Domingo 14 - Por Hugo Alconada Mon - LA PLATA
– La Fiscalía que investiga la conformación de una asociación ilícita que
desvió cientos de millones de pesos de las arcas públicas bonaerenses a través
del uso intensivo de “ñoquis” y prestanombres en la Legislatura bonaerense
identificó a
otros 39 empleados que habrían
participado en la maniobra delictiva, pero desde el Senado
provincial. Y los primeros
datos sobre esos sospechosos resultan inquietantes, según reconstruyó
La Nación.
Al menos cinco de
esos 39 empleados del Senado bajo sospecha trabajan o trabajaron en la
municipalidad de La Plata, otro en la Cámara de Diputados provincial y otra más
en la Dirección General de Escuelas. Varios figuran como empleados de comercio
o gastronómicos; otro, en una empresa de caudales y otro más en los clubes
River Plate y Estudiantes. Y tres aparecen en el Programa Hogar que subsidia
las garrafas de gas, otros tres como beneficiarios de planes sociales y al
menos una como jubilada.
El listado muestra,
además, vínculos entre varios de esos 39 empleados públicos, que tienen entre
18 y 69 años y se inscribieron ante la Administración Federal de Ingresos
Públicos (AFIP) como monotributistas, peluqueros y vendedores de cosas muebles,
entre otras opciones. Y aparecen, además, seis posibles grupos familiares,
según constató la nacion, radicados en esta capital, Ensenada, Melchor Romero,
San Carlos y Tolosa.
Esos 39 empleados
del Senado bonaerense quedaron en la mira de la fiscalía tras un análisis de
las cámaras de seguridad del Banco Provincia, donde los investigadores
detectaron que Julio “Chocolate” Rigau, quien permanece detenido, coincidió y
se saludó, entre las 5 y 6 de la mañana de tres días de agosto y septiembre de
2023, con un hombre y una mujer que también extrajeron dinero de los cajeros
automáticos con múltiples tarjetas de débito.
La fiscal Betina
Lacki requirió entonces al Banco Provincia que le informara qué tarjetas de
débito registraron movimiento a esas horas, de esos días, en esos cajeros, de
esas sucursales. Y la respuesta fue que correspondían a 39 empleados del Senado
bonaerense.
Con los nombres de
los titulares de esas tarjetas en sus manos, la fiscal Lacki avanzó otros dos
pasos. Le requirió al Senado que le informe si esas 39 personas figuran en sus
registros como empleados de planta permanente o temporaria, y le solicitó al Bapro
que le precise qué domicilios consignaron los titulares de esas tarjetas en los
formularios habituales. La Fiscalía busca así avanzar otro paso en la
investigación criminal que comenzó el 8 de septiembre pasado, cuando Chocolate
Rigau fue detenido mientras extraía dinero de 48 tarjetas de débito que estaban
a nombre de supuestos empleados de la Cámara de Diputados provincial,
considerados presuntos partícipes necesarios de una estafa al Estado bonaerense
por al menos $800 millones.
Para la Justicia,
ese supuesto entramado criminal también alcanza al subdirector de Personal de
la Cámara, Claudio Albini, y su hijo, Facundo, concejal platense, pero los
máximos responsables todavía permanecen en las sombras, según afirmó el juez de
Garantías, Guillermo Federico Atencio, al igual que las identidades del hombre
y la mujer que extrajeron fondos de las 39 tarjetas del Senado provincial. Con
los avances de la pesquisa queda probado, en ese sentido, que el entramado
criminal no se acota a la Cámara de Diputados bonaerense, que preside Alejandro
Dichiara, sino que alcanza al Senado provincial, que lidera la vicegobernadora
Verónica Magario, con la participación de los principales espacios: Unión por
la Patria, Juntos por el Cambio y La Libertad Avanza.
El listado de 39
empleados del Senado incluye a Emanuel Almeida (31 años), Sofía Alnival (18
años), José Contreras (60), Alejandro Detlefsen (45, que trabaja o trabajó para
los clubes River y Estudiantes), Vanesa de la Canal (32), Lisandro Funes(37),
Miguel Ángel Giménez (63), Lilian Giannini (65) y Pedro Jacolowich (59, quien
trabaja o trabajó para la municipalidad).
También incluye a
cuatro personas de apellido Benzo –Juan Héctor (64 años, que es o fue empleado
de la municipalidad), Adriana (39), Maximiliano (35, también en la
municipalidad) y Yamila (32)–, junto a Nadia Muguerza (33, que trabaja o
trabajó en la Dirección de Escuelas y es familiar política de los Benzo) y
Laura Muguerza (44), que a su vez trabaja o trabajó para otra mujer del
listado, Ileana Salamanco (46). A estos nombres se suman Romina Licursi (35),
Rubén Matías (63), Brisa (20) y Silvia Novilla (56, que trabaja o trabajó para
la municipalidad), Marta Pereyra (61) y Yolanda Pérez (69, jubilada), Gabriel
Pinceti (63) y Alicia Reyes (43, que figura en los registros comerciales como
accionista en dos sociedades de responsabilidad limitada y trabaja o trabajó
para el Senado y la Cámara de Diputados bonaerense).
Otro grupo familiar
en el listado de los 39 sospechosos, en tanto, incluye a cuatro personas de
apellido Saraqui: Karina (50), María de los Ángeles (39), Kevin (26, empleado
actual o en el pasado de la municipalidad de La Plata) y Carla (36, que figura
como beneficiaria de una Asignación Universal por Hijo, AUH). Entre los 39
empleados bajo sospecha también aparecen tres beneficiarios del Programa Hogar,
que subsidia la garrafa social: Jacqueline Herrera (44), Isabel Piaccentini
(33) y Víctor Uribe (32), quien además consta en los registros como receptor de
una asignación familiar.
El listado abarca,
por último, a Pamela Soto (28), Nahuel Varela, y dos grupos familiares: los
Toloza –Mercedes, 50; Sergio, 47; y Paola, 44–, y los Villegas (Patricia, 57,
registrada como personal de maestranza; Alejandro, 50, empleado actual o en el
pasado de una empresa de caudales y beneficiario de una Asignación Universal
por hijo; y Jonathan, 23).
La fiscal Lacki
espera ahora las respuestas del Senado y del Banco Provincia para definir si
cita a declaración indagatoria a los 39 titulares de tarjetas de débito como lo
dispuso meses atrás con los 48 “ñoquis” y prestanombres de la Cámara de
Diputados, varios de los cuales terminaron detenidos hasta que el juez Atencio
los excarceló, aunque continúan procesados como partícipes necesarios de la
operatoria criminal. La Nación
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