Por Giuliana
Iglesias - La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) y
la Secretaría de Comercio le dieron fin a la SIRA y la
reemplazaron por el nuevo Sistema Estadístico de Importaciones
(SEDI) eliminando los permisos o licencias automáticas y no
automáticas a la hora de importar. ¿Pero qué implica para las empresas este
cambio y qué impacto puede tener en los precios de los insumos importados?
Uno de los
principales cambios está vinculado con el acceso a los dólares para
pagar las importaciones. La comunicación "A" 7917
publicada por el Banco Central hace dos semanas fijó un sistema escalonado
de acceso según el tipo de bienes y servicios. Además se buscó solucionar una
de las principales preocupaciones del sector vinculado a la importante deuda
comercial mediante la creación de un padrón que permitirá contar con
información para “atender la problemática” empresa por empresa.
Cambios en
importaciones: la mirada de las Pymes
En principio, tanto pymes como grandes empresas consultadas por Ámbito se mostraron a favor de la medida.
“Esperamos que este
nuevo instrumento facilite la operatoria de las pymes importadoras de insumos.
A partir de su pronta implementación, el sector podría disponer mejor del
personal que hasta ahora estaba abocado al complejo proceso de aprobación de
las licencias SIRA”, dijo el presidente de CAME, Alfredo González.
Al mismo tiempo,
indicó en relación a los bonos Bopreal para el pago de la deuda comercial,
que “son un gran paso” y anticipó que se le solicitará al Gobierno que las
pymes puedan usarlos para abonar lo más pronto posible los compromisos vencidos
ya que "las deudas de las pequeñas y medianas empresas afectan
sensiblemente la relación con los proveedores”.
Daniel Rosato,
desde Industriales Pymes Argentinos (IPA) sin embargo, solicitó
que haya una medida que apunte a las pymes para que puedan utilizar sus
propios dólares para importar. "Caso contrario, hoy tenemos
cantidad de empresas que están también paradas por tema de compras al exterior.
Esta situación, si no se le da una solución, se va a agravar muchísimo, lo que
va a implicar que la parálisis de muchas empresas y hasta puede haber faltante
de insumos debido justamente a los problemas de escasez de materia prima".
SEDI: del aluvión
importador al impacto en el consumo y los precios
Federico Vacarezza, economista especialista en mercados
internacionales, analizó el nuevo sistema en consulta con Ámbito: “El SEDI y la reducción de las licencias de
importación quitan burocracia y costos a los importadores. Es una
noticia positiva en cuanto a que va en línea con los requerimientos que exigen
el resto de los países de la región. Importar en Argentina es aún hoy,
altamente restrictivo, burocrático y costoso, lo que se termina traduciendo en
mayores precios para los consumidores. Eso es un hecho, no una especulación
ideológica”. Pero en cuanto al impacto en el mercado interno, la situación
cambia.
Para Vacarezza, ese
“aluvión importador” es “poco probable”. “La
devaluación de diciembre redujo el ingreso, por lo cual, eso va a afectar el
consumo y, por ende, limita vía mercado un aumento de las importaciones en
maquinarias e insumos como también en productos terminados”, señala.
En relación a las divisas disponibles en una reconocida escasez,
el sector confía en que el Gobierno logrará volver al superávit comercial. Este dato se basa en un informe
reciente de la Fundación Mediterránea en donde estimó que las Reservas del Banco Central (BCRA) podrían
incrementarse en alrededor de u$s12.000 millones.
Según esta
estimación, la recuperación del saldo comercial no
solo se explicará por una cosecha de soja que recuperará volumen. Además,
también jugará a favor la balanza energética, que pasaría de un déficit de u$s4.700 millones a un superávit de
u$s3.300 millones, lo que implica una mejora de u$s8.000 millones en relación a
este año.
En ese sentido,
Vacarezza afirma que un rol importante lo jugará la demanda interna que “va a
caer”. "Se pueden quitar restricciones sin riesgo de una inundación de
productos importados. No estamos en la década de 1990, no hay 1 a 1 y tampoco
hay expectativas de una mayor demanda. En resumen, van a quitarse
restricciones, pero sin consumo”, opina.
Según Scentia,
la caída del consumo en 2024 será en torno al 5% debido a
la caída del poder adquisitivo de los salarios. La baja en la demanda interna
también se reflejará en una caída de la actividad económica, que estiman en
torno al 4% para el 2024, pese a las buenas proyecciones que brindan el agro y
los sectores extractivos. Es que, tal como señaló un informe reciente de
Ecolatina, “el consumo privado explica el 70% del PBI”. ÁMBITO |