Sábado 8 - Por Matías Barbería - Los residentes de la
Argentina tienen USD 235.995 millones en dólares contantes y sonantes. La
cifra incluye depósitos en el país, colocaciones en el exterior y billetes que
están en el colchón: cajas de seguridad o cualquier otra forma de atesorarlos
fuera del sistema financiero. Es un 210% más, el triple, que en 2006, cuando
los privados tenían en total USD 76.003 millones.
Los
dólares en manos de argentinos se duplicaron entre 2006 y 2015. Para luego
volver a crecer fuerte durante los 4 años sin trabas cambiarias del gobierno de
Mauricio Macri, en particular luego de la crisis de balanza de pagos de 2018, que disparó
el pedido de auxilio financiero al FMI.
Ahora,
el crecimiento es más lento. Pero no se detuvo. Esas tenencias aumentaron en
USD 6.546 millones en el último año, tomando el último dato oficial que llega
hasta el tercer trimestre de 2021. Los controles de cambio y la caída de
la capacidad de compra en moneda extranjera del peso limitaron la capacidad de
los ahorristas de refugiarse en dólares.
En
2020, momento de mayor impacto de la pandemia de Covid-19, los activos externos
en divisas habían subido USD 8.270 millones. Un año antes, en 2019, el desplome del peso argentino tras las PASO presidenciales de
agosto e imposición del cepo en septiembre, la cifra de crecimiento había sido
récord: las tenencias habían saltado en USD 30.696 millones.
Las
sucesivas crisis, la pérdida de valor del peso argentino y las memorias de
confiscaciones de depósitos en divisas conspiran para que todo ese ahorro no se
pueda aprovechar en la Argentina. La cifra es representativa porque incluye
estimaciones de dólares que ni siquiera están declarados.
“Es la historia de la gran desconfianza de los
argentinos en la economía local”, resume Martín Polo, economista de Cohen.
“No sería un problema que la gente tuviera plata afuera, el problema es que
prácticamente no hay ahorro local, ni mucho menos de no residentes que lo
tengan acá. No se ve como un lugar seguro ni para los locales”, agregó.
“No
sería un problema que la gente tuviera plata afuera, el problema es que
prácticamente no hay ahorro local", dijo a Infobae Martín Polo
“En
todo caso lo que prueba esto es que no hay restricción externa: dólares hay. El
tema es que nadie se siente seguro para ahorrarlo acá”, concluyó Polo.
De
la cifra total, un número que equivale a 5 y media veces las reservas
internacionales o más de 4 veces el valor en Bolsa de Mercado Libre, sólo una
parte menor está dentro del sistema bancario local.
Son
USD 16.349 millones los depósitos en dólares del sector privado que todavía
permanecen en bancos. Ese ahorro, menos lo que las entidades dieron en
préstamos a clientes exportadores, se cuenta como parte de las reservas brutas
del Banco Central y, al menos en principio, está disponible en créditos para
sectores locales que tienen ingresos en moneda extranjera, para asegurar la
capacidad de repago. Es el 6,93% del total de los dólares que tienen los
argentinos fuera y dentro del país.
El
otro 72% está fuera del sistema local. Los datos del Indec no distinguen
ni dónde están ubicado ni si corresponden a depósitos bancarios en el exterior
o billetes que están en casas, cajas de seguridad y otros refugios.
Se
trata de una forma de ahorro de residentes que no termina ayudando a impulsar
la economía y fomentar las inversiones productivas. Es, primero, ahorro que no
está en pesos y, segundo, ahorro que no está en el sistema financiero local.
En
ese contexto, el crédito en dólares se mantiene en mínimos niveles en la medida
en que los bancos prestan menos de 1 de cada 10 dólares de sus ahorristas para
poder responder ante los periódicos sustos que llevan a algunos ahorristas a
retirar sus billetes.
“Mientras
que el Tesoro y el Banco Central están endeudados, el sector privado argentino
tiene un ahorro enorme fuera del sistema institucionalizado. Claro que con una
doble tragedia”, dijo a Infobae Nicolás Gadano, ex gerente del Banco
Central durante el Gobierno de Macri.
“Primero por el famoso tema de la pérdida del
valor de la moneda por la inflación estructural. No es reserva de valor el
peso. Sin solucionar la inflación ni tasa de interés real positiva, la gente
podría ahorrar en nuestra moneda. Y segundo porque no sólo no es confianza
en el peso, también es falta de confianza en el sistema financiero. Por lo
menos se podría armar un mercado de préstamos en dólares, que a las empresas
exportadoras no les sobra, pero ni siquiera en eso confía”, destacó Gadano.
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