Por
Carlos Manzoni - Para abaratar el precio de los medicamentos, el Gobierno puso
en vigor una idea que ya se trabajaba desde las épocas en las que Ginés
González García era ministro de Salud: dispuso que se fijará un precio de
referencia para 85 drogas usadas en tratamientos de enfermedades crónicas y que
será ese valor el que se tomará en cuenta para determinar el 70% de cobertura
que está a cargo de prepagas y obras sociales sindicales.
El
Ministerio de Salud, actualmente a cargo de Carla Vizzotti, publicó en el
Boletín Oficial la resolución 27/2022, cuyo texto modifica la forma en que se
aplican los descuentos de obras sociales sindicales y prepagas que están bajo
la órbita de la Superintendencia de Salud. En el anexo se detallan 85
componentes activos, propios de medicamentos para enfermedades crónicas, que
están alcanzados por la normativa y que representan más del 60% del mercado de
crónicos, pero solo 5% del mercado total de medicamentos.
La
jefa de Gabinete del Ministerio de Salud, Sonia Tarragona, explicó a la nacion
que a partir de ahora la cobertura no va a ser sobre el precio de venta al
público, sino sobre aquel precio de referencia. “Esta norma implica que el
consumidor podrá elegir la marca que va a comprar. El precio de referencia
favorece que el usuario elija la droga más barata; si elige la más barata
tendrá una cobertura mayor, mientras que si elige la más cara tendrá una
cobertura más baja y deberá poner la diferencia de su bolsillo”, indicó.
Según
comentó Tarragona, se trata de una idea que se trabaja desde 2020. “Lo venimos
analizando y elaborando hace meses en distintas mesas de trabajo con los
laboratorios, y ellos lo aceptaron muy bien. Se lo anunciamos en 2020, durante
2021 quedó suspendido por la pandemia y hace varios meses lo conversamos con
todos los actores del sistema y, en general, todos lo aceptaron muy bien”, dijo
la funcionaria.
En
concreto, el esquema funcionará de la siguiente manera: la cobertura ahora se
limitará al 70% del precio de referencia y ya no a cualquier precio de venta
(como era hasta ayer), por lo que si el consumidor elige una marca cuya venta
al público está por encima de ese precio de referencia, su cobertura se verá
reducida. Por ejemplo, si el precio de referencia es $100 y la marca que elige
cuesta $200, la cobertura solo será del 70% de $100 (es decir, $70) y deberá
poner la diferencia ($130 de su bolsillo), mientras que si hubiera escogido una
de $100 solo habría puesto de su bolsillo $30. Hasta ayer, si el usuario elegía
la de $200 solo debía poner de su bolsillo $60.
La
nueva normativa se apoya además en la ley 25.649 de prescripción de
medicamentos por su nombre genérico (conocida como “ley de genéricos”),
sancionada en 2002. Esta ley, también impulsada por González García en aquel
momento, dispuso que toda receta o prescripción médica debe efectuarse en forma
obligatoria expresando el nombre genérico del medicamento o denominación común
internacional que se indique.
Pero
esa ley cayó en desuso en la práctica. “Su aplicación permite que el usuario
pueda pedir cualquier marca, siempre que sea la droga indicada en la receta. Lo
que pasó es que acá los médicos volvieron a prescribir marcas”, comentó
Tarragona.
Lo
que se pretende ahora, señaló Tarragona, es que, teniendo en mano la receta
debidamente confeccionada con el nombre del genérico, la gente empiece a pedir
los medicamentos más baratos, algo que actuará por sí mismo como un control de
precios. “Y lo que se espera es que los valores de todas las marcas que se
ofrecen en una farmacia se agrupen en una franja que estará más cerca del
precio de referencia”, agregó la funcionaria.
¿Cómo
se fija el precio de referencia? Ricardo Filloy, presidente de la Cámara de
Empresas de Medicina Privada e integrante de la Unión Argentina de Salud (UAS),
lo explicó así: “Se toman los medicamentos de cada uno de estos principios
activos alcanzados por la normativa que están en plaza y se saca un precio
promedio. El valor que surja de ese cálculo será el que se tomará como
referencia para calcular cuánto le corresponde aportar a la prepaga u obra
social”.
En
tanto, en la Cámara Industrial de Laboratorios Farmacéuticos Argentinos (Cilfa)
expresaron: “Estamos estudiando la medida para determinar su verdadero impacto,
pero prima facie consideramos poco apropiado y oportuno en un entorno de
altísima inflación y pandemia intervenir el sistema con una medida que no ataca
el problema de fondo de la seguridad social, que son los medicamentos de alto
costo con coberturas al 100%, que son los que desfinancian el sistema”.●
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