Por Ignacio Federico - MADRID.– La economía argentina viene acumulando
desequilibrios fiscales y
monetarios que se traducen en una tasa de inflación que hoy es del 135%
interanual y que hacia fin de año llegaría a 187%, y en una brecha cambiaria
entre el tipo de cambio oficial y los financieros de cerca del 150%. Además, en
lo que va de 2023, acumula un déficit primario de 1,7% del PBI (que crecerá
hacia fin se diciembre) y el producto caería cerca de 3% a fin de año. Por eso,
el consenso entre los economistas es que el país necesita un plan de
estabilización. Sin embargo, a pesar de los deberes propios que tiene que
hacer, puede tener una ayuda del mundo, que mostraría un “aterrizaje suave”
tras el período de aumentos de tasas de interés que implementaron los bancos
centrales para contener la inflación.
“La Argentina no
escapa a la lógica de Latinoamérica, que, en general, se siente mejor con un
escenario de tipos de interés más bajos. Me parece que un escenario de
aterrizaje suave ayudaría ala Argentina ”, dijo Juan Cerruti, economista jefe
global y vicepresidente de Estudios Económicos de Grupo San tan der, durante la
Banking Conference 2023 que la entidad realizó ayer en los headquarters
ubicados en Boadilla del Monte, a 20 minutos de Madrid.
“La buena noticia
es que pareciera ser que ya transitamos buena parte de este período de
endurecimiento y América Latina lo hizo bien. Entonces, si este escenario de
bajada de inflación se consolida a nivel global, vamos a empezar a ver un
alivio de los tipos de interés hacia delante. Y obviamente a la Argentina lo va
a beneficiar como al resto de los países de la región”, agregó.
“Aterrizaje suave”
es elescenario base que maneja Cerru ti, en el que las tasas de interés no
continuarán subiendo, pero se mantendrán altas por un tiempo .“Los bancos
central es van en el camino correcto para desacelerar la inflación sin impactar
tanto en la actividad. Esto requiere tasas altas por más tiempo, porque se
transmite lentamente y la actividad está resiliente, con mercados laborales que
aguantan”, dijo.
Si bien la
Argentina es un país que está cerrado al mundo, este efecto global puede tener
un efecto desde el lado de las commodities y de la demanda externa. “Es un país
productor de materia prima, entonces en la medida que haya un aterrizaje suave
o que la velocidad en la cual están subiendo las tasas de interés sea cada vez
más lenta, eso genera ciertos colchones. Al menos disminuyen los riesgos de que
haya una caída en el precio de las commodities o que la demanda caiga. Y la
Argentina necesita conseguirlo”, agregó Rodrigo Park, economista jefe de
Santander Argentina.
Sin embargo, los
desafíos que enfrenta el país son mayúsculos. “El problema fiscal no es
reciente. La Argentina tuvo superávit solo el 10% de los últimos 100 años. Y
cuando tuvo superávit fue coyuntural, no estructural, con las privatizaciones y
con el boom de precios de las commodities”, explicó Park. Y añadió que la
economía no crece desde 2011: desde ese año, el PBI per cápita cayó 17%.
También destacó que hay una necesidad muy grande de alinear precios relativos y
de recuperar la demanda de dinero, que viene cayendo y que se ubica en el 2,5%
del PBI.
Pero, el principal
desafío es bajar la inflación. “Cuando se miran encuestas o las preocupaciones
de los argentinos, una de las principales cosas que surgen es que la inflación
es el principal problema; hay una demanda por bajar la tasa de inflación”, resumió
Park.
Del lado medio
lleno del vaso, señaló las “oportunidades” que tiene el país, sobre todo en
recursos naturales que podrían aportar ingresos extra “si se logra estabilizar
la economía”, como el agro (US$12.000 millones), la energía (US$31.000
millones) y la minería (US$16.000 millones). Pero también destacó el “capital
humano”, que podría generar US$8000 millones. “Obviamente, se necesita volver a
recuperar el ciclo de ahorro y de inversión para que todo este potencial
termine siendo alcanzado. Porque la inversión argentina es del 16% o 17% del
PBI, por debajo de los niveles de la América Latina. Chile, por ejemplo, tiene
24%”, cerró.
