Por Carolina Paparatto. Tras el magro resultado de la semana pasada, este miércoles y jueves el Banco Central encaró una segunda licitación de los BOPREAL (Bono para la Reconstrucción de una Argentina Libre), el título emitido por la autoridad monetaria para empezar a despejar el stock de deuda comercial de los importadores, que asciende a u$s62.000 millones entre bienes y servicios. El BCRA volvió a ofrecer u$s750 millones, pero las empresas demandaron apenas el 7,6% de lo ofertado. El desempeño fue peor que la primera licitación, en la que se adjudicó el 9% (u$s68 millones). Entre los factores que explican el nuevo traspié, analistas consultados por Ámbito destacan la baja brecha cambiaria y las dudas respecto a la paridad a la que terminaría cotizando el bono en el mercado secundario. En ese marco, advierten por una renovada presión alcista sobre los dólares financieros en el corto plazo, impulsada también por la caída de la demanda de dinero. En la primera licitación de este bono, las empresas demandaron solo el 9% (u$s68 millones) de los u$s750 millones ofrecidos. Ante ese traspié inicial, el BCRA sumó incentivos para fomentar la participación: quienes suscriban hasta el 31 de enero podrán acceder al mercado de cambios por hasta el 5% del monto, si el total es mayor al 50% de la deuda. También se habilitó acceder al dólar CCL con los bonos, y la utilización de los mismos (Bopreal serie 1) para cancelar deudas tributarias y aduaneras. Sin embargo, los “endulzantes” no tuvieron el efecto esperado y en la segunda licitación, que concluyó este jueves, los resultados fueron peores. Solo se adjudicaron u$s57 millones de los u$S750 millones ofrecidos. El Bopreal constituye la principal apuesta de Luis Caputo y Santiago Bausili para empezar a descomprimir el stock de deuda comercial, que creció fuertemente el año pasado a partir de las restricciones impuestas ante la escasez de reservas, como paso previo para desarmar el cepo. Se trata de un bono con vencimiento hasta 2027 (en la serie 1) que se suscribe en pesos y que constituye un compromiso de pago en dólares para los importadores con pasivos con sus proveedores o casas matrices. Por eso, también es parte de la estrategia oficial para aspirar pesos de la economía. De momento, no tuvo el resultado esperado por el equipo económico. Aunque las colocaciones de esta serie continuarán hasta el 31 de enero. "El BCRA continuará con los llamados a licitación de este instrumento en forma semanal hasta fines de enero de 2024, o aquella fecha en la que se haya alcanzado el monto máximo de emisión de esta Serie 1 de u$s5.000 millones, para seguir ofreciendo una solución ordenada al abultado saldo de deudas por importaciones anteriores al 12 de diciembre de 2023", expresó el Central en un comunicado. Y adelantó que "se prevé que a partir de febrero se liciten las otras dos series de BOPREAL (Serie 2 y Serie 3), las cuales tendrán montos totales de emisión acotados, para lo cual se determinará el mecanismo de adjudicación en base a la información provista por el Padrón de Deudas Comerciales con el Exterior, con una priorización a PyMEs y proveedores intermedios de la cadena productiva". Bono para importadores: la mirada del mercado Pablo Repetto, head of research en Aurum Valores, destacó: “La baja demanda obedece al diseño, que es muy complejo para un importador, a los plazos y a que hay muchos importadores que vienen con meses y meses de espera y que eventualmente prefieren buscar otros mecanismos más apropiados para cumplir con esas obligaciones. Más aún cuando la diferencia entre el dólar al que podrían acceder si venden esos instrumentos sería bastante caro en función de las estimaciones que puede hacerse del valor de mercado de los mismos”. Asimismo, el economista Gustavo Ber atribuyó el bajo apetito entre los participantes a "las dudas respecto a la paridad que terminarían cotizando en el mercado secundario”. Por su parte, Mauro Carrizo, Financial Advisor de Cocos Capital, consideró: “Los Bopreal no generan interés dentro del mercado ya que, por el momento, la brecha está baja. Hoy por hoy, los importadores prefieren afrontar sus compromisos comprando CCL a un precio relativamente cercano al oficial antes que suscribir al Bopreal, aun si eso implica no ingresar al MULC por 90 días de acá en adelante. Recordemos que el dólar importador está en $950”. Así, ante los malos resultados de la licitación, sumado a una caída en la demanda de dinero, analistas advierten que podrían volver las presiones sobre las cotizaciones paralelas del dólar hacia adelante. De hecho, en la rueda de hoy, el MEP subió 1,6% hasta los $1.050,43 y se acerca a su récord nominal de $1.091, que alcanzó a mediados de diciembre. De esta forma, la brecha con el oficial subió a 29%. Asimismo, el CCL subió 3,7% hasta los $1.087,18 y su spread con el oficial subió hasta 34%. En esta línea, Carrizo señaló: “Lo lógico sería que, a partir de los malos resultados en las licitaciones, los dólares paralelos suban aumentando la brecha, más en este tramo del año de demanda estacional fuerte. En ese momento el mercado ajustará, tenemos por un lado a los importadores comprando CCL 'barato' y, por el otro lado, la continua oferta de los Bopreal que a cierto nivel de brecha debería cobrar atractivo”.
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