Viernes 7 - Por Santiago
Reina
- La bolsa porteña se recupera este viernes mediante compras
selectivas prudentes tras la reconfiguración de los instrumentos de política
monetaria que dispuso el Banco Central (BCRA). Sin embargo, los bonos vuelven a
sufrir y el Riesgo País roza
las 1.800 unidades en medio de la tensión entre el Gobierno y el Fondo
Monetario Internacional (FMI) por la falta de consenso en torno al sendero
fiscal que debe seguir Argentina en los próximos años.
El S&P Merval de Bolsas y Mercados Argentinos (BYMA) crece un 0,4%, a 84.074 unidades. Las ganancias son encabezadas
nuevamente por los bancos, que son los más beneficiados por las subas de tasas
establecidas por el BCRA.
En
la misma sintonía, los papeles de Banco Supervielle lideran
los incrementos de los ADRs en Wall Street, con un alza del 4,2%. Vale
recordar que en EEUU los funcionarios de la Fed se acercaron a un
endurecimiento de su política monetaria en su última reunión de diciembre, lo
cual implicaría una reducción en sus tenencias de activos y una suba de tasas
antes de lo esperado.
En
el plano local, el Central elevó desde el 38% hasta el 40% el rendimiento
nominal anual (TNA) de las Leliqs. En términos efectivos, el retorno anual
(TEA) sería del 48,3%, una cifra que todavía pareciera insuficiente para
ganarle a la inflación, teniendo en cuenta que el aumento de precios esperado
para 2022 es del 52,1%, según el último REM.
Asimismo,
la entidad que conduce Miguel Ángel Pesce aumentó también las tasas de plazos
fijos, determinó la eliminación progresiva de los pases pasivos a siete días, y
creó una nueva Leliq a 180 días, con una TNA del 44% y una TEA del 48,9%.
"Se
trata de un paso muy pequeño en un largo camino hacia la normalización
monetaria y financiera. El crecimiento de la liquidez sigue siendo
extraordinariamente alto: desde una base monetaria estrecha hasta agregados
monetarios más altos como el M3 (que incluye circulante en poder del público,
depósitos a la vista y plazos fijos)", dijo Alberto Ramos, analista de
Goldman Sachs.
"En
gran medida, la autoridad monetaria perdió la capacidad de controlar la
liquidez interna ante la necesidad de cubrir grandes montos de financiamiento
fiscal vía emisión", agregó.
Bonos y riesgo país
Por
su parte, los bonos argentinos vuelven a hundirse este jueves, ante las dudas
en torno al acuerdo con el FMI. Los títulos soberanos en dólares
que más caen son los más cortos, con pérdidas de 3,6% en el AL29 y de 3,2% en
el GD29.
En
este contexto, el Riesgo País roza trepa ocho unidades hasta los 1.796 puntos
básicos. El referencial no supera las 1.800 unidades desde el primero de
diciembre pasado.
En
una reunión con gobernadores en Casa Rosada, el ministro de Economía, Martín
Guzmán, reveló el miércoles que "el sendero fiscal es el aspecto medular
de las negociaciones con el FMI y donde hasta ahora aún no hay acuerdo".
Desde el Gobierno pretenden
una reducción gradual del déficit "compatible con la sostenibilidad de la
deuda pública y una redefinición del gasto público", y apuntalada
fundamentalmente por la vía "virtuosa" de la recuperación económica,
para llegar a un equilibrio fiscal aproximadamente en 2027. Mientras tanto,
desde el organismo multilateral de crédito pretenden un recorte del gasto en
términos reales para el corto plazo.
"El
Fondo pide una política de ajuste que el Gobierno argentino no está dispuesto a
llevar adelante porque compromete al pueblo argentino y su posibilidad de
crecer y desarrollarse", afirmó la portavoz de presidencia, Gabriela
Cerruti, en la primera rueda de prensa del año. "Esperamos que se pueda
resolver lo antes posible (...) Argentina no va a entrar en default",
agregó.
La
propuesta argentina plantea además la necesidad de llevar a cabo "una
política fiscal contracíclica para apoyar la recuperación en curso, mejorar la
focalización del uso de los recursos del Estado, impulsar el gasto de capital,
Educación, y Ciencia & Tecnología, para aumentar los multiplicadores de
corto plazo y el crecimiento a largo plazo y un fortalecimiento de la
administración tributaria que incremente la progresividad".
Donde
sí hubo acuerdo hasta ahora con el Fondo fue en la necesidad de reducir el
financiamiento del déficit con emisión, y en establecer varios instrumentos
para atacar la inflación, que contemplen no solo una menor emisión sino también
un incremento en las exportaciones y acuerdos de precios para coordinar
expectativas.
El
Gobierno también se comprometió a establecer tasas de interés reales positivas,
camino que ya parece haber comenzado, y a tener un tipo de cambio real
consistente con el superávit comercial, la acumulación de reservas y la
regulación de la cuenta financiera.
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