El Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción
del Indec disminuyó un 12,2% interanual en diciembre frente a una merma del
2,3% en el acumulado hasta noviembre. EFE/Juan Ignacio Roncoroni
La actividad económica caería 4,3% en 2024,
retracción que llevaría al PBI a ubicarse en niveles menores que en el 2010,
según un informe de Fundación Capital. “Los primeros indicadores
sectoriales ya exhibieron disminuciones en los primeros dos meses de la nueva
gestión. El shock inflacionario que implicó una brusca caída del poder
adquisitivo, el fuerte ajuste fiscal comprometido por las autoridades y la
falta de un horizonte claro para la inversión, afectan la dinámica hacia
delante”, indicó la consultora.
Al respecto, varios indicadores de la actividad económica ya
mostraron registros negativos en los primeros dos meses de la nueva gestión.
Tanto el Índice Líder de la actividad (Universidad Di Tella), como el Índice de
Producción Industrial mostraron bajas significativas ya en diciembre (-6,7% y
-12,8% interanual).
Además, las perspectivas de los industriales también son
negativas para el primer trimestre del año. De hecho, el 50% estima que la
demanda interna disminuirá (vs. un 13% que espera un aumento) y una proporción
similar prevé una baja en la utilización de la capacidad instalada (49,4% vs.
22% espera una suba). En este sentido, la producción automotriz se contrajo un
16,7% interanual en enero, según ADEFA.
Por su parte, los indicadores de la construcción ya venían
mostrando registros negativos durante el año pasado, aunque la dinámica se
profundizó desde diciembre: el Indicador Sintético de la Actividad de la
Construcción del Indec disminuyó un 12,2% interanual en dicho mes
frente a una merma del 2,3% en el acumulado hasta noviembre.
Asimismo, en enero, el Índice Construya, que refleja la
demanda de materiales del sector privado, mostró un derrumbe del 29,2%
interanual y los despachos de cemento al mercado interno del 20% interanual.
En tanto, el mes pasado las ventas en comercios minoristas
relevados por CAME se contrajeron un 28,4% interanual, acelerando fuertemente
su ritmo de caída (-13,7% en diciembre y -2,9% interanual en noviembre).
“El consumo también comenzó a pasar factura, en el marco de
la fuerte aceleración inflacionaria que condicionó el poder de compra de los
salarios. En detalle, el consumo masivo de Scentia marcó una desaceleración
respecto de los meses previos (1,4% interanual en diciembre, vs. 7,7%
interanual en noviembre y 8% interanual en octubre)”, precisó Fundación
Capital.
Hacia adelante, de acuerdo a la consultora, el consumo
privado exhibirá una importante baja en el año (-7,4% interanual.) aportando
unos cinco puntos a la caída del PBI, en un marco de un poder adquisitivo
muy deteriorado tras el shock inflacionario.
“En efecto, el ingreso real de los trabajadores del
sector privado se ubicó en diciembre en el nivel más bajo desde mayo de
2003, y las perspectivas hacia delante apuntan sólo a una moderación de
las caídas sin recomponer el terreno perdido”, detalló el informe.
“De esta forma, ya se evidencian claros signos de retracción
en la actividad económica. En este marco, prevemos una baja del PBI en el
primer trimestre del 5,8% interanual, con una merma en torno a los 10 puntos en
el consumo privado y de 20 puntos en la inversión, en línea con las observadas
en los trimestres post devaluación del 2018. El repunte de las exportaciones
(15% interanual) y la caída de las importaciones (-14% interanual) compensarían
en parte esta dinámica””, indicó el informe de Fundación Capital.
Y sostuvieron que “si bien el sector externo aportará
positivamente tras la recuperación del agro desde la sequía extrema del 2023,
habrá que monitorear de cerca la situación climática que podría implicar
pérdida en los rindes de la cosecha gruesa. En el mismo sentido, el desempeño
exportador también podría verse en tensión ante un vertiginoso atraso cambiario
y/o ampliación de la brecha. Así, la actividad económica podría ubicarse en los
niveles más bajos desde 2010 (a excepción de 2020)”. ÁMBITO |