En el mes de diciembre, la actividad industrial registró una caída de 8,3% interanual y de
6,4% s.e. mensual respecto a noviembre. En ambas mediciones, se
evidenció una aceleración de la caída respecto de los meses previos, de forma que el cuarto trimestre del año fue el de peor desempeño,
con una contracción de -4,2% i.a. por la intensificación de las restricciones
en materia de acceso de insumos importados y la coyuntura macroeconómica.
Los datos adelantados de enero mostraron un menor desempeño por parte de la industria, con
una profundización de la caída en varios sectores. Los
datos se desprenden del informe realizado por el Centro de Estudios de la
Unión Industrial Argentina (UIA) a más de 700 empresas. Así, los
datos obtenidos en la I Encuesta 2024 UIA reflejaron este menor
desempeño industrial.
Por otra parte, se observó predominancia de las
empresas con caídas en los niveles de producción, ventas al mercado
interno, exportaciones y empleo, y el indicador MDI continuó con la
tendencia a la baja observada en los relevamientos anteriores.
Más allá de esta heterogeneidad, todos los sectores estuvieron atravesados por la dinámica
macroeconómica de falta de divisas y la elevada brecha cambiaria. El
BCRA administró la escasez de divisas frenando los pagos a las importaciones,
incrementando el stock de deuda comercial de las empresas. A lo largo del año,
las empresas manifestaron grandes dificultades con la gestión de SIRA y SIRASE,
así como con la imposibilidad de cursar pagos al exterior.
Factores que incidieron, según la UIA
El desempeño del año estuvo marcado por la heterogeneidad a
nivel sectorial. Hubo fuerte impacto de la sequía en las
actividades vinculadas a la agroindustria (alimentos y bebidas,
fertilizantes, biocombustibles y maquinaria agrícola) mientras que hubo ciertos
sectores que presentaron dinámicas positivas a partir de la maduración de
inversiones y la búsqueda de nuevos mercados como los vinculados al sector
automotor, a la energía y a la minería.
Esta situación fue relevada en las encuestas trimestrales
del CEU. Tanto el segundo como el tercer relevamiento indicaron mayores
dificultades en la importación de bienes y servicios necesarios para la
producción, con un empeoramiento en los tiempos de aprobación y los plazos de
pago. Finalmente, en el cuarto relevamiento de octubre, a pesar
de mantenerse las dificultades en la aprobación e importación de bienes y
servicios, hubo mayores dificultades en los plazos de pago a proveedores.
Esto desembocó en grandes tensiones en la relación con dichos
proveedores y mayor deuda comercial, tanto en montos como en porcentaje de
empresas endeudadas. El 81% de las empresas que importan bienes e
insumos indicaron tener deuda comercial, en contraste con el 35% registrado a
finales de 2021. Esta tendencia fue aún más pronunciada en el caso de
las PyMEs, donde el 79% reportó tener deuda comercial, frente al 26% registrado
a fines del 2021.
En este contexto de inflación alta y de elevada brecha
cambiaria se deterioró la competitividad y desalentó las exportaciones. Se buscó compensar esta situación con el programa de
incremento exportador que otorgaba tipos de cambios más altos por un tiempo
determinado. Sin embargo, las exportaciones cerraron con una fuerte
caída de 24%; unos USD -22.000 M menos que el año anterior.
La baja obedeció principalmente al complejo de oleaginosas y
cereales, pero también alcanzó a las exportaciones industriales, que
retrocedieron -13%. Aun así, las exportaciones industriales tuvieron un mejor
desempeño que las totales y permitieron compensar parcialmente la pérdida de
divisas, reforzando la importancia de diversificar la canasta de exportaciones.
El incremento en el nivel de precios observado en 2023,
junto a la política monetaria y fiscal impactaron en forma ambigua sobre el
consumo. Afectó al consumo masivo al tiempo que favoreció la adquisición de
bienes durables y el adelanto de compras como refugio de valor ante la falta de
instrumentos de ahorro.
