Por Santiago
Reina
- La primera semana del año estuvo muy agitada en materia económica
y financiera, a raíz de las públicas diferencias entre el Gobierno y el Fondo
Monetario Internacional (FMI),
y la suba de tasas por
parte del Banco Central (BCRA). En ese contexto, mientras algunos especialistas
advierten que la demanda de bonos en
pesos podría correrse de la curva CER, otros siguen remarcando su atractivo en
un contexto de inflación elevada.
El
miércoles el ministro de Economía, Martín Guzmán, señaló
ante los gobernadores que la falta de consenso en torno al sendero fiscal que
debe seguir Argentina es la principal traba para llegar a un acuerdo con el
organismo multilateral de crédito.
Desde
el Gobierno pretenden una reducción gradual del déficit que sea
"compatible con la sostenibilidad de la deuda pública y una redefinición
del gasto público" para llegar a un equilibrio fiscal aproximadamente en
2027. Además, el objetivo es que dicha consolidación se dé por la vía
“virtuosa”, es decir, a través de una recuperación de la actividad económica
que haga crecer la recaudación.
Por
su parte, como suele pedir en sus acuerdos de facilidades extendidas (EFF), el
Fondo solicita un recorte del gasto en términos reales para el corto plazo y
que el equilibrio se logre más rápido.
El
estratega en Cohen, Tomás Ruiz Palacios, señaló a Ámbito que esta tensión puede
generar volatilidad en los títulos en pesos, teniendo en cuenta lo que ocurrió
en el pasado con otros eventos que provocaron turbulencias en los mercados, como la
corrida cambiaria de octubre de 2020 o las PASO de 2021.
“Para
poner en perspectiva la magnitud de la corrección posible, si consideramos que
la tensión se manifiesta en subas de los rendimientos a los niveles de las
semanas post PASO, vemos que la curva CER ante tal escenario
sufriría caídas considerables (de hasta 44%)”, profundizó.
En
ese sentido, el analista sugirió “vender activos en pesos que venzan en 2023 o
luego, al menos hasta que se haya firmado con el FMI y se despeje del horizonte
el escenario de ruptura”.
Guzmán
también expuso ante los mandatarios provinciales que la propuesta argentina
contempla tasas de interés reales positivas y un tipo de cambio real
“consistente con el superávit comercial, la acumulación de reservas y la
regulación de la cuenta financiera”.
El
camino hacia las tasas positivas parece haber comenzado el jueves ya que el
Banco Central ajustó al alza el rendimiento de sus instrumentos de política
monetaria "para reforzar las condiciones de estabilidad
macroeconómica".
En
términos efectivos, las Leliqs, que la autoridad monetaria le
ofrece a los bancos, pasaron a rendir un 48,3% anual. En paralelo, el retorno
de los plazos fijos minoristas trepó 46,8%, mientras que el de los mayoristas
subió a 44%. Además, la entidad que conduce Miguel Pesce creó una nueva Leliq a
180 días, con una tasa efectiva anual del 48,9%.
Todos
estas cifras parecen ser insuficientes para ganarle a una inflación que, según
el REM recientemente publicado, sería cercana al 55% en 2022.
Al
respecto, el vicepresidente segundo del BCRA, Jorge Carrera, aclaró la
performance de los instrumentos de ahorro en pesos en términos reales depende
de cómo se pronostique la inflación y que a la hora de proyectar se debe
determinar "cuánto influye endógenamente la nueva tasa en la inflación
futura, cuál es la relación de la tasa con el tipo de cambio, cómo se ponderan
eventos que van a ocurrir a nivel local e internacional, y cómo el modelo de
pronóstico capta estos puntos o si es un esquema mayormente inercial".
“La
magnitud del aumento no es suficiente para hablar de tasas reales positivas,
pero creemos que responde a una buena señal por parte del Gobierno en plenas
negociaciones con el FMI. ¿Cómo impacta en el mercado? La suba debería
favorecer más a los títulos Tasa Fija y Badlar y menos a la curva CER que a
partir de ayer ya comenzó a mostrarse más débil”, dijeron desde Portfolio
Personal Inversiones en
un informe publicado el jueves.
Por
su parte, Ruiz Palacios destacó el mayor atractivo de los bonos Badlar “sobre
todo porque no se descarta que esta sea la última suba de tasas”. En cuanto a
los bonos a tasa fija, el Magíster en finanzas mostró más dudas ya que el “breakeven”
(comparación entre rendimiento de un bono a tasa fija y un bono CER) está cerca
del 50%, y eso es más un piso inflacionario que un techo. “La tasa CER y la
Badlar pueden ajustar, pero la tasa fija puede quedar más descalzada”, acotó.
Paula
Gándara, Head
Portfolio Manager de Adcap Asset Management, dijo en diálogo con este medio que
“con la suba de las tasas estuvieron muy demandados los bonos Badlar”, pero que
también los bonos CER mantienen un importante atractivo debido a una inflación
elevada, que en diciembre se aceleró respecto del mes previo.
Respecto
del acuerdo con el FMI, la analista consideró que los
desacuerdos en torno al déficit fiscal no “implicaría un quiebre en las
negociaciones”, ya que el Gobierno dio varias señales de querer acordar
y desde presidencia advirtieron públicamente sobre las dificultades que traería
un acuerdo fallido.
Maximiliano
Donzelli, Jefe
de Research en InvertirOnline (IOL), también sigue viendo firmeza en la
curva CER y sostuvo que si existe alguna merma en los precios de
estos títulos “tiene que ver 100% con que estaban muy caros en términos
históricos y a su vez, caros en relación a los bonos badlar, bonos dólar linked
y los bonos dólar hard”.
“Para ejemplificar: los bonos largos llegaron
a rendir menos del 6% (vs 10% rendía en octubre), los bonos más cortos en tasas
negativas (en noviembre llegó a rendir 6%) y los bonos que vencen en el 2026
con rendimientos del 4% (tuvieron rendimientos del 8% hace dos meses)”, detalló
el experto, quien además aclaró que no ve ninguna relación entre el
desencuentro con el FMI y la suba de rendimientos de estos activos.
Más
allá de algunas turbulencias en la curva CER, estos títulos lograron cerrar la
semana con mayoría de ganancias, al igual que los instrumentos Badlar y a tasa fija.
Lo contrario ocurrió con los bonos soberanos en dólares, que se hundieron hasta
8% ya que fueron los más afectados por las dudas en torno a las negociaciones
con el Fondo.
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