Por
Camila Dolabjian - En su lucha contra la inflación, el gobierno de Alberto
Fernández se valió de cuatro herramientas para contenerla. Miguel Pesce, a la
cabeza del Banco Central, fue responsable del atraso del tipo de cambio, una de
las principales estrategias implementadas para reducir las expectativas
devaluatorias; Martín Guzmán propició el congelamiento de tarifas e intervino
en los acuerdos paritarios para morigerar el efecto de los salarios en la
inflación, mientras que Paula Español primero y Roberto Feletti después, desde
la Secretaría de Comercio Interior, fueron los responsables de llevar adelante
una batería de acuerdos de precios. Estas fueron las medidas para intentar
contener la inflación y que, para los especialistas, no se podrán repetir este
año:
Dólar pisado
“Por
su impacto en la economía, el ancla más importante siempre es el tipo de
cambio. A pesar de que la inflación núcleo no incluye ni tarifas ni precios con
estacionalidad, tuvo impacto el atraso del dólar como contención, más allá de
los costos que genera”, explicó Claudio Caprarulo, economista de Analytica.
Sin
embargo, los economistas apuntan a que desde septiembre perdió efectividad. “Se
refleja en los precios de los bienes en el programa Ahora 12”, agregó
Caprarulo. Las expectativas de devaluación altas, la brecha cambiaria en 100% y
la recuperación en el nivel de actividad hicieron que pisar el tipo de cambio
sea menos eficaz y más costoso.
La
estrategia está cambiando. Pesce adelantó que este año se acelerará el ritmo
devaluatorio, política que ya se está reflejando en el dólar oficial. En las
últimas semanas, la tasa de devaluación pasó de 1% mensual a entre 1,5 y 2%.
Tarifas congeladas
El
congelamiento de las tarifas incluyó gas, combustibles y luz. Darío Martínez,
secretario de Energía, declaró hace unos meses: “Genera una tensión entre el
Estado y las productoras, pero creemos que en el segundo semestre no deberían
variar los precios, no debería haber incrementos. Es verdad que sube el Brent y
los precios los definen las productoras, pero creemos que no debería haber
movimientos”.
Efectivamente,
se trata de la categoría del Indec que menos aumentos tuvo en 2021. Con 28,3%
acumulado, fue un poco más que la mitad del nivel general. Sin embargo, el
Gobierno no repetirá la estrategia este año. Ya anticipó que entre este mes y
febrero anunciará aumentos de tarifas de entre 17 y 20% para luz y el gas e
implementará una segmentación tarifaria.
Salarios como ancla
En
la primera reunión del año entre los gremios y Guzmán, el ministro de Economía
hizo una presentación en la que intentó demostrar que las consultoras privadas
que integran el REM mostraron, entre 2015 y 2019, escenarios con una inflación
proyectada por encima de la que finalmente terminó materializándose.
Guzmán
buscaba reducir las expectativas de inflación para morigerar las demandas de
aumentos salariales. Sin embargo, el REM estimó correctamente y, a medida que
fueron creciendo las proyecciones anuales y el descontento social en época de
elecciones presionaba en contra del oficialismo, el Gobierno decidió reabrir
las paritarias.
Hasta
junio, se ubicaron en torno al 30%, en línea con la inflación calculada por
Guzmán en el presupuesto 2021 (29%). “Después de mitad de año, soltaron los
salarios como ancla y convalidaron subas promedio del 45%”, explicó Caprarulo.
Octubre fue el mes con mayor activación de cláusulas de revisión.
Acuerdos de precios
Este
tipo de políticas fue muy cuestionado por sus consecuencias a mediano plazo.
Nadie discute el efecto real inmediato: los precios dejan de subir porque el
Gobierno así lo dispone. Sin embargo, el problema radica en el día siguiente al
que terminan los programas. Para muchos especialistas, el desmantelamiento
lleva indefectiblemente a un aceleramiento de los aumentos antes detenidos.
En
total, se llevaron adelante más de 20 acuerdos de precios, según el economista
Damián Di Pace. “Farmacéuticos, construcción, industria intensiva de bienes
durables, electrónica y electrodomésticos, ferias populares, telefonía, cable e
internet. Ninguno hizo que los precios retrocedan porque son sobre categorías y
momento puntuales. Después vuelven a tomar el nivel de precios que intentaste
contener en ese período”, opinó.
Las
políticas de acuerdos y congelamiento se llevaron adelante con fiscalizaciones,
multas y sanciones a empresas. En el último programa impulsado por Feletti se
acumuló un gran descontento en el sector privado por la falta de consenso.
Candidatos, funcionarios, militantes y agrupaciones se pasearon por
supermercados y comercios y difundieron mensajes de repudio contra empresas
alimenticias.
“Difícilmente
iban a ser exitosas para contener la inflación. Fueron parches que se aplicaron
para que no sea más alta de lo que fue”, comentó Camilo Tiscornia de C&T
Asesores Económicos. En su visión, y la de otros especialistas, la efectividad
de cualquiera de estas medidas, de corto plazo, estuvo cercenada por la
política monetaria expansiva. Los billetes en circulación crecieron cerca de
615% entre el primer trimestre ($135.000 millones) y el último trimestre del año
(más de $965.000 millones).ß
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