Por
Sofía Diamante - Mientras el ministro de Economía, Martín Guzmán, negocia con
el Fondo Monetario Internacional (FMI) para lograr un acuerdo que estabilice la
economía y ayude a reducir la inflación y la pobreza, en paralelo y a nivel
micro, el Gobierno enfrenta varias disputas sectoriales con actores claves.
Resoluciones inesperadas o tensiones entre las cadenas de valor por la suba de
precios generaron malestar en las cámaras empresariales, que coinciden en
reclamar certidumbre.
En
los últimos meses, el Gobierno abrió frentes de conflicto con las billeteras
virtuales, las aerolíneas low cost, las agencias de turismo, las empresas de
telecomunicaciones, y las prepagas y prestadoras de salud. También continuó
tensionando la relación con el campo y el sector energético, dos actores que
tienen un peso particular para el Estado por lo que generan y demandan de
dólares.
Fintech
En
la última reunión de directorio del Banco Central (BCRA), la entidad sorprendió
con la medida que obligaba a las billeteras virtuales (entre las que se
encuentran MercadoPago, Ualá, NaranjaX, ValePEI y Yacaré) a dejar encajados
(inmovilizados) los fondos depositados de sus clientes. Esto implica que no
pueden poner a “trabajar” ese dinero, como hacen los bancos con la liquidez de
sus usuarios.
La
entidad que preside Miguel Pesce justificó esta medida al afirmar que era “para
preservar los fondos de contingencia y garantizar que estén siempre a
disposición de los y las ahorristas”. Sin embargo, desde que se fundaron las
fintech, los fondos de los clientes siempre estuvieron a la vista, disponibles
para utilizarse en el momento que sea. Para ello, esta misma conducción del
BCRA las había obligado a que los fondos de los clientes estén depositados en
los bancos, donde la seguridad de los ahorros está garantizada.
La
nueva restricción tiene un impacto directo en los ingresos de estas empresas,
que en los últimos años fomentaron la inclusión financiera al ofrecer
herramientas gratis y sencillas para transferir, pagar de manera electrónica y
ahorrar.
La
Cámara Argentina de Fintech emitió un comunicado tras conocerse la medida y
dijo que “genera un enorme daño a la industria fintech, a la innovación y a la
inclusión financiera”. Agregó: “Esto impactará sobre muchas empresas y sobre la
creación de puestos de trabajo en un sector que ha sido uno de los principales
motores de empleo en el país, y que proyectaba 10.000 nuevas posiciones para el
próximo año”.
Aerolíneas low cost
Otra
normativa que sorprendió a los actores económicos salió publicada en el Boletín
Oficial en la mañana del 24 de diciembre: el Gobierno volvía a establecer
bandas tarifas para vuelos de cabotaje. Esta medida, que delega en el Ministerio
de Transporte la facultad de establecer tarifas máximas y mínimas dentro de los
próximos 180 días, limita la estrategia comercial de las aerolíneas low cost de
ofrecer pasajes a precios baratos.
La
justificación del Gobierno a esta normativa es que el Estado “debe velar por la
adecuada prestación de los servicios públicos y evitar prácticas ruinosas que
tras una efímera ventaja económica para el consumidor o la consumidora se
revelan, a la larga, contrarias al interés general”.
En
el decreto, el Gobierno dice que realizó “un análisis de los balances
presentados y se concluyó que el resultado económico de todas las empresas es
negativo”. Según indicó, “los ingresos de la actividad aeronáutica no alcanzan
a cubrir los costos directos e indirectos de la misma, desde hace varios años,
como resultado de la fijación de tarifas predatorias, que llevaron al colapso
del sistema”.
Sin
embargo, las empresas nunca criticaron esta política, sino que pidieron bajar
la presión tributaria, tener más previsibilidad y que haya más competencia para
operar en el mercado argentino.
Turismo
La
actividad turística tuvo otro impacto inesperado el año pasado. Si bien el
programa Previaje ayudó a reactivar la industria tras la peor crisis de su
historia, la medida del BCRA que prohibió la venta de pasajes internacionales
en cuotas horas antes de que comenzara el día de promociones del Black Friday
fue un golpe duro para las empresas.
La
respuesta de la Federación Argentina de Asociaciones de Empresas de Viajes y
Turismo (Faevyt) no tardó en llegar. “Una vez más, ante la incapacidad de
generar medidas serias, las mismas decisiones de siempre tomadas de forma
inconsulta y, claramente, como un parche que no hará más que perjudicar a la
industria turística, motor de la economía argentina, y a los ciudadanos que
quieren o deben viajar”, indicó en un comunicado.
Para
calmar las tensiones, el ministrodeTurismo,MatíasLammnes, convocó a una reunión
a todas las cámaras empresariales que agrupan al sector, pero el resultado fue
peor.
El
Foro Argentino de Consultores y Empresas de Viaje dijo que de parte del
Gobierno “no hubo registro del estado crítico del sector”.
El
Gobierno mencionó la falta de dólares para justificar la medida y dijo que no
se podía permitir que la compra de pasajes se financie “en pesos, a tasa fija,
porque estaríamos dando un subsidio a un sector de la población que no lo
requiere”, según Cecilia Todesca.
Prepagas, obras sociales y
prestadoras de salud
La
inflación mensual arriba del 3% durante casi todos los meses del año tensionó
las cadenas de pago de los sectores regulados; es decir, de aquellos que
necesitan el visto bueno del Gobierno para aumentar sus ingresos. En los
últimos días, esta problemática se vio con nitidez en el sector de la salud.
Tanto
las empresas prepagas y obras sociales como las prestadoras de salud
coincidieron en que no les alcanzan los ingresos para mantener la calidad del
servicio. Esto se ve reflejado en la cantidad de profesionales que deciden
dejar las cartillas médicas para atender
El
Previaje impulsó el turismo, pero las bandas de precios atacan a las low cost
El
Gobierno prohibió los copagos, pero se siguen cobrando en el interior
El
sector de telefonía e internet funciona a base de cautelares en la Justicia
de
manera independiente.
Si
bien el Ministerio de Salud evitó que las prestadoras oficialicen el cobro de
un 9% de copago, en la práctica, el cargo se aplica y sobre todo en el interior
del país.
“Los
representantes de la Federación Argentina de Prestadores de Salud (FAPS)
informaron una vez más a las autoridades nacionales la crítica situación
económica de las empresas del sector prestador y la necesidad de implementar
medidas de fondo que permitan sortear esta situación y construir las bases para
un sistema sostenible”, dijo la cámara en un comunicado. “Las decisiones
formales adoptadas por la Superintendencia de Servicios de Salud son medidas
artificiales que profundizan los problemas y no afrontan la realidad”,
indicaron en la Unión Argentina de Salud (UAS).
Internet, telefonía y
televisión
El
sector de las telecomunicaciones fue el primero en verse impacto por una medida
inesperada. Pocos días después de que el Gobierno anunciar el fin de la
reestructuración de la deuda extranjera con privados, en agosto de 2020, el
Presidente sorprendió al declarar a esta industria como regulada a través de un
DNU. Esto significó que los aumentos tarifarios comenzaban a estar autorizados
por el Enacom.
Desde
entonces, las distintas empresas del sector empezaron a transitar por la
Justicia para suspender la aplicación del decreto. Este camino lo siguieron las
grandes empresas como Telecom, Telefónica, Telecentro y DirecTV. Al estar
agrupadas en la Asociación Argentina de Televisión por Cable (ATVC), que agrupa
a 500 operadores, también están alcanzadas por la cautelar que les permite
establecer sus precios con libertad, más allá de las resoluciones del Enacom.ß
|