Por Solange Rial - "Si anualizan este dato,
la inflación está viajando al 7.550% anual, en mi barrio lo llaman
hiperinflación", expresó hace tan solo unos días el presidente Javier Milei ante una medición de la
consultora Ecolatina que aseguró que la primera quincena de
diciembre hubo un 18% de aumento. Ante esto, Ámbito se preguntó qué es técnicamente una
hiperinflación, ¿es posible revelar características comunes o hay
procesos particulares en cada momento histórico? ¿ya la estamos padeciendo?
Para Camilo Tiscornia, director de C&T Asesores
Económicos, "algunos la definen cuando la inflación mensual es del
50% o más, pero yo creo que también la hiperinflación tiene una característica
muy particular que es un proceso donde hay una escalada de los
precios". "Se genera de forma muy intensa donde
los precios suben cada vez más rápido y la inflación va aumentando
exponencialmente y de golpe: pasas del 10%, al 20%, al 40% y al 60% y así va
escalando la inflación mensual", dijo. "Es bastante más que simplemente
una tasa de inflación muy alta", detalló.
A su turno, Rocio Bisang de Eco Go, detalló:
"La definición clásica de hiperinflación es la que postula Cagan en 1956,
que la define como un período de duración limitada que comienza cuando
la inflación mensual supera el 50% y termina cuando la misma se
mantiene por debajo de ese umbral por al menos un año. Más allá de la
definición de manual, cada proceso tiene sus propias
particularidades y no hay dos hipers iguales, aunque hay algunos
factores comunes que suelen darse como la creciente indexación de la economía,
el acortamiento de contratos, etc.".
También en charla
con este medio, Juan Telechea, director del ITE y autor del libro "¡Inflación! ¿Por qué
Argentina no se la puede sacar de encima?" también coincidió
que la característica central es que haya un aumento mensual de
mínimo el 50% y que eso anualizado de aprox. un 4.000%. "Para
mi para saber si uno está o no en un proceso hiperinflacionario es el contexto y las características y actualmente ambos
me da la pauta de que hoy no estamos, todavía, en un
proceso hiperinflacionario", explicó.
"La inflación
actual no está en esos niveles,
a su vez la que se espera para diciembre y enero, por ahora
con las medidas que tomaron, tampoco. Pero además estos procesos
vienen acompañados de una caída muy fuerte de la demanda de dinero de la
población. O sea que, además de las medidas económicas que impulsen al
alza los precios, como una devaluación o liberación de tarifas,
viene acompañado de un desplome de la demanda de dinero y la gente se quiere
sacar los pesos de encima. Para estar hoy en un proceso hiperinflacionario
tendría que ser todo más abrupto", explicó.
Hiperinflación
entre 1989 y 1990
El antecedente
inmediato a este proceso de alta inflación es la hiperinflación que sucedió entre 1989 y 1990 bajo los Gobierno
de Raúl Alfonsín y posteriormente Carlos Menem. En febrero de 1989,
el Banco Central se quedó sin reservas en dólares para subastar y satisfacer la
demanda de moneda extranjera y se retiró del mercado cambiario. Esto dio inicio
a una espiral de fuertes depreciaciones del austral, con
subas de las tasas de interés y el crecimiento del déficit fiscal.
Entre diciembre de
1989 y marzo de 1990, ya había
asumido la presidencia Carlos Menem tras el
adelantamiento del traspaso de mando, y se sucedió un
segundo pico hiperinflacionario que provocó la renuncia del
Ministro de Economía, Néstor Rapanelli, y el fin del Plan BB (por el grupo
Bunge & Born). La hiperinflación continuó durante todo ese
año y recién se volvería a niveles pre-mayo del '89 en febrero de 1991. AMBITO |