Por Javier Blanco - La presión bajista que enfrentan los precios de los dólares
libres, solo interrumpida el viernes en la previa del discurso presidencial
ante la Asamblea Legislativa y por la ola de rumores que se desató, se mantuvo
ayer, lo que dejó sus cotizaciones a un paso de perforar la barrera de los
$1000, algo difícil de imaginar algunos meses atrás.
Tanto el dólar paralelo o blue como los financieros, que incluyen
el tránsito fugaz por acciones o bonos para llegar a ellos, volvieron a
mostrarse ofrecidos y con retrocesos en sus precios que van del 0,5% al 2,3%,
lo que los acerca a quebrar el piso de los $1000.
El más cercano a perforar esa barrera es el dólar para operaciones
informales, en el marco de una manifiesta contracción monetaria y de una fuerte
caída de ingresos por parte de la población asalariada, que se ofreció a la
venta a $1010, es decir, a $5 menos que el valor de cierre de anteayer y por el
que se paga para la compra a $980.
Alcanzó así su valor nominal más bajo en más de dos meses desde
los $996 a los que se operaba el día posterior a la última Navidad. Y si se lo
mide en términos reales, es el valor más accesible en unos cuatro años. Así,
además, se distancia cada vez más del récord histórico nominal de $1255 que
alcanzó en la tercera semana de enero.
En igual sintonía se mueven el dólar MEP (operado entre locales) y
el dólar contado con liquidación (CCL), usado tanto para sacar como para
ingresar divisas en el país.
En el primer caso, cerró para la venta a un promedio de $1016,08 y
el segundo fue ofrecido a $1041,8 (aunque llegó a tocar los $1039), lo que hace
que la brecha cambiaria vuelva a un rango que va del 21 al 23%, muy próxima a
la alcanzada tras la primera semana de la administración Milei, una vez
dispuesta la devaluación del 54% del peso.
El telón de fondo para el mercado es la calma que deriva de las
sostenidas compras de reservas que realiza el Banco Central (BCRA).
La entidad, que ayer sorpresivamente aceleró el ritmo de ajuste al
alza del dólar mayorista oficial dejándolo subir $1 por primera vez al cabo de
una jornada hábil común en tiempos de Milei (de $844 a $845 para la venta),
captó otros US$84 millones mediante sus intervenciones, lo que eleva el total
de compras en lo que va del mes hasta los
US$455 millones y el acumulado desde el cambio de Gobierno hasta
los US$9019 millones.
Ese ingreso empujó a su vez un aumento en las reservas totales o
brutas de US$112 millones y las hizo cerrar en US$27.751 millones, según el
dato preliminar, el mayor nivel en la actual administración y desde el 13 de
septiembre último.
“Lo que sucede con los precios libres del dólar se podría decir
que es natural en la medida del cambio de expectativas que hubo y de lo
neutralizada que sigue parte de la demanda entre la maraña de regulaciones que
puso el Gobierno anterior y que, en varios casos, aún no se han removido”, dice
el analista Nicolás Chiesa, exdirector de Portfolio Personal Inversiones (PPI).
“Esto se da también en parte porque tanto la gente como las
empresas estaban dolarizadas y hoy a varios les faltan pesos. Entonces, a pesar
de que la tasa de interés pierde y mucho contra la inflación, también es mucho
lo que te perdés si te quedas con los dólares”, concluye.
Para Juan José Vázquez, de Cohen Aliados Financieros, que estos
dólares “estén desafiando el límite de los $1000 lo que muestra es
un fortalecimiento del peso”. Ahora ¿cómo se entiende frente a un peso que
pierde cada vez más poder de
compra?: “Porque una plaza que se había acostumbrado a la
abundancia de pesos pasó ahora a percibirlos como escasos”, describe.
“Hay varios factores jugando en esta fortaleza del peso: las
colocaciones de bonos del Tesoro y en especial las del Bopreal, que secaron de
pesos la plaza en el primer bimestre: el aumento de base monetaria en los
últimos meses fue superior al aumento de demanda de pesos por el impacto de la
inflación en los saldos monetarios de privados. Si a eso le sumás que los
privados fueron muy dolarizados a la elección y que la oferta importante de
cable por el 20/80 de liquidación de exportaciones presiona a la baja al CCL y
le agregás la expectativa que genera el próximo ingreso de la cosecha gruesa,
ahí entendés por qué algunos suman dólares a la oferta: temen luego tener que
venderlos más abajo”, explica finalmente.
Los analistas creen que las cotizaciones de los dólares libres
pueden caeralgomásaunqueseencuentran cerca de un punto de posible rebote o
equilibrio, algo que se develaría en las próximas semanas. Incluso no se
descarta que la tasa de aumento del 0,12% que le aplicó ayer el BCRA al cambio
oficial tenga que ver con una intención de que esa distancia se acorte más.
“Si se toma el dólar de referencia, que incluso cerró a $845,25,
el ajuste del día equivale a un aumento mensualizado del 3,6%”, observó el
economista Salvador Vitelli, de Romano Group, aunque juzga prematuro sacar
conclusiones por el movimiento de un día. “Hay que esperar los días siguientes
para confirmar cambio de tendencia”, sugiere.
En este contexto, la Bolsa porteña siguió ajustando (su índice
líder cayó 5,2% medido en pesos y 3,2% medido en dólares), con lo que acumula
un retroceso del 23% en el último mes, afectada también en parte por la caída
de los dólares financieros. Además hubo tomas de ganancias en los bonos de la
deuda, lo que recolocó el riesgo país por encima de los 1600 puntos: cerró en
1617, 27 unidades por encima del mínimo de 1590 marcado ayer.ß LA NACIÓN |