativas.
Y es que el trabajo indica que "la producción de granos en Argentina viene de un 2023 afectado por una sequía extrema, una de las mayores en los
registros históricos, que redujo en un 35% el volumen producido y en 45% el
valor de sus exportaciones". Las cuentas para 2024 perfilaban como mínimo
una recuperación de reservas de u$s20.000 millones que no se pudieron exportar en 2023, pero señalan que, a
medida que avanza la presente temporada agrícola, esa
cifra tiende a reducirse a valores cercanos a la mitad.
Las últimas proyecciones para el
valor de exportaciones para 2024 (técnicamente base temporada 2023/24) se
ubican en torno a los u$s34.000 millones, comparada a u$s23.000 millones de
2023 y u$s41 millones en 2022. Así, solo se espera una
recuperación del orden de los u$s12.000 millones. "Las causas
son menor producción que la esperada y caída de precios", señalan.
Las reservas y la evolución de la cosecha
El informe indica que "el crecimiento de las reservas,
que al finalizar 2023 apenas superaban los u$s20.000 millones resulta
fundamental", no sólo por la pretendida dolarización del Gobierno,
sino también para el cumplimiento de los acuerdos con el Fondo Monetario
Internacional (FMI), la contención de la inflación, el pago de intereses y
amortizaciones de la deuda, etcétera".
El autor explica que el vínculo entre
exportaciones agrícolas y nivel de reservas, como factor para evitar una nueva
devaluación, asocia el flujo de las primeras con el nivel de las últimas.
Y, en este sentido, destaca que "el impacto agrícola en producción y
divisas no se acota al valor de exportaciones del sector, sino también a los
tiempos en los cuales el mismo liquide en la autoridad monetaria (BCRA) los
dólares de sus ventas al exterior".
En consecuencia, sostiene que es fundamental mantener
ordenadas las escasas reservas disponibles hasta alcanzar la liquidación de las
exportaciones del “campo”, dando en general como plazo el mes de abril,
cuando se liquida la cosecha gruesa. Sin embargo, advierte que hay dos factores adicionales que son clave:
el ritmo de ventas de los productores,
considerando la capacidad financiera y de escala productiva que tiene el sector
para dosificar sus ventas e ingresos de divisas,
los movimientos financieros de los
exportadores, que pueden anticipar ingreso de divisas en un esquema
cambiario estable, con incrementos pautados para el precio del dólar.
Los números calculan un nivel de ingresos menor este año
"En términos de producción de granos, la actual temporada en Argentina se desarrolla en un contexto de
recuperación con respecto a la temporada 2022/23, como ya fue comentado,
pero que fue afectado también por tiempo seco durante el mes de enero, cuando
se desarrollan los cultivos denominados de cosecha gruesa (soja, maíz,
sorgo)", destaca el informe publicado pro el ISEPCI.
Los números estimados se ubican en no menos de
10 millones de toneladas por debajo de la temporada ciclo 2021/22, previa
a la sequía y los volúmenes proyectados en febrero variaban dentro del rango de
130/123 millones de toneladas. Asimismo, indican que los precios de exportación
de los granos argentinos (medidos en términos FOB) registran una baja
interanual del orden de los 70 dls/tn, desde un promedio del orden de los 400
dls/tn en 2023 a una proyección para 2024 de 330 dls/tn.
"La variación de precios en los
próximos meses estará influenciada por cambios productivos en Sudamérica (abril
/ mayo), específicamente en la Brasil y Argentina, que conjuntamente conforman
la porción mayoritaria de oferta exportable mundial para soja y maíz",
apuntan. Y anticipan que, con posterioridad, el mercado se moverá siguiendo
en buena medida las condiciones climáticas en Estados Unidos, país que
cosecha en septiembre y aporta la otra porción de oferta de soja y maíz. La
evolución de los futuros de Chicago en los últimos meses muestra una tendencia
de baja para los precios.
Y, en este contexto, señalan que "la comercialización
de granos determina el ingreso de divisas al país durante el año".
Explican que, simplificando la operatoria, el circuito se inicia cuando los
productores venden (cuando fijan el precio) a los exportadores, estos últimos
ingresan las divisas al BCRA para pagar la operación.
"La experiencia de los últimos dos años, proyectan
cierta incertidumbre en relación a los movimientos de ventas por parte de
los productores. La cuestión es si la comercialización se regirá
con la estacionalidad asociada a los tiempos de cosecha o estará vinculada a
las presiones de los productores para devaluar", anticipan.
Sin embargo, aclaran que una situación alternativa
seria que los exportadores ingresen divisas en forma anticipada,
alentados por las condiciones del mercado cambiario y financiero, con tasas
positivas en dólares en el marco de una devaluación pautada del 2% mensual, con
el objetivo de obtener un beneficio financiero adicional. "En este caso,
los ingresos de divisas no se asociarán a las ventas de los productores, sino
que se mantendrán, según las expectativas devaluatorias", detallan.
Según el trabajo, en la temporada actual 2023/24, "los datos analizados no son contundentes para determinar los
parámetros que regirán en los próximos meses el ingreso de divisas, pero dejan
algunas condiciones para seguir el tema". Si bien los datos de
CIARA-CEC el ingreso divisas en noviembre/enero (trigo y cebada) muestran un
bajo registro porcentual sobre el total (11% contra 17% en 2021/22), en
términos de valor el mismo asciende a u$s3.800 millones, superando por 1.000
millones a las ventas de los productores, situación que refleja un ingreso
anticipado de divisas. ÁMBITO |