Por Carlos Lamiral - La sensación que tienen los
contadores y asesores tributarios es agridulce. Se debe a que
estaban esperando que el Gobierno pudiera avanzar con una moratoria que le permitiera descomprimir la situación fiscal varios de
sus clientes, en su mayoría pequeñas y medianas
empresas que están arrancando el 2024 con la soga
al cuello.
Y es que desde este jueves, si no
media alguna resolución en las próximas horas, la Administración Federal de
Ingresos Públicos (AFIP) quedará habilitada nuevamente para
embargar cuentas de contribuyentes morosos.
El plazo que se había autoimpuesto el organismo concluyó el
31 de diciembre. Luego vino la feria judicial, y ahora el 1ro de febrero se
retoman los procedimientos habituales.
Desde ese día entonces la AFIP podrá congelar
los fondos de las cuentas de los que se vengan con retrasos importantes y
ya hayan sido advertidos oficialmente sobre sus deudas. Primero mediante una
comunicación simple y luego mediante intimación legal.
Una soga para las pymes
El Gobierno decidió tirarle una soga al sector de las pymes
accediendo a un reclamo que recibió en la reunión del 25 de
enero en la Casa Rosada con el ministro de Economía Luis Caputo,
que es la reducción de las tasas de interés de los planes permanentes.
La AFIP publicó la resolución 5841/2024 que
reduce la tasa de los planes al 50% y el 60% de los intereses
resarcitorios que comenzarán a regir también desde este jueves.
Serán del 15% mensual para cualquier retraso simple en el pago, y del 18%
mensual cuando el organismo debe iniciar acciones judiciales.
Planes a la espera de una moratoria
Los planes permanentes presentan un menú variado de opciones, según sea el tamaño de la empresa, el
tipo de impuesto que se debe y la calidad del contribuyente. Están divididos en
tipo I que incluyen a los que tienen las calificaciones A y B del Sistema de
Perfil de Riesgo (SIPER) y del tipo II que incluyen a los de la C,D,E.
Lo más habitual es que las empresas los usen para financiar el pago anual del Impuesto a las Ganancias.
En ese caso las opciones no son muy grandes. Los de mejor cumplimiento de la
categoría micro empresa pueden estirar el pago hasta en 6 cuotas. Las
grandes empresas solo pueden hacerlo en 3.
Por eso para las pymes la moratoria era una opción
mucho mejor porque de acuerdo a los casos los planes de pago eran
de hasta 84 cuotas. Muchas de estas empresas están llegando a febrero muy
golpeadas por el efecto de la inflación en su actividad, y por la caída de las
ventas.
Gustavo Lázzari, empresario y
economista liberal, mentor del comité Pymes, Emprendedores y
Productores (PEP) que salió en apoyo del DNU de Javier Milei,
advirtió en sus redes sociales: “El capítulo fiscal no
era menor ni menos prioritario. Urgente: sin moratoria, febrero es una
carnicería fiscal”.
Según pudo saber Ámbito de fuentes
vinculadas a la Libertad Avanza (LLA) se espera que desde marzo,
cuando comiencen las sesiones ordinarias del Congreso, el Poder Ejecutivo envíe
por separado el proyecto de moratoria que retiró de la Ley ómnibus,
como así el de blanqueo.
Al respecto, Salvador Femenia, vocero de
CAME considera que si la AFIP saliera desde el 1 de febrero a
exigir el pago de deuda “muchas pymes van a estar en
problemas”, pero considera que los planes de pago (con la reducción de
tasas de interés) son una buena herramienta mientras se pueda esperar a que se
apruebe una nueva moratoria que permitirá incluir los saldos de los
planes. AMBITO
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