Por Alfredo Sainz -
Luego de un fin de semana con los supermercados completamente explotados, en
las últimas horas la demanda en las góndolas comenzó a normalizarse, aunque en
las grandes cadenas aseguran que persisten los problemas en las entregas y
muchas categorías están desabastecidas.
La fiebre en las
ventas que fue intensificándose en los últimos días y que llegó a un pico el
sábado, con gente haciendo cola para entrar en algunos supermercados y clientes
cargando televisores de 65 pulgadas en un changuito, se frenó ayer. Sin
embargo, sus efectos se siguieron haciendo ver en las góndolas.
“Se vendió todo lo
que teníamos y si no se vendió más fue porque nos quedamos sin productos. Hoy
[por ayer] está todo más tranquilo, pero el problema es que hay muchos huecos,
porque no se puede frentear (política de exhibición) porque no hay mercadería”,
explicaron en una cadena.
“Hace diez días
empezó a recalentarse la demanda y el fin de semana explotó. Con una suba del
50% en unidades en productos de almacén y de 280% en electro. Los pesos le
quemaban a la gente y lo mejor es que se trató de una venta más ‘sana’, sin
cuotas y sin resignar márgenes”, explicaron en otra cadena.
En la mayor
tranquilidad que se vivió en materia de consumo en la jornada de ayer también
influyeron otros factores. “La lluvia no ayuda y siempre termina espantando a
la gente. A esto se suma que hubo consumidores que anticiparon compras. Y
tampoco hay que perder de vista que estamos a día 23 y el sueldo se va
perdiendo”, señalaron explicaron en el sector.
El fenómeno del
crecimiento en las ventas en realidad se venía sintiendo desde las PASO. De
acuerdo con los números de la consultora Scentia, en septiembre las ventas de
los supermercados pegaron un salto del 8,5% en unidades, en lo que representa
el segundo mayor incremento mensual de los últimos veinte años. El único mes
que mostró una recuperación de la demanda mayor fue febrero de 2020, cuando en
medio de la aparición del Covid y el temor al confinamiento, las ventas se
dispararon un 9,9%.
En las grandes
cadenas reconocen el inédito buen momento que viven en materia de consumo, pero
aseguran que no todo es color de rosa. “Nos estamos llenando de pesos, pero no
sabemos qué hacer con toda esa plata porque no hay reposición. Lo normal sería
que hubiera un círculo virtuoso, pero el problema es que vendemos más, pero no
podemos recomponer los stocks”, explicaron en una cadena líder.
En voz baja, en los
supermercados culpan a la industria de haber apostado a que las elecciones del
último domingo iban a dejar a un gobierno más débil y con menor capacidad para
hacer respetar los acuerdos de precios.
“La industria apostó
fuerte a que ganaba Milei y que se caían los Precios Justos, así que en la
última semana dejaron de entregar a la espera de que los controles se relajaran
y poder colar aumentos”, explicaron en otra cadena.
“La semana pasada
se cortaron las entregas y ahora que vieron que el Gobierno sigue en carrera se
empezó a normalizar, aunque siguen los problemas especialmente en frescos,
yogures y bebidas”, señalaron en otra cadena.
En los
supermercados explican que los problemas en las entregas no son nuevos, pero
precisan que en la última semana se multiplicaron, especialmente en rubros de
primera necesidad y alta capacidad de stockeo. “Los problemas con el aceite
vienen desde hace varios días. Arroz no te entregan y en gaseosas hubo un
intento para colar un aumento del 30% a partir de este lunes. Ahora habrá que
ver qué hacen, pero por de pronto lo que estamos viendo es que no hay entregas
o que te cuotifiquen los envíos”, señalaron.
A la decisión de
algunos proveedores de retener mercadería, además se sumaron problemas de
logística que afectaron en particular a algunas categorías de bebidas. “Tuvimos
problemas en las entregas de aguas, gaseosas y lácteos. Y en todos los casos,
les echaron culpa a la logística”, explicaron en el sector.
La contracara de
los problemas de abastecimiento son los autoservicios chinos y los almacenes.
En los pequeños comercios, no hay problemas en las entregas, aunque con listas
de precios que se actualizan todas las semanas y se mueven a la par del índice
de inflación.
“La industria
vuelca la mercadería en los chinos, porque les mandan los aumentos de precios y
les quitaron todos los descuentos y promociones”, señalaron en el sector. La
política discriminada de abastecimiento, a su vez, explica que, como nunca, se
haya disparado la brecha de precios según el tipo de comercio. Históricamente,
el canal moderno (supermercados, hipermercados) fue entre 10% y 15% más barato
que el pequeño minorista. Pero en la medida en que los controles de precios se
fueron intensificando, especialmente entre las grandes cadenas, el gap se
estiró hasta superar el 60% en muchas categorías como limpieza, higiene o
cosmética.
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