Por Andrés Randazzo - Luego del fuerte salto que registró en
diciembre, la inflación cedió levemente en enero y se ubicaría en torno al 20%. De
cara a los próximos meses, los incrementos en distintos servicios regulados sumarán presión al IPC. Algo que
ocurrirá, tal como destaca un estudio privado, en un contexto en el que “se
disipan” las anclas elegidas por
el Gobierno.
Así lo detalló un informe relaborado por la Fundación Capital, en el que se hizo mención a que, a un
mes y medio de asumir la nueva administración, “las dos anclas inflacionarias
elegidas para la política económica se encuentran bajo presión”.
En ese sentido, el estudio destacó que el ritmo de deslizamiento del tipo de cambio del 2% mensual,
dispuesto luego de la devaluación de diciembre, “difícilmente se pueda sostener
frente a una elevada inflación y un vertiginoso atraso cambiario”.
Por otro lado, señaló que el objetivo de un superávit fiscal
primario de 2% del PBI acordado con el FMI “se complicó ante la falta de
votos para pasar el paquete fiscal enviado al Congreso”. “En la Ley Ómnibus y la
del impuesto a los Ingresos Personales (ex Ganancias) las
autoridades pretendían conseguir dos puntos del ajuste fiscal que ya no se
incluirán en la discusión en el Parlamento. Así, debe reevaluarse más temprano
que tarde cómo se alcanzará el ajuste que implicaban los cambios en derechos de
exportación, jubilaciones y ganancias, en un marco de actividad en baja que
afectará la recaudación”, agregaron desde Fundación Capital.
De esta forma, subrayaron, “las autoridades
plantearon dos anclas inflacionarias dentro del programa de emergencia
económica que comienzan a mostrar sus dificultades”. Algo que puede
transformarse en una “piedra en el camino que dificulta el horizonte de
previsibilidad hacia adelante”.
Cómo puede impactar en inflación la quita del paquete
fiscal
El hecho de haber retirado de la denominada Ley Ómnibus el paquete fiscal, que
incluía incrementos en distintos impuestos y eliminaba la fórmula de movilidad
jubilatoria, podría impactar en precios a futuro. Pero no
lo haría de manera directa.
“No veo una ligazón directa entre los precios al consumidor
y la decisión específica del retiro del paquete fiscal”, explicó a Ámbito Sergio Chouza, director de la consultora Sarandí, quien
remarcó: “Obviamente, la prudencia fiscal y su
correlato monetario es importante para influir en las expectativas y
a través de ellas, de forma indirecta, tal vez se puede llegar a ver el impacto
positivo o negativo sobre la inflación. Pero es un canal indirecto”.
“Sí me parece que la decisión de quitar el paquete fiscal
difícilmente se pueda percibir como algo positivo en el
mercado, con lo cual lo más probable es que esto redunde -al menos en los
primeros días- en mayor presión en los
mercados alternativos de dólar ”, agregó el economista.
Esta mayor presión sobre los tipos de cambio alternativos
podría, en un futuro, presionar sobre la inflación ante un eventual crecimiento
de la brecha. “Esta mayor presión, en una siguiente etapa, se puede transferir a
los precios. Puede derivar en mayor efervescencia en el mercado
financiero, cambiario y por ende un pasaje a precios más acelerado”, subrayó
Chouza, quien concluyó: “Por ese canal diría que puede haber cierto grado de
preocupación en el Gobierno de cómo sea percibida la señal fiscal y
la nueva credibilidad del programa, a partir de la posibilidad efectiva del
cumplimiento del déficit financiero cero sin tener ese envión de recursos que
significaban las subas de impuestos de la Ley Ómnibus y el recorte de gastos
por la vía jubilatoria”.
Inflación sin anclas: ¿más presión a precios?
Por otra parte, una posible nueva devaluación o un deslizamiento del tipo de cambio oficial más acelerado
que el 2% mensual actual sí podría suponer el “levantamiento” de un
ancla inflacionaria clave.
En ese contexto, probablemente el consumo se convierta en un
“techo” para la inflación. “La única ancla es el salario,
la caída del poder de compra”, resaltó a Ámbito Hernán Letcher, director
del CEPA, quien agregó: “Me parece que más allá del paquete de medidas, lo que
sucede es que la combinación del crawling peg al 2% versus el nivel de
inflación que hay, hace que la apreciación cambiaria se acelere. Y que a fines de febrero haya un tipo de cambio real incluso
inferior al dólar exportador de Massa”.
Este escenario, remarcó Letcher, “va a generar presiones
devaluatorias muy fuertes y probablemente eso tenga impacto sobre precios”.
Juan Manuel Telechea director del
Instituto de Trabajo y Economía (ITE) de la Fundación German Abdala, sostuvo
por su parte que se estima una desaceleración en la inflación de febrero, pero
que de cara a marzo “la gran cuestión es ver qué va a pasar con el tipo de cambio”.
“Si sigue como hasta ahora y el Gobierno logra sostener
el crawling peg al 2%, sin que eso repercuta muy fuerte en la
brecha, creo que la inflación debería bajar de manera significativa: probablemente en torno al 15% o menos”, detalló.
Aunque aclaró: “Pero me parece que ese escenario es poco sostenible y que seguramente en el medio el
Banco Central haga algún tipo de cambio con la política cambiaria. Ya
sea una devaluación o ajustar el crawling a un nivel más cercano a la
inflación: con cualquiera de esos dos escenarios, me parece que la inflación rebotaría y podríamos ver para marzo una inflación
todavía en niveles en torno al 20%”. AMBITO
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