Por Delfina
Celichini - Luego de retirar el eje fiscal y económico del proyecto de ley
ómnibus, el Gobierno decidió hacer una nueva concesión ante los bloques de la
oposición dialoguista para que mañana acompañen la iniciativa en la Cámara de
Diputados: dejarán por escrito en el texto de la norma que las facultades
delegadas por el Congreso al presidente Javier Milei no alcanzarán la materia
fiscal y tributaria, además de quedar limitadas a un año, como se había
negociado en las últimas dos semanas.
En las
bancadas de Pro, la UCR y Hacemos Coalición Federal ven con buenos ojos la
limitación y entienden que el proyecto será aprobado en general, pero aún
aguardan que la Casa Rosada les acerque el documento con las modificaciones que
negociaron la semana pasada y que esperaban para anteayer. Un sector díscolo de
la UCR pretende abstenerse, para facilitar la herramienta al Gobierno y no
votar en contra, con el kirchnerismo.
Javier Milei
ingresa en una semana clave para su plan de gobierno, cimentado en la conquista
del déficit cero. Tras diezmar el proyecto de ley ómnibus quitando las reformas
económicas y fiscales, buscará que mañana sea aprobado en la Cámara de
Diputados. Una señal de fortaleza que, tras los últimos traspiés, demandan los
mercados y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Para ello, el Gobierno hará
en las próximas horas otra concesión puntual a los legisladores de la oposición
“dialoguista” que aún ponen reparos: limitarán la delegación de facultades en
materia fiscal y previsional.
Con
conversaciones que perduraron durante todo el fin de semana, la UCR, Pro y
Hacemos Coalición Federal esperan por estas horas una respuesta formal a los
pedidos de modificaciones planteadas después de una semana de intensos vaivenes
para lograr un dictamen de mayoría. Si bien se descuenta que la iniciativa sea
aprobada en general por el aval de este mosaico de legisladores, el foco estará
puesto en cómo se llegará a la votación en particular de cada uno de los puntos
de la iniciativa.
El
kirchnerismo y la izquierda, por su parte, se encaminan a un rechazo total, y
consideraron la quita del capítulo fiscal de la ley ómnibus como una “trampa”.
En la reunión
de Labor Parlamentaria, que el oficialismo intentará convocar para hoy o a más
tardar el martes, y por orden de la Casa Rosada, el bloque de La Libertad
Avanza (LLA) propondrá incluir un párrafo para dejar expresamente definido que
las facultades delegadas al Presidente no incluirán las materias previsional y
fiscal. Milei retendría los poderes especiales en las áreas económica,
financiera, de seguridad, de salud, tarifaria, energética y administrativa por
un año, prorrogable por el Congreso por un año más.
“Se quejaban
de estos dos temas, decían que tenían dudas, ahora se los vamos a dejar por
escrito. Veremos si apoyan la ley”, comentaron a este diario altas fuentes del
oficialismo, que en la Cámara baja tiene a su titular, Martín Menem, como
intermediario entre los tomadores de decisiones del Poder Ejecutivo y los
bloques aliados. A pesar de que todos reconocen la capacidad de diálogo de
Menem, muestran fastidio ante la falta de interlocutores que definan
situaciones. “Nos mandan funcionarios de segundas líneas que no tienen la
última palabra y eso demora todo el proceso”, repiten quienes dedicaron las
últimas semanas a puntear uno por uno los asuntos objetados.
Por ese modus
operandi, las bancadas dialoguistas esperaban que la contrapropuesta con
modificaciones que el Gobierno se había comprometido a otorgar antes del sábado
llegara al menos ayer. Con una reunión de bloque prevista para esta tarde, la
UCR aguardaba esta respuesta para definir cómo posicionarse. A pesar de su
objetivo de mostrarse cohesionados, un sector referenciado en Facundo Manes y
al que podrían sumarse media docena de diputados que responden al eje Martín
Lousteau-Emiliano Yacobitti seguía con la idea de no acompañar el proyecto en
general.
“Lo más
probable es que se abstengan para no votar idéntico al kirchnerismo”, analizó
un conocedor de las internas correligionarias.
La cumbre
radical apuntaría a amalgamar la votación en particular, en la que, según
trascendió, todos coinciden en no conceder al Presidente el capítulo de
privatizaciones ni la transferencia de los activos del Fondo de Garantías de
Sustentabilidad (FGS) al Tesoro. También rechaza la definición de lo que se
considera una manifestación y los cambios en materia de legítima defensa. Temen
que los libertarios, en consonancia con la oposición intransigente, apuren el
tratamiento y solo habiliten la aprobación –o rechazo– de la iniciativa en
general. “Los moderados quedarían en una encerrona”, sintetizaron.
En Pro, por
su parte, ya manifestaron su intención de apoyar el proyecto en general, aunque
enviaron algunas “mejoras” en temas “de forma y de técnica legislativa”. “Ya
hicimos nuestras propuestas al oficialismo y tenemos expectativas de que serán
recibidas, así que estaremos cuando convoque a la sesión”, señaló una espada
parlamentaria del espacio.
Por último,
en la heterogénea bancada que preside Miguel Pichetto –en sintonía con
Innovación Federal, referenciado en los oficialismos de Misiones, Río Negro,
Neuquén y Salta– la cautela impera. Tras emitir un comunicado el jueves en el
remarcaron que tienen “el compromiso de otorgar gobernabilidad y darle al
Gobierno las herramientas que necesita”, esperan que el oficialismo dé sus
próximos pasos.
A pesar de la
voluntad de diálogo que manifestaron, el hastío de sus principales referentes
con el Gobierno quedó expuesto tras el maratónico tratamiento en comisiones.
Por eso, en el comunicado destacaron que pretenden que el debate en el recinto
sea “de cara a la gente (...) para que no se terminen votando de madrugada y a
escondidas de la sociedad cuestiones centrales para el futuro de la Argentina”.
Se espera que los diferentes espacios que componen esta bancada tengan libertad
de acción para objetar los puntos que consideran “impasables”.
Estos tres
bloques están ligados a los 10 gobernadores de Juntos por el Cambio, sumados a
los cuatro de Innovación Federal y al cordobés, Martín Llaryora. Con reuniones
a lo largo de todo el fin de semana, los mandatarios provinciales coinciden en
que están los números para la ley y valoraron que se quitara el capítulo
fiscal. Sin embargo, están alertas a las próximas jugadas del Gobierno, que ya
advirtió que recortará partidas a los gobiernos subnacionales.
“Vamos a ir a
un nuevo pacto fiscal”, confió uno de los gobernadores. El foco está puesto en
compensar el ajuste y consensuar un alivio a las cajas provinciales, muchas de
ellas dependientes de las transferencias federales. Por eso, los mandatarios y
un sector de los legisladores se reunieron este sábado por Zoom para evaluar el
escenario general.
En el
Gobierno reiteraron que los gobernadores que se oponen a la ley “se siguen
negando a pagar el costo político” de la eventual suba del piso para el pago de
Ganancias, que compensaría las finanzas provinciales.ß ,Con la colaboración de
Jaime Rosemberg |