Por Andrés Lerner - El Ministerio de Economía
difundirá este lunes los detalles del llamado a la licitación del Tesoro que
está programada para el 20 de este mes. En la
tarde del viernes el Palacio de Hacienda anticipó que habrá instrumentos de deuda pública a treinta días, lo que
hace presuponer que comenzará el operativo para desarmar
las Leliqs.
Al mismo tiempo, el
Banco Central prepara la puesta en marcha de los Bonos para la Reconstrucción de
una Argentina Libre (BOPREAL), instrumento al que podrán suscribir
exclusivamente los importadores que acrediten deuda comercial.
Según anticiparon
fuentes oficiales a Ámbito, el Gobierno encarará un “plan aspiradora” para
secar la plaza de pesos. Habrá
una estrategia conjunta entre el BCRA y el Palacio de Hacienda.
Para describir el
plan financiero, en el Gobierno utilizan la imagen de un puente. “Hoy tenemos
muchos pesos y pocos dólares, pero sabemos que hacia adelante, con el ajuste
fiscal y la competitividad cambiaria, esa cuenta se va a invertir”, dijo una
alta fuente del equipo económico a Ámbito. En síntesis, esa es la explicación
del BCRA para colocar un título integrable en pesos, pero que es pagadero en
dólares con una tasa del 5% anual.
Si el crecimiento
de la deuda comercial en el 2023 fue de unos u$s 25.000 millones, como indican
distintos sondeos privados, el Banco Central podría
hacerse del equivalente a esa liquidez en pesos a través de las empresas
importadoras que acepten suscribir el BOPREAL. Por su
parte, en caso de necesitar las divisas para cancelar algún pago en el
exterior, las firmas podrían negociar ese bono en el mercado secundario para
contar con los billetes.
En las últimas
horas la estrategia fue cuestionada por economistas de diversos sectores. Por
ejemplo, el ex integrante del directorio del BCRA, Jorge
Carrera, dijo en su cuenta de X que la deuda comercial no pertenece
a la entidad monetaria, sino a los privados y que esta fue tomada
“conociendo los posibles escenarios derivados de un cambio de gobierno que
podía aumentar impuestos o desdoblar el mercado”.
En el Banco Central
rechazan la acusación de una supuesta “estatización de la deuda privada”, bajo
el argumento de que tarde o temprano, los importadores deberán acceder al
mercado de cambios para pagar las compras al exterior ya realizadas y también
las nuevas. Además aseguran que las firmas fueron “forzadas” a endeudarse
porque no se cumplieron los plazos de acceso pautados en los permisos que
otorgó la Secretaría de Comercio.
La “dolarización de
las Leliq"
Todo ese capítulo
es muy debatible. Hay opiniones para todos los gustos. Pero el ex secretario de
Política Económica, Fernando Morra, puso la lupa en
otro eje. Sostuvo en un informe de la consultora Suramericana que la estrategia
se centra en modificar la estructura de la deuda del BCRA. Ya que gran parte de
los pesos de las empresas que potencialmente pueden suscribir BOPREAL están en
inversiones respaldadas hoy por los pasivos remunerados: “Es una dolarización de las Leliq”, sintetizó.
El exfuncionario de
estrecho vínculo con Martín Guzmán, sostuvo que la estrategia se complementa
con una penalización a la liquidez de corto plazo. La
renovación de las Leliq es parcial y se redujo la tasa para los Pases
Pasivos. Este combo, en definitiva, obliga a las entidades
financieras a migrar en parte sus pesos a títulos del Tesoro para mejorar sus
rendimientos.
Ese análisis va en
línea con lo que el Ministerio de Economía anticipó este viernes en un
comunicado oficial: en la licitación del miércoles se ofrecerán Instrumentos de
Deuda Pública a 30 días de plazo. Los detalles del llamado los publicará este
lunes la Secretaría de Finanzas que conduce Pablo Quirno, pero está
claro que se trata de una estrategia en conjunta.
El Gobierno le saca
lustre a la aspiradora y parte de ese plan es efectivamente migrar los pasivos
remunerados hacia colocaciones del Tesoro. El presidente Milei va incluso más allá y pese al déficit en las
cuentas públicas dice que los recursos obtenidos con las licitaciones deberían
ser utilizados de forma inmediata para cancelar deuda con el Banco Central.
Todo luce como una
estrategia conjunta para secar la plaza de pesos. Calificadas fuentes de la
autoridad monetaria detallan que “el balance del Tesoro y el del Banco Central
están muy vinculados” y que por eso será fundamental la “tan estrecha relación
que tienen los funcionarios con el Ministerio de Economía”. Sin ir más
lejos, Luis Caputo y Santiago Bausili eran
socios de la consultora Anker hasta hace pocas semanas.
¿Y la independencia
del Banco Central? En el Gobierno argumentan que la independencia no estará
dada por la cercanía o lejanía de los funcionarios de turno sino porque el
Banco Central no financiará más al Tesoro. AMBITO |