Por Sofía Diamante - El Gobierno pagó ayer algo
más de US$692 millones a los bonistas por la deuda reestructurada en 2020 e
inauguró una temporada de fuertes vencimientos que pondrán presión sobre las
escasas reservas del Banco Central. Solo en el primer trimestre, el país
enfrenta pagos de deuda con el FMI por US$3976 millones, de los cuales US$1100
millones vencen entre fin de mes y comienzo de febrero. Adicionalmente, el
próximo mes debe abonar US$200 millones al Club de París.
Es más, deberá desembolsar a ese club de
países otros US$2000 millones si no logra algún entendimiento con el FMI antes
del 31 de marzo.
Las buenas noticias para el Gobierno vuelven
a estar del lado del campo, que, gracias a la buena cosecha fina de trigo, le
permitió a la entidad comprar US$180 millones en los primeros 10 días de enero.
Se trata del mejor comienzo de mes en término de compras de divisas desde
agosto pasado, señala el operador de cambios Gustavo Quintana.
Esta buena performance no alcanzará, sin
embargo, para afrontar los vencimientos de deuda, que el ministro de Economía,
Martín Guzmán, proyectaba que se iban a evitar si se lograba un preacuerdo con
el staff técnico del FMI a fines del año pasado. La demora en arreglarse debe
alas diferencias acerca de la velocidad de ajuste que propone cada uno para
equilibrar las cuentas fiscales del Estado. Si bien el ministro repite que no
hay apuro en negociar un acuerdo, el nivel de reservas netas en torno a los
US$3200 millones hace suponer otra realidad, que podría derivar en más brecha
cambiaria y suba de la inflación.
En detalle, la Argentina canceló ayer
US$449.168.912 por el pago de intereses de los bonos emitidos bajo ley Nueva
York y US$243.020.558 de los títulos bajo legislación local. Esta transferencia
se había reflejado en la caída de US$344 millones en las reservas del Banco
Central de la semana pasada, pese a que el Banco Central había comprado US$80
millones (el viernes la tenencia bruta era de US$39.121 millones). Las
obligaciones pagadas bajo ley local quedarían depositadas en el sistema
financiero, por lo tanto, el impacto en el nivel general de reservas sería
menor, aunque se reflejarían en el cálculo de las reservas netas (las propias
del Banco Central, sin contar encajes y otros compromisos). Ayer la tenencia
bruta llegó a US$39.171 millones.
El 28 próximo, en tanto, se deberán cancelar
US$730 millones por vencimientos de capital con el FMI, y en la primera semana
de febrero hay otro pago al organismo por US$370 millones en concepto de
intereses. Además, el próximo mes se le deben pagar US$200 millones al Club de
París, en relación con la segunda cuota que arregló Guzmán para ganar tiempo
hasta lograr un acuerdo con el Fondo. De no lograr dicho entendimiento técnico,
a fines de marzo vencen US$2877 millones con el FMI y otros US$2000 millones
con el Club de París.
“El Banco Central tiene que encontrar alguna
manera de financiar todo esto. No es una época donde hay un gran flujo de
dólares; en febrero, la cosecha fina se va agotando. Hasta ahora está haciendo
un delicado equilibrio para no perder reservas en el mercado cambiario. El
resultado está siendo bueno por ahora por efecto de la cosecha del trigo y por
algún manejo de importaciones que el Gobierno siempre hace. Para hacer frente a
estos vencimientos, deberá prendar más oro, que significa tomar un préstamo
utilizando las onzas como garantía”, dice el consultor económico Jorge Neyro.
Gustavo Neffa, director de Research for
Traders y Fin.Guru, destaca que el precio del trigo tuvo un aumento de 20%
interanual. “Es una suba interesante. Por otro lado, el Gobierno está
restringiendo importaciones y muchos sectores están teniendo problemas, como la
industria automotriz, por ejemplo. El Gobierno quiere que aumenten la
producción y exporten más autos, pero no hay acceso a insumos importados”,
indica.
Según sus proyecciones, los precios de las
commodities seguirán altos. “Tenemos una economía global con tasa de interés en
aumento e inflación acelerándose. Es un período donde aumenta la cobertura en
activos duros, donde están las commodities, que se verán beneficiadas. Creemos
que el precio del oro se verá afectado porque el dólar se seguirá apreciando
con la suba de la tasa de interés”, agregó el economista.
La advertencia de los analistas está en el
efecto que tenga la sequía en la cosecha, que ya se ve con claridad en Brasil y
en menor medida en la Argentina. “En Santa Fe hay áreas que perdieron entre 20
y 40% de su rendimiento. Esta semana, con los picos de calor y la falta de
agua, se perderá gran parte de la cosecha”, dice Neffa.
La misma alerta hace Gustavo Quintana,
operador de cambio en PR: “La ola de calor y la sequía en los complejos
agroexportadores pueden cambiar la ecuación del buen arranque de enero para la
compra de dólares. La bajante del río Paraná también influye porque los barcos
con cereales no pueden embarcar”.
Para el analista, la compra de US$180
millones del Banco Central en enero se debe a la persistencia del cepo, el
inicio de vacaciones para muchas industrias, que genera poco ritmo de compras
en el exterior, y a que empieza a haber más ingreso de exportaciones. “La
semana pasada se liquidaron más de US$600 millones, alrededor de US$120
millones de promedio diario. Estamos en pleno inicio de la cosecha fina”,
explicó. ß
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