Viernes
23 - Por Sebastián Catalano - El juicio por la expropiación de YPF en
2012, durante el gobierno de Cristina Kirchner, entró formalmente en su
etapa de apelación en la Corte de Apelaciones del Segundo Circuito de Nueva
York.
Y el Gobierno de Javier Milei hizo la primera
movida en esta extensa causa de más de 8 años por la que el estado argentino ya
fue condenada a pagar la friolera de USD 16.000 millones, una cifra que además
se incrementa con intereses día a día. En las últimas horas se presentaron los
argumentos para evitar pagar el fallo condenatorio que el año pasado emitió la
jueza Loretta Preska, a cargo de una corte del sur de Manhattan que trató el
caso porque la petrolera cotiza en Wall Street. Básicamente, el estado Argentina
insiste en que el caso no debe tratarse en EEUU.
A ese estrado acudieron en 2014 dos accionistas minoritarios
que aseguran haber sido perjudicados por el accionar expropiatorio del
kirchnerismo y que le vendieron sus derechos de litigar al bufete inglés
Burford Capital, quien es el beneficiario principal del fallo de Preska.
En su presentación, los abogados del Estado local –Argentina
está representada en EEUU por el estudio Sullivan & Cromwell y la
estrategia la lleva adelante la Procuración del Tesoro, a cargo de Rodolfo
Barra– plantearon ante la Corte de Apelaciones que Preska podría haber cometió
un error al ejercer jurisdicción sobre casos “que involucran las demandas de
accionistas de una empresa argentina bajo la ley argentina contra la República
Argentina, ya sea por cuestiones de foro no conveniente o de reconocimiento de
leyes de otro país”.
“Si un tribunal extranjero permitiera a los demandantes
demandar al Gobierno de los Estados Unidos bajo la ley estadounidense por
conductas que ocurrieron en los Estados Unidos, creara una causa no previamente
reconocida por los tribunales estadounidenses, y luego dictara un fallo de más
de $2 billones (la proporción equivalente del gasto federal de los Estados
Unidos el año pasado), el Gobierno de los Estados Unidos, el sistema legal
estadounidense y la comunidad internacional estarían justamente sorprendidos”,
agregaron los abogados que representan a Argentina, según
recogió Sebastián Maril, CEO de Latin Advisors y especialista en esta
larga demanda contra Argentina (la empresa quedó fuera de la acusación el año
pasado).
El 25 de marzo Burford presentará sus argumentos en la
apelación.
Menos del 10%
“Son los argumentos iniciales para revertir 8 años de fallos
adversos. Es la primera presentación en la era Milei”, detalló en X Maril.
Se espera una audiencia que podrá darse en junio y según sus cálculos, basados
en los tiempos que suele tomarse ese tribunal, no habrá fallo antes de fines de
este año.
Además, el analista dejó un dato más que inquietante para la
pretensiones del país de revertir el fallo en la instancia de
apelación: “Según los datos publicados por US Courts, esta corte revierte
sólo el 9,4% de los fallos emitidos por las cortes del Distrito Sur de Nueva
York, donde se encuentra la Juez Preska”.
O sea, menos del 10 por ciento de chances según la
estadísticas judiciales de EEUU. Parece demasiado poco y, en ese contexto,
parte de la estrategia local seguramente pasará por ganar tiempo para negociar
mejor.
“En enero de 2017, Argentina e YPF, presentaron en la Corte
del Segundo Circuito una apelación para revertir el fallo de la Juez Loretta
Preska sobre la Inmunidad Soberana (FSIA) que poseía el país para expropiar la
petrolera en 2012. En julio de 2018, cerca de 18 meses más tarde, los jueces
Winter, Calabresi y Chin opinaron que la Juez Preska actuó correctamente en su
fallo inicial (Winter tuvo un disentimiento en un tema no relacionado con el
FSIA). Hoy, 7 años después de esta primera apelación, Argentina nuevamente
acude a la misma corte, esta vez intentando revertir siete (7) fallos emitidos
por la Juez Preska desde 2015, incluyendo el FSIA presentado en 2017″, detalló
Maril.
Embargos
A comienzos de enero, Preska confirmó que el país era pasible de embargos porque
no presentó activos como garantía mientras dura la apelación.
Así, eventualmente, activos locales en el exterior, en EEUU
u otros países, podrían pasar a manos del querellante. Aún no hubo noticias al
respecto de Burford, quien tendría que accionar formalmente en ese sentido. Los
lugares posibles para embargar no pueden ser, por ejemplo, embajadas u otras
dependencias diplomáticas. En uno de sus fallos, Preska ejemplificó diciendo
que los avales podrían ser parte de las acciones que el Estado tiene en YPF
(algo que tiene que autorizar el Congreso) y una vieja deuda que el Ente
Nacional Yacyretá tiene con el país por USD 2.000 millones.
Esos eventuales activos los tiene que encontrar y postular
el querellante. Podría ser desde regalías petroleras hasta aviones de
Aerolíneas Argentinas, pero en todos los casos deben contar con el visto bueno
de la justicia local. En su momento, un activo embargado –por el
juez Thomas Griesa, en la causa por los holdouts, en 2012– fue
la Fragata Libertad, que estaba en un puerto de Ghana, en África.
En los últimos días de 2023, Milei habló del caso. Aseguró
que “hay un problema porque la plata no la tenemos. No tenemos USD 16.000
millones para pagar. Sí tenemos el willing to pay, la voluntad de
pagar”. Fue la primera vez que a lo largo de esta extensa demanda –que atravesó
los gobiernos de Cristina Kirchner, Mauricio Macri, Alberto
Fernández y ahora Milei– un presidente argentino habló de intenciones de
pagar.
No sólo eso. El mandatario dijo que va a proponer un nuevo
impuesto para pagar la deuda con Burford. Lo bautizó: “tasa Kicillof”, por el
gobernador bonaerense que era viceministro de Economía en 2012 y fue uno de los
impulsores de la expropiación.
También en enero, Infobae estimó que la
Argentina podría terminar pagando casi el triple de lo que vale
actualmente la compañía. Es que la sentencia de la justicia de
EEUU contra el país y otros gastos generaron un costo total de USD 26.000
millones, mientras que la petrolera tiene un actual valor de mercado que ronda
los USD 9.400 millones. INFOBAE
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