El Índice de Tipo
de Cambio Real Multilateral (ITCRM) que mide el Banco
Central alcanzaba el pasado 19 de enero los 140 puntos. Se trata de un
nivel de competitividad cambiaria muy elevado si se toma en cuenta el promedio
histórico. De hecho, la base 100 de esta medición -que contempla la tasa de
inflación y la devaluación tanto de la Argentina como de sus principales socios
comerciales- se estableció en el 17 de diciembre de 2015, luego de la
devaluación y unificación cambiaria del gobierno de Mauricio Macri.
Sin embargo, este
ITCRM viene retrocediendo de manera acelerada en las últimas semanas, producto
de la alta inflación de la Argentina y ya cedió 30 puntos desde el
reciente máximo de 169,2 unidades del 14 de diciembre de 2023, tras el
salto cambiario de 118,3% que llevó al dólar mayorista a los 800 pesos. Para
ponerle un punto de comparación, los 140 puntos del ITCRM del presente ya están
debajo de los 141 puntos alcanzados entre el 30 de agosto y el 1 de septiembre
de 2019, cuando el tipo de cambio oficial subió a 60 pesos poco después de las
PASO de aquel año.
“Se repite como
loro que el Gobierno tiene que devaluar, cuando en realidad el Gobierno ya
devaluó anticipadamente, y ahora debería trabajar en la competitividad de la
economía vía baja de impuestos. El tipo de cambio a los niveles actuales es
competitivo, y así lo revela el índice de tipo de cambio real multilateral”,
consideró el analista y asesor de negocios Salvador Di Stefano.
Este índice mide el
precio relativo de los bienes y servicios de la economía argentina con respecto
al de los principales 12 socios comerciales del país, en función del flujo de
comercio de manufacturas.
Evolución
reciente del Índice de Tipo de Cambio Real Multilateral.
Este índice del
BCRA se obtiene a partir de un promedio ponderado de los tipos de cambio reales
bilaterales de los principales socios comerciales del país. “Se considera la
evolución de los precios de las canastas de consumo representativas de los
socios comerciales expresados en moneda local en relación con el valor de la
canasta de consumo local, constituyéndose como una de las medidas amplias de
competitividad -de tipo precio-”, indicó la entidad monetaria.
El ITCRM se elabora
y publica de forma diaria. La composición del indicador está ponderada por el
volumen del comercio de manufacturas. En la actualidad la mayor ponderación la
tiene Brasil (32%), seguido por la Zona Euro (19%), China (16%) y Estados Unidos
(12%).
El avance de la
inflación tiene que ver con esta pérdida de competitividad desde un punto de
vista estrictamente cambiario, pues el Banco Central, inmediatamente después
del salto cambiario del 13 de diciembre, viene aplicando un gradual
deslizamiento alcista para el tipo de cambio del orden del 2%
mensual. En contraste, la inflación, que venía de marcar el 12,8% en
noviembre según informó el INDEC, se disparó a 25,5% en diciembre, la tasa
mensual más alta desde febrero de 1991 (27%), mientras que analistas privados
no descartan que en enero de 2024 la inflación se acercará al 20 por ciento.
No solo cae la
competitividad cambiaria por la acción simultánea de un dólar oficial que se
estabilizó y una inflación que no se detuvo, también se advirtió en las
últimas tres semanas una aceleración de la suba de los dólares
paralelos -el dólar libre y la paridades bursátiles- que sí se apegaron a
ese preocupante ritmo inflacionario. El dólar libre opera ahora a $1.235 y el
“contado con liquidación” llegó a sobrepasar los $1.300, con brechas cambiarias
en un rango de 50 a 60 por ciento.
“Un avance tan
abrupto en apenas 16 ruedas denota una tensión similar a la de una corrida
cambiaria. En términos históricos y medido en pesos de hoy, el contado contado
con liquidación todavía se ubica a mitad de camino entre su promedio histórico
de los últimos diez años de $845 y su récord de $1.699 marcado en la antesala
de las elecciones generales de octubre. Si bien este valor puede parecer ‘caro’
ante la expectativa de una normalización de la economía en los próximos meses,
reiteramos que no hay tasa en pesos de corto plazo que compense la alta
nominalidad. La baja de tasas ejecutada por el BCRA provocó que los
instrumentos en pesos rindan alrededor de un tercio de la inflación mensual”,
evaluaron los expertos de Portfolio Personal Inversiones.
“El hecho de que el
Gobierno haya mantenido todas las restricciones cambiarias introducidas por el
Gobierno anterior, aún cuando la brecha llegó al 9%, no fue una buena señal. El
mercado interpretó que aún con condiciones inmejorables para unificar el mercado
de cambios, el Gobierno prefirió mantener el cepo. Hoy, con una brecha superior
al 50% la salida del cepo luce mucho más lejana, más costosa y más incierta.
Adelantar la dolarización de portafolios con pesos excedentes en este contexto
es la opción más obvia”, resumió Consultatio Financial Services. INFOBAE
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