Los mercados financieros de
Argentina transitan divergencias notorias que aceleran la cobertura de carteras en base a cierta tranquilidad cambiaria y proyección alcista en activos, en medio de tensiones
políticas y económicas.
Mientras la macroeconomía comienza a mostar indicios de
datos alentadores, como superávit financiero y comercial, el clima social se hace complejo con una pobreza
rondando el 60%.
El presidente Javier Milei asumió en diciembre con la idea de desregular la economía, lo que ha
disparado fuertes incrementos en las tarifas públicas y una inflación anualizada
por arriba del 250%.
Las promesas electorales incluyeron la dolarización con cierre del banco central
(BCRA), más la eliminación del déficit fiscal y la pulverización inflacionaria.
Argentina avanzará en un sistema de competencia de
monedas que incluya al devaluado peso local, dijo recientemente el
mandatario en una entrevista, luego de una reunión con una alta funcionaria del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Al mismo tiempo, el BCRA reafirma su racha
compradora de dólares en búsqueda de nivelar las reservas netas a
corto plazo, junto a un estricto control de cambios.
El Gobierno alcanza los famosos "superávit
gemelos": la mirada del mercado
"De la mano de una fuerte licuación del gasto
público, la devaluación y el mantenimiento del cepo (control cambiario),
el Gobierno logró alcanzar una meta que Argentina no obtenía desde hace 16
años: 'superávit gemelos', es decir, superávit en las
cuentas fiscales y en el intercambio comercial con el exterior", remarcó
el Grupo IEB.
"Encontramos que la reducción en el gasto
público junto con el apretón monetario desde el banco central
(BCRA) vienen acompañados de una reducción en el nivel de actividad económica
que (...) resulta funcional al control de la inflación, facilitando el acomodamiento de precios relativos", acotó.
"Tras varias décadas de alto déficit fiscal e
inflación, y estancamiento económico, los mercados y la sociedad requieren una señal muy fuerte respecto a que esta vez
la política económica será diferente, para anclar expectativas
inflacionarias y preparar el terreno para nuevas inversiones",
sostuvo la Fundación Mediterránea.
Acotó que "Argentina no tiene acceso a los
mercados internacionales de crédito, y en un futuro próximo se requerirá
financiamiento para la inversión y para lograr 'rollover' de la deuda con
acreedores externos privados, especialmente desde el año 2025, cuando dichas
obligaciones crecen en forma importante".
"El déficit fiscal ha dejado de ser
una fuente de emisión para el banco central, incluso el Tesoro ha
avanzado en recomprar títulos públicos en cartera de la autoridad monetaria, lo
que ha sido contractivo en términos de los pesos en circulación. Otra
importante fuente de absorción han sido las licitaciones de los
'Bopreal'", sostuvo Eugenio Marí, economista jefe de la Fundación Libertad
y Progreso.
Inversiones: en búsqueda de instrumentos rentables en
pesos
"Uno de los problemas que afronta el mercado es la falta de instrumentos de inversión rentable en pesos, por
eso el interés en los bonos 'Bopreal' (para cancelar importaciones), porque
ahora lo que más paga en dólares puede ser una 'Obligación Negociable' (ON) al
10% anual, muy poco frente al 5% que paga un bono de Estados Unidos",
explicó un asesor financiero de una correduría de Buenos Aires.
"Actualmente, la tasa de política monetaria se sitúa en
8,3% mensual, número muy inferior al nivel inflacionario cercano al 20% por
mes. Esto dificulta encontrar instrumentos de renta fija que
permitan ganarle a la inflación, o al menos en el corto plazo", dijo
Delphos Investment.
"En estas condiciones (coyunturales) es imposible dolarizar. Es un Gobierno que parecería que
deja abierta la puerta a una dolarización, la política económica de alguna
manera no contradice esa posibilidad, pero al mismo tiempo los que entendemos
de economía nos damos cuenta que es muy difícil hacerlo en este contexto",
declaró el economista Martín Rapetti.
"Para tener un rendimiento respetable (el
bono 'AL30') debería rendir entre el 12% y 18% anual, de esta forma
se desplomaría el riesgo país y Argentina estaría en las puertas de realizar
una operación 'repo' que le permita el ingreso de dólares vía
financiamiento", estimó el analista Salvador Di Stefano.
Inflación: la mirada de los economistas
"Nuestra estimación para febrero arroja una inflación núcleo de 13% (...) La misma todavía
dependerá de cómo termine la brecha (cambiaria) en lo que resta del mes. Hacia
adelante, la inflación se ubicaría debajo de 10% recién en mayo", estimó
la correduría Neix.
"Este escenario de baja en la nominalidad es
consecuencia de una reducción en la brecha, un nivel de actividad estancado,
una inercia que se reduce gradualmente y un posible cambio de régimen en las
expectativas. Obviamente, si vuelve a saltar el tipo de cambio y no se
quiebra la inercia inflacionaria, la variación de precios volvería a elevarse",
dijo.
"Llegar a una inflación de un dígito
tal vez se demore porque todavía tenés saltos previstos en precios
claves", aseguró el economista Luis Secco.
"Frente a un fogonazo inflacionario, los más afectados
son los que menos tienen, las políticas de ingresos intentan mitigar las
consecuencias. La inflación de diciembre, enero y probablemente febrero son las
que indican que la mayor parte del ajuste lo paga la clase media
y baja", aseguró el analista Christian Buteler. ÁMBITO |