Los salarios registrados del sector privado fueron
acompañando la dinámica de la inflación de forma que el poder adquisitivo se
mantuvo ciertos en ciertos segmentos, también impulsados por anuncios de
medidas en el contexto de las elecciones.
Las paritarias del sector registrado (con contratos cada vez
más cortos y condicionados a la inflación) permitieron sostener el poder de
compra. El salario total registrado creció 0,3% i.a. (excluyendo dic23). Como
resultado, el consumo privado creció 1,9% i.a. en los primeros 3 trimestres
del año (último dato disponible) y ayudó a mantener el nivel de la actividad
económica, compensando parcialmente la caída de la exportaciones -6,8% i.a.
(bienes y servicios a precios constantes) y el estancamiento de la inversión
(-0,4% i.a.).
Así, la evolución de la actividad industrial fue dispar a lo
largo del año, con mejor desempeño en la primera parte ( 2,1% s.e. semestral y
3,6% interanual) que en la segunda (-4,5% s.e. semestral y -2,5%
interanual). Esto se vio reflejado en el Monitor de Desempeño Industrial (MDI)
del CEU, que surge a partir de relevamientos trimestrales a empresas y que
anticipa la dinámica de la actividad industrial.
Sobre el mercado laboral
Respecto del mercado laboral, durante los primeros once
meses del año, el empleo asalariado registrado en el sector industrial registró
un incremento interanual de 3,1% ( 35.991 trabajadores), superando los niveles
de 2019 y ubicándose levemente por encima de 2018. Sin embargo, el ritmo de
crecimiento se desaceleró en la segunda parte del año con un menor dinamismo en
la serie sin estacionalidad. Mientras que la suba promedio entre enero y agosto
fue de 2.400 asalariados mensuales, de septiembre a noviembre la tendencia se
detuvo con una caída promedio mensual de -1.200 asalariados. En noviembre
(último dato disponible) el empleo industrial mostró su segunda caída mensual
en el año 2023.
Pese a las dificultades del entramado industrial, durante
los primeros nueve meses del año la cantidad de empresas industriales continuó
con la recuperación y se incrementaron en 2,3% i.a. ( 1.163 empresas). Sin
embargo, al igual que en los datos de empleo, hubo un menor dinamismo desde el
mes de septiembre. En perspectiva, tanto los indicadores de empleo como de
empresas se ubican todavía considerablemente por debajo de sus máximos: el
empleo industrial se ubicaba todavía 68 mil trabajadores por debajo del máximo
de 2013 (-5,4%) y la cantidad de empresas industriales 4.900 por debajo del
máximo de 2011 (-8,4%).
Sector por sector, qué dice la UIA
A nivel sectorial, 6 de los 12 sectores que componen el IPI
CEU registraron caída interanual durante el 2023 (en contraste con 2022 cuando
solo uno había caído).
• Entre los sectores que más cayeron se destaca Minerales no metálicos, dinámica a la baja durante todo el 2023
por una disminución en la demanda, seguido de Alimentos y bebidas, en un
año de caída a causa de la sequía.
• Entre los sectores que cambiaron la tendencia de
crecimiento anual, se encuentra Metalmecánica, con una caída interanual
impulsada por la baja en la producción de maquinaria agrícola y el sector de
autopartes. Asimismo, cayó Sustancias y productos químicos con fuertes
dificultades al acceso de insumos importados.
• A diferencia, se destacó el crecimiento anual del sector
Automotor, registrando el máximo nivel de producción desde 2014. Cabe destacar
que, de no considerarse la suba de este sector, el nivel general habría caído
-1,3%. Otros de los sectores con subas fueron Refinación de petróleo, impulsado
por la gran inversión de Vaca Muerta, y Papel y cartón, aunque su crecimiento
desaceleró con respecto al año anterior.
Este último fue impulsado únicamente por la producción de
papel de diario debido al abastecimiento relacionado con el año electoral. ÁMBITO |