El movimiento turístico del bimestre diciembre-enero
fue 13% inferior al del año pasado, el nivel más bajo de los
últimos 8 años, salvo el verano de 2021, que estuvo muy influido por la
pandemia, según un estudio realizado por la Fundación Mediterránea.
La participación del turismo internacional suavizó el
declive y en el trimestre noviembre-diciembre-enero el porcentaje de
extranjeros en hoteles de turismo promedió 38%, contra 32% en igual trimestre
de hace 12 meses, y el empleo en el conjunto de los diferentes rubros ligados
al turismo es todavía 9% superior a los niveles de prepandemia, con mayor
incidencia en provincias y localidades muy ligadas al movimiento turístico,
pero podría entrar en zona de riesgo, dice un trabajo de Marcos Cohen Arazi y Bautista Martina Baldi, investigadores
del Ieral de la Fundación Mediterránea.
Uno de las constataciones más llamativas del estudio es que
a pesar del mayor peso del influjo de turistas extranjeros y
la menor salida y menores gastos de turistas argentinos en el exterior, 2023
habría cerrado (no hay cifras definitivas aún) con un déficit sectorial de
divisas cercano a los USD 1.500 millones.
Turismo y divisas: 13 años en déficit
Más destacable aún es que se trata del décimotercer año consecutivo de déficit de divisas del
sector, que se inició en 2011 y acumuló desde entonces y hasta 2023
un rojo en dólares de nada menos que USD 29.958 millones, pese al enorme
potencial que se le asigna a la Argentina como destino turístico, al bajo poder adquisitivo internacional de gran parte de
la población argentina para hacer “turismo emisivo” y a lo relativamente barato
que durante muchos años pudo resultarle el país al turismo extranjero, por la
debilidad del peso.
“La aceleración inflacionaria,
con la consiguiente pérdida de poder adquisitivo que conlleva, sumado a la
fuerte incertidumbre sobre el futuro de la economía que dominó los últimos
meses de 2023 y los primeros del 2024 se anotan para explicar la (hasta ahora)
peor performance del turismo de verano en los últimos 8 años, exceptuando el primer verano en pandemia”, dice una de las
conclusiones del estudio, aunque –advierte- “el mes de febrero puede ayudar
a mejorar el registro”.
Respecto del turismo internacional, Cohen
Arazi y Baldi sostienen que gana participación respecto del
turismo interno, al punto que en 2023 la generación de divisas por
turismo receptivo habría alcanzado un nivel cercano a los USD 5.500 millones, entre los máximos de la última
década (se trata de una estimación preliminares). Mientras tanto, el turismo
emisivo creció mucho menos que el turismo y la conjunción de ambos desarrollos
acotó el déficit de divisas sectorial, que en algunos años había bordeado los USD 6.000 millones. AMBITO |