Por Agustín Maza -
Finalmente el Gobierno de Javier Milei envió al Congreso su
proyecto de “Ley Ómnibus” que contempla, entre otros puntos, la suspensión de
la actual fórmula de movilidad que actualiza las jubilaciones y otras
prestaciones sociales cada tres meses. Según la norma, el Poder Ejecutivo
podrá realizar aumentos por decreto hasta que se establezca un nuevo
mecanismo de revisión automática. La medida es clave para el ajuste fiscal que
encarará el ministro de Economía, Luis Caputo, como punto de partida para
“desindexar” el componente más sustancioso del gasto público.
El ministro del
Interior, Guillermo Francos, presentó este miércoles por la tarde al
presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, el proyecto que el
Gobierno llamó “Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los
argentinos”. El capítulo tres, de “movilidad de las prestaciones”, se refiere a
la suspensión de la vigente fórmula previsional.
El artículo 106 de
la norma suspende la aplicación del artículo 32 de la Ley 24.241 que establece
la movilidad de los haberes por jubilaciones y pensiones, de la
que también dependen la Asignación Universal por Hijo (AUH) y la Asignación
por Embarazo, por ejemplo. También se suspende la vigencia para prestación
básica universal, la compensatoria, el retiro por invalidez, por fallecimiento
y por permanencia.
El proyecto faculta
al Gobierno a establecer una fórmula automática de ajuste “teniendo en cuenta
los criterios de equidad y sustentabilidad económica”. “Hasta tanto se
establezca una fórmula automática, el Poder ejecutivo nacional podrá realizar
aumentos periódicos atendiendo prioritariamente a los beneficiarios de más
bajos ingresos”, consignó.
Cambiar la fórmula
jubilatoria es clave en el ajuste fiscal que propone el Gobierno. EFE/David
Fernández
Hasta ahora, los
ajustes de haberes se dan en un porcentaje de incremento trimestral,
determinado por la variación de un índice que surge de sumar 50% del aumento
trimestral de la recaudación de la Administración Nacional de la Seguridad
Social (Anses) por beneficiario y 50% de la variación de los salarios.
Para este último ítem, se toma el mayor valor entre
el Ripte (Remuneración Imponible para el Trabajador Estable) y el
índice general de salarios del Indec. Si consigue la sanción en el
Congreso, Milei podrá otorgarlos por decreto.
Durante el Gobierno
del expresidente Alberto Fernández se había modificado la reforma
sancionada en 2017 en tiempos de Mauricio Macri cuando se generó un
fuerte enfrentamiento legislativo con protestas en las calles de quienes
estaban en contra de ese cambio. En este último caso, la fórmula se regía en un
70% en base a la inflación y el 30% en base a los salarios.
La fuerte
aceleración de los demás precios implicó que ninguno de los dos mecanismos
hayan conseguido que los haberes previsionales no pierdan poder adquisitivo. En
los últimos años los jubilados reciben bonos para compensar las pérdidas que
arrojaba la fórmula. Una de las justificaciones que dan en La libertad
Avanza es que como la inflación del último trimestre de 2023 será más baja
que la del inicio del 2024, de mantenerse el esquema vigente, continuará la
degradación de estos ingresos.
Por otra parte, el
gasto previsional representa una clave para las cuentas públicas y el
ajuste fiscal que propone Caputo. De hecho, el recorte del gasto que informó el
Palacio de Hacienda contempla una reducción del 0,4% del PBI en jubilaciones.
Por otro lado, si finalmente la inflación comienza a ceder en algún momento, el
rezago en la actualización se dará sobre niveles más altos por lo que la
necesidad de gasto crecerá en términos reales.
Según un informe de
Fundación Capital, las jubilaciones y pensiones “ya se encuentran en niveles
muy bajos, habiendo exhibido una baja de 1 punto del PBI en la gestión de
Alberto Fernández, al tiempo que su poder adquisitivo también se vio muy
perjudicado, con una caída real de 13,4% i.a. en los haberes medios en 2023 (y
-30,3% vs. 2017)”. También destaca que los jubilados que cobran el haber mínimo
vienen percibiendo bonos de manera ininterrumpida desde septiembre del 2022
para compensar la caída del poder adquisitivo por la fórmula de movilidad.
“En particular,
estos bonos representaron un 0,7% del PBI en 2023 (del 7,6% total). Respecto de
las otras prestaciones sociales, si bien luego de la pandemia se establecieron
en un escalón superior al previo (nótese que entre 2016 y 2019 representaban 2,6%
del PBI y en 2021 y 2022 un 3,7%), cualquier cambio en estas partidas deberá
estudiarse profundamente por el impacto social que pueda tener en un contexto
de recrudecimiento de la estanflación, al menos en la primera mitad de 2024″,
señaló la Fundación Capital. INFOBAE
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