PorFrancisco
Jueguen - Luego del triunfo en las elecciones y de cara al ballottage, Sergio
Massa presentó medidas en las próximas horas para contener el dólar sin
sobresaltos y buscará entregar señales para diluir el nerviosismo del mercado.
No es una tarea sencilla en el camino que se abre a una segunda vuelta en la
que enfrentará a Javier Milei y su dolarización.
En primer lugar,
confirmaron a LA NACION, un nuevo desdoblamiento cambiario para todos los
bienes y servicios de exportación. Durará 30 días (hasta el 17 de noviembre) y
se deberán liquidar las divisas 70% en el mercado único de cambios (oficial) y
30% al contado con liquidación (CCL). Entrarán todas las actividades y
productos, o sea, bienes intermedios, terminados, primarios y también
servicios. El viernes pasado fue el último día del llamado dólar agro. Se
trataría de un tipo de cambio que estaría entre los $520 y $530, según la
cotización de CCL. El decreto 549/2023 fue publicado en un suplemento del
Boletín Oficial por la noche.
“Los exportadores
de las mercaderías comprendidas en la nomenclatura común del Mercosur,
alcanzados por el artículo 1º de este decreto, efectuarán el pago de los
derechos, tributos y demás conceptos en las condiciones que establece la
normativa aplicable, en los plazos que a esos efectos disponga la AFIP (...) no
debiendo superar dicha fecha el 31 de diciembre de 2023, inclusive,
correspondiendo aplicar la alícuota del Derecho de Exportación respectivo”,
aseguró el artículo segundo. Los pesos se acreditarán en una cuenta ajustable
por el tipo de cambio o irán a la suscripción de una letra también indexada.
La idea es sumar
dólares a las alicaídas reservas del Banco Central (BCRA), que actualmente
están en -US$7500 millones, según el mercado. El Gobierno ya había logrado la
semana pasada activar y ampliar el swap (préstamo) chino a US$6500 millones.
Son divisas que pueden usarse para intervenir en el mercado, según informaron.
Desde la semana
pasada, el equipo de Massa ya había comenzado a entablar conversaciones con las
cerealeras, a la espera de poder establecer un nuevo tipo de cambio diferencial
mientras durara la transición al ballottage. El viceministro de Economía,
Gabriel Rubinstein, había dejado trascender que el tipo de cambio oficial se
mantendría hasta el 15 de noviembre fijo en $350 y que, desde entonces,
comenzaría el crawling peg (microdevaluaciones) al 3% mensual. Se trata de un
atraso que desincentiva la liquidación, salvo –claro está– que aparezca un
nuevo “programa de incentivo exportador”.
Por otra parte,
según dijeron en el Palacio de Hacienda, se están estudiando mecanismos para
devolver la confianza al mercado de bonos, que ayer mostró señales de alarma.
Cerca del candidato de Unión por la Patria indicaron que trabajan en un
“aumento en cupones por nuevas suscripciones y en un programa de adelanto
parcial de vencimientos”.
En la conferencia de
prensa en el Palacio de Hacienda que brindó a corresponsales de medios
extranjeros, Massa aprovechó para criticar la reestructuración de la deuda de
uno de sus antecesores en el cargo, el exministro de Economía, Martín Guzmán.
“Fue pésimo”, dijo el funcionario a los periodistas. “Es el único canje tras el
cual, al día siguiente que se cerró, cayó el valor de los bonos en lugar de
subir”, agregó.
Además, afirmó que
el mercado de bonos soberanos requiere de “una mirada y un análisis”, porque
actualmente sufre “la falta de incentivos” y el financiamiento requiere que
tenga mayor “profundidad”.
Massa señaló, por
otra parte, que buscará tener un presupuesto para 2024 con un superávit fiscal
de 1% del PBI. Actualmente, en el mercado creen que el déficit podría extenderse
hasta un 3% del producto, pese a que el acuerdo de facilidades extendidas con
el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé un rojo de 1,9% del PBI. La
propuesta del ministro de Economía no es una novedad. Ya la había planteado al
presentar el presupuesto en septiembre último. La mejora en las cuentas
públicas se haría a través de la decisión del Congreso, y no del Ejecutivo, con
una “separata” (un documento anexo) que suma beneficios tributarios por 4,8%
del producto. Como ejemplo, el ministro mencionó que quien tiene un auto y una
casa paga Bienes Personales, “pero quien tiene un campo en el exterior no”.
La “separata” son
gastos previstos por $16,5 billones e incluye exenciones de Ganancias de
jueces, aquella sobre Bienes Personales a depósitos de argentinos en el país,
el régimen de promoción de Tierra del Fuego, las reducciones de IVA sobre
honorarios, las alícuotas internas sobre bebidas sin alcohol y jarabes, el
impuesto al cheque en el sector salud o los diferenciales en el impuesto a los
combustibles. Pero también hay “beneficios”, por ejemplo, por el impuesto PAIS
para las plataformas digitales, el no diferimiento por el ajuste por inflación
o el reintegro de IVA a exportadores, entre otros focalizados en el comercio
exterior. Además, se propuso, “siguiendo las conclusiones a las que arribara el
Pilar II de la Solución Global de la OCDE, que se asegure que las grandes
empresas estén sujetas a un tipo impositivo mínimo del 15%”.
“Vamos a intentar
que el Estado, de aquí al 10 de diciembre, que es cuando termina esta etapa, y
obviamente desde el 10 de diciembre, tenga mayores signos de austeridad”, cerró
Massa.ß |