Por Nazarena
Lomagno - La posibilidad de levantar el cepo,
según Sergio Massa,
comenzaría a tener forma en diciembre de 2024. Es que el ministro de Economía señaló, frente a la posibilidad de ser
presidente, el punto final sobre una problemática que controla la salida de
capital en un contexto adverso para el Banco Central, pero también limita
inversiones. Señal fiscal, recuperación de la demanda de
dinero, mejora del sector externo y apoyo político, las claves para
despegar de las restricciones cambiarias.
En la última
entrevista que dio Massa, el candidato a presidente prometió retomar el camino
de la eliminación de los controles de cambio a fines de 2024. El economista de
Anker Latinoamérica Martín Vauthier sostiene que para flexibilizar el cepo “se requiere una mejora en las expectativas, que se traduzca en una
recuperación en la demanda de dinero, y por otro lado, una mejora en el
balance del Banco Central”. “Hay una demanda de dinero muy débil y un balance
del Banco Central muy deteriorado con muchos pasivos en pesos y sin dólares
propios, sin reservas netas propias. Para revertirlo, se necesita un programa
económico que sea creíble para el mercado y que tenga respaldo de la política”,
analiza el especialista. La misma idea entienden desde el Banco Central. Desde
la entidad comandada por Miguel Pesce hacen
hincapié en la necesidad de un “espaldarazo político” que
soporte un “acomodamiento más de shock” para luego ir avanzando gradualmente
con un plan de estabilización. “En ese sentido, es importante pensar en un gran
acuerdo nacional”, explican en el interior del banco. Sin embargo, advierten
que liberar el dólar abruptamente, y pasar “de $350 a $900 es violento”.
En ese plan
estabilizador, para Vauthier es clave la pata fiscal, para tender a eliminar el déficit, programado en 0,9% del PBI según el
Presupuesto 2024. “Es fundamental para que el Banco Central pueda acumular
reservas que se elimine el financiamiento monetario al Tesoro, mantener una
recuperación en la demanda de dinero y del balance del banco. El mercado tiene
que percibir que se puede sostener en el tiempo”, explica el economista.
Leandro Mora
Alfonsín, economista especialista en política industrial, le agrega un
condimento más al plan: corrección de precios
relativos, principalmente tipo de cambio junto con tarifas, tasa de
interés y salarios. A su vez suma, entre otros elementos, retomar el sendero de
los mercados internacionales, dependiendo del tipo de acreedores disponibles y
la tasa ofrecida. “Sin las bases de un plan relativamente claras, ponerle fecha
al fin del cepo es una expresión de deseos. No hay un botón de cepo sí o cepo
no, se va aflojando en virtud de que la propia economía te permite ir
saliendo”, explica Alfonsín.
Por último,
para Guillermo Abadi, también especialista industrial, un
escenario sin cepo podría llegar hacia fines de 2024 o “incluso antes”, en caso
de seguir un programa económico que estabilice la economía. Junto con los otros
puntos mencionados, con los que concuerda, considera necesaria una política de ingresos que sostenga al segmento que
podría sentir mayormente las consecuencias. Además, resalta la importancia de
una buena cosecha y sectores estratégicos como Vaca Muerta y el litio, que
ayuden a la mejora del panorama externo y llegada de dólares. “Los
desequilibrios acumulados actualmente son insostenibles”, concluye el analista.
Implementación del
cepo cambiario
La implementación del cepo cambiario a fines de 2011
implicó el regreso de los controles de cambio como
herramienta de política económica. La reglamentación administrativa sobre
compra y venta de divisas profundizó su letra chica hasta el 16 de diciembre de
2015, momento en el que el ex ministro de Hacienda, Alfonso Prat- Gay, anunció
su fin. “El que quiera exportar va a exportar, el que quiera importar va a
importar, el que quiera comprar o vender dólares, lo va a poder hacer. Así es
como funcionan las economías normales”, aseguró ese día.
Casi cuatro años
después, el 1° de septiembre de 2019, Mauricio Macri dio marcha atrás con la
decisión a través del DNU 609 e impuso nuevas restricciones para evitar la fuga
de divisas, en el marco de una sangría fenomenal para el Banco Central y las
exigencias del FMI. Así, se fijó el límite para adquirir dólares en u$s10.000
por mes. Pero también duró poco: el 28 de octubre la debilidad del contexto
obligó al ex mandatario al ajuste del cepo a u$s200 mensuales para
atesoramiento y gastos en el exterior, monto que decidió el presidente Alberto
Fernández mantener hasta la actualidad.
En diálogo con
Ámbito, un banquero reconoció en off que es “imposible” quitar el cepo
de un día al otro, que se trata de un proceso. “Con la cantidad de pesos
y baja cantidad de dólares en el canal formal, no existe levantar el cepo
inmediatamente”, asevera. En esa línea, Alfonsín destaca la importancia de
evitar saltos abruptos “para no tener una sobrerreacción del mercado y una
potencial corrida”. AMBITO |