Por Martín Kanenguiser - El Gobierno recibirá esta semana
una visita de alto perfil del Fondo Monetario Internacional (FMI) para
consolidar su relación con el organismo y, en paralelo, intensifica sus
vínculos con los inversores privados.
El presidente Javier Milei indicó que “es muy
probable que Gita Gopinath venga al país ya que está muy entusiasmada
con la tarea que estamos llevando a cabo”, según indicaron
a Infobae muy cerca del presidente. Se trata de la número dos del
organismo multilateral, un cargo siempre ocupado por un representante de
Estados Unidos, el principal accionista del Fondo. Gopinath es una académica
reconocida que fue economista jefe del FMI, experta en finanzas internacionales
y macroeconomía.
El FMI confirmó la noticia luego que fuera publicada
por Infobae: “La Primera Subdirectora Gerente, Gita Gopinath, viajará
a Argentina esta semana para reunirse con funcionarios del Gobierno y otras
personas a fin de conocer los difíciles retos económicos y sociales de
Argentina, así como su enorme potencial”, indicó su portavoz, Julie
Kozack.
El organismo detalló a Infobae que Gopinath, que
arribará mañana a Buenos Aires, “tiene previsto reunirse con el equipo
económico del gobierno, con Milei, con sociedad civil y sector privado”, sin
brindar más detalles; se reunirá con empresarios y economistas. “Con muchas
ganas de esto”, apuntó la economista en la red X al mencionar el mensaje de
Kozack.
El tuit de Gopinath
En tanto, se buscan aceitar los canales con los empresarios
del sector financiero y la economía real, para que la compleja tarea del ajuste
económico tenga su contrapartida en anuncios positivos que mejoren el humor.
“La relación con los grandes inversores cada día mejora más”, sostuvo el
presidente de la Nación.
En relación a Gopinath, deputy managing director del Fondo,
dos calificadas fuentes de EE.UU. confirmaron a Infobae la percepción
del presidente. “Quiere tomar como propio el programa con la Argentina, que por
ahora es un típico plan del FMI de los 60 o 70, con ajuste fiscal, suba de
impuestos y reducción de la base monetaria”, precisó.
En Washington, un calificado observador afirmó que “quiere
ir, aunque no creo que esté ligado a ningún anuncio, sino para manifestar un
apoyo general porque entiende que el FMI tiene su principal exposición
financiera en la Argentina y su viaje sería buena senal para los accionistas”.
Las fuentes de Washington afirmaron que tanto en el
organismo que conduce Kristalina Georgieva como el Tesoro de EE.UU.
que lidera Janet Yellen “quieren ayudar al gobierno de Milei porque
lo ven con mucha convicción para desarrrollar un ajuste mayor al que le piden,
pero no saben cómo hacerlo y a veces tienen dudas sobre la viabilidad política
de ciertas medidas”.
Esta misma percepción se refleja en Nueva York, donde este
jueves un grupo reducido de inversores, cerca de 15, se reunirá en una cena con
el secretario de Política Económica del Ministerio de Economía, Joaquín
Cottani, un economista con una importante trayectoria en Wall Street y
secretario de Finanzas en la primera gestión de Domingo Cavallo en el
Palacio de Hacienda. El anfitrión será David Sekiguchi, uno de los
ejecutivos más respetados entre los expertos de mercados emergentes.
Los inversores privados están conformes con los primeros
pasos que dio el Gobierno en materia fiscal y, sobre todo, con el “apretón
monetario” que debería derivar en una reducción progresiva de la inflación,
prevén que en el segundo trimestre habrá un salto devaluatorio más leve que el
de diciembre en el mercado oficial y quieren tener precisiones sobre un plan de
estabilización que esperan que se implemente desde hace varios años en la
Argentina.
Al respecto, sostienen que si Milei tiene éxito en lograr
que la inflación mensual llegue a un dígito entre abril y mayo (período en el
que podria llegar a Buenos Aires el CEO de Blackrock, Larry Fink, quien dialogó con el
presidente semanas atrás), podría dejar para más adelante su idea de dolarizar
la economía, aunque admiten que ese es su Norte en materia de estrategia
económica.
En este sentido, un informe de análisis del banco HSBC
sostuvo que se espera que “el Gobierno proporcione pronto más detalles sobre su
marco monetario y cambiario. Las autoridades tendrán que encontrar un
equilibrio entre el tipo de cambio como ancla de la inflación y la necesidad de
acumular reservas de divisas”.
“Un fortalecimiento excesivo del tipo de cambio real con la
actual paridad móvil del 2% mensual crearía expectativas de devaluación y
retrasaría la entrada de divisas. Retirar el ancla monetaria sin una estrategia
clara de política monetaria y fiscal podría desanclar las expectativas y poner
en peligro el esfuerzo de estabilización”, expresó.
La visión del HSBC sobre la Argentina
“El Gobierno ha acordado con el FMI que la transición a un
nuevo marco de política monetaria está prevista para finales de abril. Para
entonces, también espera poner fin al plan por el que los exportadores venden
una parte de sus ingresos al tipo oficial y otra parte al tipo implícito de los
swaps de divisas. Para finales de junio, las autoridades esperan establecer una
hoja de ruta sobre cómo desmantelar los controles de divisas (un punto de
referencia estructural del programa del FMI que inicialmente perseguía este
objetivo para finales de 2022)”, recordaron los expertos del HSBC.
“El ritmo de la desinflación será clave a la hora de
programar los cambios en la política cambiaria. Nuestra previsión de inflación
del 210% para 2024 es pesimista en comparación con la previsión del 150% del
FMI e implica un tipo USD-ARS más alto al final del año (estimamos que el
programa del FMI tiene implícito un tipo de $ 1.400 para 2024). La actual
devaluación del 2% mensual llevaría el tipo de cambio oficial efectivo (es
decir, el tipo oficial más el 17,5% de impuestos a la importación) a la
estimación de equilibrio del FMI para mayo, suponiendo que la desinflación se
produzca tan rápidamente como proyecta el Gobierno”, aseguraron.
“Con nuestra proyección de la inflación, esto ocurriría a
principios del segundo trimestre de 2024, lo que pone de relieve la necesidad
de una mayor claridad en los anclajes de la política monetaria y fiscal para
dar más libertad al tipo de cambio. Obsérvese que el Gobierno reconoce que la
acumulación de reservas de divisas debería alcanzar su máximo a mediados de
año, en consonancia con la estacionalidad de las exportaciones, y disminuir en
el segundo semestre de 2024 a medida que se normalicen los pagos de las
importaciones”, concluyó, reflejando el mix entre entusiasmo por el modelo que
quiere imponer el Gobierno y los temores por las dificultades que pueda
registrar en el camino. INFOBAE |