Por Camila
Dolabjian - La agrupación piquetera ligada al dirigente kirchnerista Juan
Grabois tuvo a su cargo un fondo fiduciario
que, según datos del Gobierno, manejó durante los últimos cuatro años $480.000
millones, que debían destinarse a unas 6000 obras públicas. Sin embargo, según
reconstruyó
LA NACION, de las 6517 obras
reportadas, tan solo 400 figuran como finalizadas, es decir, un 6%. A su vez,
133 obras que figuran como finalizadas son en realidad trabajos de veredas y
cordones cuneta.
Durante el gobierno de Alberto
Fernández, el millonario fondo fiduciario, que lleva como nombre Fondo de
Integración Socio Urbana (FISU), fue administrado por la funcionaria Fernanda
Miño. Durante su campaña presidencial, Juan Grabois aseguró que, si ganaba las
elecciones, Miño sería suministra de Desarrollo Social.
El fondo fiduciario, uno de los 29
que están en la mira del Gobierno, ahora tiene 400 empleados, pero llegó a
tener 600.
Entre los principales blancos del
ajuste que implementa el Gobierno están los fondos fiduciarios. Hay uno que en
la Casa Rosada identificaron como una caja vinculada a la UTEP, la organización
que encabeza Juan Grabois. Se trata del Fondo de Integración Socio Urbana
(FISU), un fideicomiso creado por ley para financiar proyectos a partir de la
inscripción de villas en el Registro Nacional de Barrios Populares (Renabap).
Recibe fondos del impuesto PAIS, percibió dinero por el aporte solidario
extraordinario implementado durante la pandemia y tiene múltiples asignaciones
por parte de organizaciones internacionales para hacer obras en asentamientos
de emergencia.
Durante el gobierno de Alberto
Fernández, la ejecución de este fondo (si bien comparte responsabilidades con
la Agencia de Administración de Bienes del Estado) estuvo a cargo de Fernanda
Ramona Miño, una referente asociada a Grabois. Tan cercanos son ambos que
durante la campaña presidencial Grabois aseguró que Miño sería su ministra de
Desarrollo Social en caso de llegar a la Casa Rosada. Lo dijo durante un acto
en Mercedes en julio de 2023.
Miño estuvo al frente del fondo
hasta finalizada la gestión del Frente de Todos. De acuerdo con una planilla de
datos enviada por fuentes oficiales del actual gobierno a
el crédito vigente a enero era de
$23.283 millones de pesos, aunque otras fuentes sostienen que en realidad
asciende actualmente a $200.000 millones, según personas cercanas a la
ejecución del fondo.
Los fondos se canalizaron a través
del BICE, uno de los bancos públicos que generaron debate en el Congreso
durante el tratamiento de la ley ómnibus debido a que parte de la oposición se
resistía a su privatización.
Una caja influyente
En las últimas tres décadas, los
fondos fiduciarios constituyeron la gran caja de la política y se convirtieron
en un factor determinante en la discusión del proyecto de ley ómnibus que se
frustró en la Cámara de Diputados, ante la negativa de la oposición de
otorgarle al Gobierno atribuciones para manejar a discreción partidas que en un
año oscilan entre 8000 y 10.000 millones de dólares, con controles exiguos o
inexistentes, como reveló la nacion hace dos semanas.
En la actualidad existen 29 fondos
fiduciarios que concentran un presupuesto anual cercano a los $1,5 billones,
cerca de 2 puntos porcentuales del producto bruto interno (PBI) del país, según
datos de la Secretaría de Hacienda del Ministerio de Economía de la Nación y la
Oficina de Control del Presupuesto del Congreso. Son cifras estimativas y los
pocos datos oficiales disponibles muestran que 24 de esos fondos transfirieron
1.025.816.922.615 pesos (es decir, poco más de un billón de pesos) durante los primeros
nueve meses de 2023.
En cuanto al fondo que se vincula
a Grabois, fuentes de acceso público aseguran que, desde su creación, se
realizaron 1278 obras de integración en barrios populares y que se alcanzaron
5060 asentamientos con obras de vivienda. Serían 6517 intervenciones en total,
por un monto de $480.611.383.294,59 durante los últimos cuatro años. Esos
fondos fueron repartidos en un 34,3% a “organizaciones de la sociedad civil”
(los contratos y recipientes específicos no fueron transparentados) y en un
34,1% a municipios para que ejecuten las obras.
Sin embargo, los relevamientos que
se encargaron desde las áreas del Ministerio de Economía y la Jefatura de
Gabinete pusieron el foco sobre tres cuestiones: por un lado, que la mayoría de
las obras realizadas fueron veredas o cordones cuneta; que hay una serie de
intervenciones no finalizadas, y que los contratos fueron dirigidos a
cooperativas asociadas a la agrupación de Grabois.
De las 6517 obras reportadas, solo
400 figuran como finalizadas, es decir, un 6%. En tanto que 5886 se
encontrarían en ejecución y 231, en etapa de contratación. A su vez, 133 de las
finalizadas tienen que ver con veredas y cordones cuneta (más de un tercio). El
resto se reparten entre “conexiones eléctricas”, “conexiones de agua”,
“mejoramientos de vivienda” y “fortalecimiento comunitario en barrios populares
el marco del Covid-19”, entre otros.
Cuando se discriminan los datos
por obras efectivamente hechas, se da cuenta de que el 71% de los proyectos
fueron hechos por organizaciones sociales (no el 34,3%, cuando se contabilizan
las no finalizadas) y que el presupuesto que habría arrojado resultados
finalizados fue de $83.928.371.827, un 17% de lo asignado en total. El Gobierno
todavía no sabe qué ocurrió con lo ya transferido y busca rastrear a los
responsables.
La semana pasada fue designado un
nuevo secretario de Integración Socio Urbana, que será responsable del
fideicomiso. Se trata de Sebastián Pareja, uno de los armadores electorales de
Milei en la provincia de Buenos Aires. Esto sorprendió incluso a miembros de La
Libertad Avanza, dado que Pareja y Carlos Kikuchi habían sido desplazados del
armado del Ejecutivo y relegados a las bancas para las que fueron elegidos en
la Legislatura bonaerense por, entre otros motivos, sospechas de que habían
acordado con Sergio Massa y Emilio Monzó las listas municipales en el
conurbano.
Fuentes de Jefatura de Gabinete y
del Ministerio de Economía se enteraron por los medios de que había sido
apuntado en el FISU, un fondo que también fue reclamado por gobernadores e
intendentes. Pareja dijo ayer en declaraciones radiales que el fondo en cuestión
recauda “unos dos millones de dólares diarios” a partir del 9% que le destina
el impuesto PAIS, que a la vez se incrementó por el gobierno libertario. El
funcionario sostuvo que el fondo tiene a su cargo unos 450 empleados, aunque
llegó a tener 600 en la gestión anterior. LA NACION
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