Por Carlos Lamiral - Los cambios que introdujo la
oposición en algunos de los puntos del paquete fiscal que iba
incluido en el proyecto de ley ómnibus no alterarían demasiado el ajuste que planteó hace un
mes aproximadamente el ministro de Economía, Luis Caputo. El titular del Palacio de Hacienda propuso un programa de corrección
de 5 puntos del PBI que debería terminar en un superávit primario de 2 puntos
del PBI en 2024.
“No lo modifica demasiado porque mantiene los derechos de
exportación, salvo lo de las economías regionales, que no cambia
demasiado en términos de volumen”, señaló a Ámbito Hernán Letcher, titular del Centro de Economía Política
Argentina (CEPA).
Un elemento a tener
en cuenta para el éxito del plan es que tan solo sin modificar nada en el
esquema de retenciones al campo, la recaudación de ese impuesto
puede aportar entre 0,7% y 1% del PBI más en 2024.
De acuerdo con datos del Consejo Agroindustrial Argentino (CAA) en 2023 se
perdieron por efecto de la sequía unos u$s18.900 millones en exportaciones, con
una caída del 35% respecto de 2022. Ese dinero con sus impuestos asociados se
recuperará sin esfuerzo nuevo en este período fiscal.
Por otro lado,
Letcher destacó, con relación al gasto en jubilaciones, que
la actualización comenzaría a partir de abril. En ese lapso, sostiene que el Gobierno se “comería” un incremento que debería ir de diciembre
a febrero. “No hay mecanismos de actualización ni de empalme”,
explicó. El plan de Caputo prevé en ese rubro un ahorro de 0,4 puntos del PBI.
Por otra parte, la
ley propone un incremento importante del mínimo no imponible del
Impuesto a los Bienes Personales, que sube a $300 millones, manteniendo
alícuotas de 1,25% y 1,5% por lo que el economista considera que
“el efecto debería ser neutro”. En eso se espera recaudar medio
punto adicional más, junto con la moratoria y el blanqueo.
Ajuste: los
números del plan oficial
De ese modo, para
poder ver la verdadera dimensión del plan del titular del Palacio de Hacienda
habrá que esperar a los datos finales del déficit fiscal de 2023, que para el
Gobierno habría cerrado en 3% del PBI, aunque esa es una estimación hecha al
momento de asumir.
En cambio, si es acertada la estimación de algunos analistas privados que
prevén un quebranto primario del 2,5% del PBI, entonces de los 5
puntos de ajuste que propuso el gobierno de Javier Milei ya se habría resuelto
medio punto, con lo cual la distancia a recorrer debería
ser de 4,5% del PBI.
Así, en las
estimaciones oficiales, este año la recaudación adicional será
equivalente a 2 puntos del PBI, mientras que el recorte de gasto sería del 3%. Lo que podría alterar el cálculo
es que caiga la recaudación fiscal por efecto de la menor actividad
económica o que el resultado de los mayores ingresos tienda a
compensarse con las pérdidas.
Por el lado del
gasto también hay efectos contrarios. Por caso, si la inflación no cede de modo
importante, las erogaciones en subsidios al transporte o en
tarifas de servicios públicos podrían subir, porque los salarios
quedarían retrasados lo que obligaría al gobierno a mantenerlos.
Para tener en
cuenta el punto de arranque también es bueno ver cómo quedó el Presupuesto
2023 prorrogado por el Poder Ejecutivo para 2024. Un análisis de la
Asociación Argentina del Presupuesto Público (ASAP) señala que la cantidad de
ingresos corrientes previstos sería de $27,9 billones, contra gastos corrientes
por $37,1 billones. En jubilaciones mantiene asignados créditos presupuestarios
por $13 billones. Es evidente que a lo largo del año se van a ir
haciendo correcciones para incluir nuevos recursos o disminuir
erogaciones. De hecho, el presupuesto vigente tiene un déficit corriente de
$9,2 billones. AMBITO |