Por
Juan Martín Melo - Una vez más el Gobierno insiste con la teoría de intervenir
en los mercados agropecuarios con el objetivo de abaratar los precios de los
alimentos, en vez de enfrentar los problemas reales que generan una alta
inflación. Al respecto, hoy el Secretario de Comercio
Interior, Roberto Feletti, volvió a mencionar de medidas para el mercado
de la carne vacuna, el maíz y el trigo, tres de los principales productos
agropecuarios y a los que el titular de la cartera agropecuaria, Julián
Domínguez definió como “bienes culturales”. Mientras tanto el campo, sigue
rechazando todo tipo de medidas que derive en un freno de la inversión y no
promueva el crecimiento de la producción.
Esta
mañana en declaraciones a El Destape, tras la presentación del nuevo programa
de Precios Cuidados para 1.321 productos, Feletti comentó que resta “el
armado del fideicomiso de trigo, maíz y ver cómo implementamos estos siete
cortes que no se pueden exportar para que se comercialice del modo más masivo
posible como ocurrió en las fiestas con los cinco cortes que estaban
protegidos”.
Las
declaraciones demuestran que el funcionario avanza con una idea que es
rechazada por el sector agropecuario, pero que son similares a las que
implementó en tiempos del kirchnerismo, el exsecretario Guillermo Moreno,
que fueron políticas para abaratar los precios de ciertos alimentos al consumidor,
pero a costa de subsidios internos de la propia cadena productiva.
Con
el fideicomiso, el Gobierno propone mediante los aportes del sector de los
exportadores de cereales, que seguramente serán descontados del precio al
productor, compensar a molinos y avícolas por la suba de los precios
internacionales del trigo y el maíz. ¿Para qué? Para que los altos precios
de esos granos no impacten luego en la provisión al mercado interno de ciertos
alimentos básicos.
La
idea sería subsidiar el trigo necesario para elaborar las bolsas de 25 kilos de
la harina de trigo triple cero, los paquetes de 1 kilo de ese mismo alimento, y
los fideos secos en paquetes de 500 gramos. También la iniciativa quiere
compensar el maíz necesario para producir el pollo entero refrigerado o
congelado con o sin vísceras que se vende para consumo interno. Peor no incluye
otros alimentos que utilizan ese grano, como la polenta, la carne bovina
proveniente de corrales de engorde o la carne de cerdo.
La
Mesa de Enlace se ha pronunciado en contra de las medidas de intervención en
los mercados que promueve el Gobierno.
Al
respecto, los integrantes de las mesas intersectoriales de trigo y maíz
solicitaron que se resuelva el problema inflacionario, que según sostienen
excede al precio del maíz o del trigo, ya que los mismos estuvieron siempre por
debajo del ritmo inflacionario durante todo el 2021. Además, recordaron
que es limitada la incidencia de ambos cereales en los precios finales al
consumidor, que en el caso del trigo tiene una incidencia del 13% en el precio
final del pan. Por tal motivo, señalaron que cualquier mecanismo de
compensación “no va a generar beneficios para el consumidor nacional”.
Además,
los integrantes del Consejo Agroindustrial aseguraron que no están relacionados
con las medidas que aplica el Gobierno y que son rechazadas por los sectores de
la producción. “No se ha participado en las mesas de trabajo sobre las
regulaciones de exportación para la carne bovina ni tampoco en las propuestas
del gobierno de constituir fideicomisos para productos derivados del trigo y
del maíz. Nos hemos expresado en múltiples ocasiones, de manera clara y
concreta en contra de cualquier tipo de restricción a las exportaciones, ya que
consideramos que son el factor principal de generación de divisas y creación de
empleo que ayudará a nuestro país a salir de la crisis y mejorar los índices de
calidad de vida de nuestros compatriotas”, dijeron días atrás en un comunicado.
Carne vacuna
En
torno al mercado de la carne vacuna, el Secretario de Comercio Interior
dijo que también insistirá para “ver cómo implementamos estos siete cortes que
no se pueden exportar para que se comercialicen del modo más masivo posible
como ocurrió en las fiestas”. Durante las últimas fiestas de fin de año se
promovió un acuerdo con el sector privado para que el kilo de asado se
comercialice al público a 500 pesos, cuando en la carnicería tuvo un costo de
850 pesos.
Hay
que recordar que las nuevas restricciones a la exportación de carne vacuna
contempla la prohibición para comercializar al mundo de los siete cortes
parrilleros que mayor demanda tienen en el mercado interno. Se trata del asado,
el vacío, el matambre, la tapa de asado, la nalga, la paleta y la falda. Por lo
tanto, Feletti adelantó que buscará prorrogar el programa de cortes vacunos a
precios accesibles en las diferentes cadenas de supermercados.
|