Sábado
22 - Por Carlos Arbía - La fuerte
suba del dólar paralelo que llegó a valores récord en todas sus versiones en la semana muestra que el BCRA y el
Ministerio de Economía no encuentran la vuelta para frenar la salida de
dolares del sistema, a pesar de los nuevos cepos que instrumentó el BCRA en el mercado
financiero, en particular en las operaciones de agentes de bolsa.
Esta
semana, el BCRA tuvo que vender dólares pero a pesar de eso no pudo frenar la
corrida. las ventas de los últimos días responden, en parte, a la alta demanda
de divisas por el elevado nivel de importaciones que
se viene observando desde el año pasado, pero también a la demanda de dólares del propio
Gobierno para pagar vencimientos de
deuda pública.
La
semana pasada entró en juego otra
variable. Muchos analistas del mercado financiero sostienen que Gobierno
hubo vencimientos de deuda reestructurada de empresas que demandaron divisas y a eso se le suma una tendencia a la caída de la
liquidación de la cosecha a partir de la mitad del mes y el llamado
"efecto de verano", que es el tradicional desplazamiento de la
demanda de pesos
hacia el dólar, que se suele dar en esta época del año.
El
mercado cambiario está muy
ajustado para hacer frente a vencimientos de gran magnitud, aunque todavía hay algo de
liquidez. Las existencias de los Derechos Especiales de Giro (DEGs) se van
terminando y existe la posibilidad que el BCRA deba vender tenencias de oro para
llegar a fines de marzo, que es cuando se debería dar la definición de lo que
sucederá con el acuerdo con el FMI.
Desde
la consultora Analytica señalaron a iProfesional que "enero es un mes
complicado de vencimientos en moneda extranjera porque, en lo que es deuda
pública, hay casi el triple de
vencimientos de capital respecto de los de febrero y el doble de intereses y
eso complejiza mucho la situación considerando que las reservas líquidas
internacionales son muy reducidas y el dólar en el mercado paralelo será
difícil de controlar".
Con
respecto a los vencimientos de deuda hay que destacar que el próximo viernes 28
de enero vence un pago de unos 700 millones de dólares con el FMI y dos días
después, el martes 1° de febrero, otros u$s360 millones. Esto implica que el
BCRA deberá analizar si paga esos más de 1.000 millones de dólares. El problema
es que si el BCRA realiza esos pagos tendrá cada vez menos reservas líquidas para
enfrentar una nueva corrida cambiaria.
Todos señalan a Martín Guzmán
En
el mercado financiero local y en Wall Street señalan al ministro de Economía
Martín Guzmán como uno de
los grandes responsables por no haber cerrado el acuerdo con el FMI
hasta ahora.
Fue la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien en su última carta
se quejó paradójicamente de que el Gobierno destinó el año pasado más dinero a
pagarle al FMI (u$s5.160 millones, 1,1% del PBI) que a paliar las consecuencias
del Covid (0,9% del PBI). De contar con el acuerdo, esos pagos no se hubieran
realizado y habría unos 5.000 millones de dólares más de reservas líquidas del
BCRA.
Cada
una de las medidas que adoptó el Gobierno en las últimas semanas apuntan a
buscar un acuerdo, como la suba de la tasa de interés, la aceleración de la
devaluación del tipo de cambio oficial. En concreto, el staff del FMI y los
funcionarios argentinos siguen discutiendo acerca de la velocidad del ajuste
fiscal. Si será déficit cero en 2025 como pide el FMI o en el 2027, como quiere
el gobierno argentino.
Las diferencias son
importantes y por el momento impiden pensar en un rápido acuerdo. Sin un ajuste fiscal acordado es
difícil poder cerrar el resto de los aspectos como un plan monetario coherente,
un sendero de acumulación de reservas internacionales y el ritmo de devaluación
del tipo de cambio oficial y en ese aspecto resolver el problema del estricto
cepo cambiario que afecta a la economía.
Luego
de las reuniones en Washington del canciller Santiago Cafiero, el equipo
económico y el staff del Fondo Monetario Internacional (FMI) continúan buscando
un entendimiento que, de acuerdo a la opinión del mercado financiero local y de
Wall Street llegará, pero no se sabe qué tipo de acuerdo se logrará y si será
Guzmán finalmente el que lo cerrará.
No hay que descartar tampoco
la posibilidad que no haya acuerdo. El cierre de un nuevo pacto podría servir para aliviar
un poco los problemas que enfrenta el Gobierno en un año con mayor inflación,
mucha volatilidad en el mercado del dólar paralelo y menor crecimiento
económico que en 2021.
Los
principales analistas locales y de Wall Street sostienen que tal vez, no se
cumpla a tiempo con el pago de u$s2800 millones qué hay que hacer al FMI el 22
de marzo y el escenario se asemeje al de los fuertes y continuos cruces entre
el país y el FMI que predominaron en la década del 80 y a fines de los 90. En
aquel momento para Estados Unidos era importante que la Argentina mantuviera en
pie su frágil recuperación democrática y mantuvo una actitud permisiva en
materia económica que actualmente las autoridades del Tesoro Americano y del
FMI no cree que se justifique aunque las últimas declaraciones del gobierno de
los Estados Unidos ayudan a sumar un poco de optimismo.
El
último entendimiento con el FMI se registró el 17 de enero de 2003, reflejado
en un acuerdo financiero stand by durante la presidencia de Eduardo Duhalde, mientras
era ministro de Economía Roberto Lavagna y la negociación estuvo a cargo del
entonces presidente del BCRA, Alfonso Prat Gay,
con el nuevo director gerente Horst Köhler. Esas negociaciones fracasaron
rotundamente y el organismo levantó su oficina permanente en Argentina.
Luego
Kirchner le pagó en enero de 2006 al FMI unos u$s9.800 millones al contado que
salieron de las reservas del BCRA. Hoy
esa operación no se podría hacer por las escasas reservas internacionales líquidas
del BCRA. Desde ese momento el país no tuvo más ningún préstamo, aparte de que
tampoco le permitieron más a los técnicos revisar las cuentas del país como lo
indica en Artículo IV.
En
aquel episodio Pray Gay perdió el puesto de titular del Central, quien fue
reemplazado por Martin Redrado. Más tarde, durante la gestión de Cristina de
Kirchner, llegaría a la Argentina la censura del FMI debido a que el Índice de
Precios al Consumidor (IPC) que elaboraba el INDEC no era confiable y múltiples
críticas a los canjes de deuda. Luego, con la llegada de Mauricio Macri, esa
relación pasó a ser totalmente amistosa mientras que ahora con Alberto
Fernández y Cristina Fernández de Kirchner en el poder es una relación es
bastante tirante y que no se sabe cómo va a finalizar.
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