Se hizo el pago al
FMI y las reservas caen a su menor nivel en más de 17 años
Por Sofía Diamante
y Javier Blanco El Gobierno le giró al Fondo Monetario Internacional (FMI) una
suma equivalente a US$2589 millones para hacer frente a los vencimientos de
capital de octubre por 1975 millones de Derechos Especiales de Giro (DEG) de la
deuda refinanciada con el organismo, egreso que hizo caer las reservas
internacionales ayer en US$2751 millones y las dejó en el menor nivel de los
últimos 17 años y medio.
La tenencia total
del Banco Central (BCRA) perforó los US$22.000 millones (estaba anteayer en
US$24.612 millones y quedó en US$21.861 millones) regresando a niveles que no
mostraba desde el 20 de abril de 2006. Así, caen en unos US$22.737 millones
(51%) en lo que va del año.
La merma pudo haber
sido aún mayor de no ser porque el BCRA cerró el mes comprando otros US$135
millones en la plaza cambia ria oficial, monto obtenido tras volver a trabar el
pago de muchas importaciones, argucia con la que pudo recuperar unos US$625 millones
en las siete ruedas posteriores a las elecciones.
“Las operaciones
siguen sin validación, salvo para las SIRA de clientes vinculados al rubro de
insumos médicos, quienes pudieron hacer las correspondientes transferencias al
exterior. Todos los demás siguen a la espera”, detalló el operador Francisco
Díaz Mayer, de ABC Cambios.
La excepción hecha
a esos insumos llegó tras las quejas y denuncias públicas de distintas
asociaciones médicas advirtiendo sobre la peligrosa situación que se estaba
creando. Incluso ayer la Secretaría de Comercio recibió a médicos y cámaras del
sector por este tema.
Faltan los
intereses
Según pudo
averiguar la nacion, de consultas con fuentes oficiales, el pago de los
intereses correspondientes (una factura que se agravó por la postergación del
pago hasta fin de mes) se concretará el lunes que viene, día para el que está
previsto el desembolso de otros 630 millones en DEG, lo que supone una suma hoy
equivalente a unos US$826 millones (considerando que el DEG cotiza a
US$1,31064).
Al cierre de esta
edición no hubo información oficial sobre las monedas usadas para hacer el
pago, aunque se supone que el Gobierno volvió a recurrir a un mix como cuando
utilizó a fin de julio a recursos obtenidos de la CAF y de Qatar.
Según la consultora
Anker, usaría el equivalente a US$1850 millones en DEG y US$750 millones en
yuanes, y así “el uso del swap para pagos de octubre y noviembre acumularía
US$1600 millones y se habrán consumido reservas líquidas en DEG por US$1850
millones”, estimaron.
En el mercado
descontaban que el Gobierno volvería a recurrir a fuentes alternativas de
financiamiento para cubrir la escasez de reservas y ante el compás de espera
abierto en las negociaciones con el FMI por el calendario electoral, un diálogo
que se reanudaría cuando quede definido el próximo presidente.
“Es una estrategia
que no se encuentra exenta de costos: el más evidentees la gran debilidad de la
hoja de balance del BCRA. En este escenario prevemos que las dificultades para
acceder a dólares para realizar pagos al exterior persistirán para maximizar el
saldo positivo por las intervenciones en el mercado oficial”, dijeron en
Delphos Investment.
Lo que es claro es
que las reservas estarán bajo presión y pueden registrar mínimos aún más
preocupantes en los próximos meses, ya que nadie prevé un retorno al diálogo
con el FMI ni rápido ni sencillo. “Alcanzar un acuerdo con el FMI antes de fin
de año para destrabar desembolsos por alrededor de US$3400 millones no será
fácil”, advirtieron desde la consultora Equilibra.
En el último
bimestre, el país tiene pagos programados por US$2460 millones: US$1460
millones por vencimientos de capital y US$1000 millones por intereses, según
Equilibra. Al FMI hay que pagarle US$1600 millones entre noviembre y diciembre,
y a organismos internacionales y bilaterales, US$860 millones. “Todos se pueden
saldar con yuanes (de los US$5700 millones usables, quedarían unos US$3240
millones). Es decir, que el Gobierno podría saldarlos sin tocar las arcas del
BCRA ni depender del último desembolso del año del FMI”, explicaron.
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