Sábado 16 - Por Sofía Diamante - El Gobierno convocó a audiencias públicas el 8 de
enero para determinar los próximos aumentos de tarifas de gas. Según la
resolución 704/2023 del Enargas, el ente que regula el sector, publicada ayer
en el Boletín Oficial, la Secretaría de Energía evaluará aplicar alzas
mensuales.
“Determinación de
un índice de actualización mensual para las tarifas del servicio público de
transporte de gas natural y del servicio público de distribución de gas por
redes”, dice el texto. Se trataría de un cambio con respecto a la idea original
de que las tarifas se actualicen dos veces al año, de manera semestral.
El ministro de
Economía, Luis Caputo, dijo que, de los gastos del Estado que se busca reducir,
0,5% del producto representa el ajuste en los subsidios a la energía. En las
audiencias se tratará cuánto del costo de la producción de gas se pagará en las
boletas y la actualización de las tarifas de transporte y distribución.
El Gobierno convocó
a audiencias públicas el 8 de enero para determinar los próximos aumentos de
tarifas de gas. Según se desprende de la resolución 704/2023 del Enargas, el
ente que regula al sector, publicada ayer en el Boletín Oficial, la Secretaría
de Energía evaluará aplicar aumentos mensuales.
“Determinación de
un índice de actualización mensual para las tarifas del servicio público de
transporte de gas natural y del servicio público de distribución de gas por
redes”, dice el texto. Se trataría de un cambio con respecto a la idea original
de que las tarifas se actualicen dos veces al año, de manera semestral.
En la misma
resolución, el Gobierno también dio una pista de que se continuará con las
obras de reversión del Gasoducto del Norte, un proyecto clave para abastecer de
gas a las provincias de esa parte del país con la producción de Vaca Muerta. En
los objetivos a considerar dijo: “Reversión del Gasoducto Norte - criterios de
tarificación y asignación de capacidad”.
El ministro de
Economía, Luis Caputo, dijo que de los 2,9 puntos del PBI que se busca reducir
de gastos del Estado, 0,5% del producto representa un ajuste en los subsiestuvo
dios a la energía. En la audiencia pública se tratará cuánto del costo de la
producción de gas se pagará en las boletas, además de actualizar las tarifas de
los servicios de transporte y distribución.
Actualmente, las
tarifas de gas cuestan 60% menos en dólares de lo que valían en diciembre de
2019, cuando se inició la gestión de Alberto Fernández, según cálculos de la
consultora Economía & Energía.
A octubre pasado,
un usuario de ingresos altos pagaba en promedio una boleta de gas de $6955; el
de ingresos medios, $4971, y el de ingresos bajos, $2528. Mientras que en enero
de 2019, el mismo consumo costaba $16.180 (a precios constantes de octubre pasado)
para todos los usuarios, ya que no había segmentación.
Las obras de
reversión del Gasoducto del Norte demandan una inversión de US$710 millones,
pero ya se cuenta con un crédito del Banco de Desarrollo para América Latina y
el Caribe (CAF) de US$540 millones. El Estado se comprometió a financiar los
US$170 millones restantes, de los cuales ya se desembolsaron US$70 millones en
la compra de caños y válvulas, a través de fondos de Cammesa, la compañía con
control estatal a cargo de los despachos de energía eléctrica.
La empresa estatal
Enarsa, a cargo de la coordinación de la obra, a punto de adjudicar en
noviembre la construcción de uno de los tramos a la Unión Transitoria de
Empresas (UTE), compuesta por Techint y Sacde, del empresario Marcelo Mindlin.
Pero el proceso se suspendió luego de que Javier Milei ganara el balotaje.
Demora y
complicaciones
La demora en
adjudicar el proyecto complicará que la obra esté terminada para el invierno
próximo, ya que se estima que la construcción tardará alrededor de seis meses.
“El Estado tiene que poner solo US$100 millones más para ahorrarse luego entre
US$500 millones y US$600 millones en sustitución de importaciones de gas”, dijo
un empresario de perfil técnico al opinar sobre si cree que el Gobierno
continuará la obra.
En el sector están
confiados en la experiencia del técnico Carlos Casares, un especialista en
temas de gas que será el próximo interventor en el Enargas y asesor del
secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo.
Lo mismo sucede con
el segundo tramo del Gasoducto Néstor Kirchner, que demandaría una inversión de
US$2500 millones. Si bien se podría obtener financiamiento privado, las
empresas pedirían al Estado una garantía de flujo mínimo de gas para conseguir
créditos de los bancos. En ese caso, el Estado no debería destinar fondos
públicos, sino ser el “burro de arranque” de los proyectos.
En la industria
miran como guía el gasoducto construido hace 25 años en Perú desde el
yacimiento de Camisea (Cuzco) a Lima. “Tampoco tenían financiamiento público,
pero el gobierno peruano otorgó un certificado que garantizaba el llenado del
caño, de forma tal que las empresas pudieran recuperar el capital invertido. Si
no se llenaba un mínimo de metros cúbicos, el gobierno peruano pagaba el
seguro. Pero se llenó tan rápido que no hizo falta que el Estado peruano pague
la garantía. Ese certificado, a su vez, les permitió a las empresas conseguir
el financiamiento”, dijeron.ß LA NACIÓN |