Por Juan Gasalla - Las reservas llegan al
cierre del año con lo justo, aún con un calendario de vencimientos de deuda
accesible, amplio superávit comercial y una salida de divisas por
turismo modesta por las medidas contra la pandemia del COVID-19.
El
23 de agosto, el arribo de una ampliación de los Derechos Especiales de
Giro (DEG) que el Fondo Monetario Internacional distribuye entre los
países miembros, le aportaron una inyección de USD 4.334 millones a
las reservas internacionales del Banco Central. Así, las reservas brutas
superaron los USD 46.000 millones por primera vez desde octubre de 2019.
Pero
la última semana de agosto también significó un punto de
inflexión para las reservas, pues una alta demanda por importaciones
combinada con una merma estacional en los ingresos por exportaciones del
agro, obligó al BCRA a efectuar ventas en la mayor parte de las
ruedas en el mercado de cambios para apuntalar la oferta y contener una
suba más acelerada del dólar oficial. La entidad se encamina a cerrar el 2021
con activos internacionales debajo de 40.000 millones de dólares.
El
BCRA finalizaría el 2021 con importantes compras netas en el mercado
mayorista sobre los USD 5.000 millones, aunque en los últimos cuatro meses
del año el saldo fue negativo en unos 2.000 millones de dólares.
El “estrés” sobre
las reservas se produce porque el refuerzo para los activos provino de un
préstamo -los DEG del Fondo-, pero la entidad utilizó dólares líquidos para
intervenir en el mercado de contado y otros USD 2.500 millones para actuar
en la Bolsa, donde sacrificó divisas para comprar bonos e influir en la baja
del tipo de cambio implícito del MEP y el “contado con liquidación”.
También
presionaron a las reservas los pagos de deuda publica. Este miércoles 22
de diciembre el Central canceló un vencimiento con el FMI por USD 1.900
millones, que consumió el refuerzo de DEG que se inyectó cuatro meses atrás.
Por eso las reservas del BCRA están otra vez cerca de sus mínimos del año
y casi en el mismo nivel de diciembre de 2016, mientras que las reservas
estrictamente líquidas -las que se utilizan para intervenir el mercado, están
acercándose “a cero”.
Un
informe del Grupo de Estudios de la Realidad Económica y Social (GERES) en base
al último balance del Banco Central señaló que al 15 de diciembre, las reservas
netas del BCRA se ubicaron en USD 5.581 millones, de las cuales solo USD
170 millones eran líquidas, mientras que otros USD 2.020 millones correspondieron
al remanente de Derechos Especiales de Giro (DEG) del FMI -utilizados este
miércoles 22-, y USD 3.390 millones a las tenencias de oro, mientras que las
reservas totales o brutas llegaron a 41.105 millones de dólares.
Amílcar
Collante, economista del CESUR (Centro de Estudios Económicos del Sur) explicó
a Infobae que “se produce la liquidación de la cosecha fina, pero
los vencimientos de deuda son bastante importantes para el primer
bimestre del año, además de lo que sigue. La posibilidad de un
fortalecimiento de las reservas creo que viene por el otro lado, capaz que
puede haber una devolución de los DEG, dependiente de lo que se negocie
con el Fondo. Vamos a ver resentirse a las reservas brutas del Banco Central ,
porque no veo un gran ingreso. Algunos hablan de USD 3.000 millones por el
trigo, pero es clave para esta liquidación cómo va a ir la dinámica del tipo de
cambio y la tasa de interés, que van a empezar a influir”.
“Según el Banco Central, va a empezar
a acelerar el crawling peg cerca de lo que es la tasa de
inflación. Eso es lógico y le va a dar un precio más alto a quien quiera
liquidar exportaciones. Pero si se empiezan a acelerar las
microdevaluaciones sin tener un horizonte de dónde se estabiliza o sin otro
anclaje -supongamos en un escenario donde no se cierra un acuerdo con el Fondo-
, ahí todos los exportadores van a esperar un poco para liquidar a un tipo de
cambio más alto. Y lo que compensa ese efecto es la tasa de interés -cuya suba
es un gran atractivo a liquidar antes- y no se está moviendo eso. Ahora, si
mueven la tasa de interés y se tiene una tasa un poco más alta, pese a que
aceleran el crawling peg, puede darse un incentivo a que se liquiden más
divisas”, evaluó Collante.
“Con
el tema turismo y vencimientos, creo acotado el margen que tiene el
Central para recomponer reservas. Ya hablando de marzo o abril, quizás es otro
cantar, pues deberíamos tener un anclaje de expectativas y números de
estimaciones de lo que será la cosecha gruesa y ahí si vienen bien los números,
claramente el Banco Central, ya cerrando un acuerdo con el Fondo, puede
tener un ingreso muy importante de divisas y estarán despejados los
vencimientos por dicho acuerdo con el FMI, con un perfil más acomodado de
pagos. Entonces, cada dólar que se liquide puede ser muy importante para
robustecer reservas”, pronosticó el economista de CESUR.
Para
los analistas de Portfolio Personal Inversiones, el bajo stock de reservas
internacionales “fuerza a las autoridades a ir administrando la tensión
entre mayor ajuste del ‘cepo‘ cambiario y ralentización la
actividad económica, a la espera de que un eventual acuerdo con el Fondo
que aclare el panorama. El reciente rechazo del Presupuesto del oficialismo en
la Cámara de Diputados hace pensar que el entendimiento con el organismo pueda
demorar su llegada, por lo que no debería sorprender que esta tensión se
intensifique durante el verano”.
En
este aspecto, resalta la fuerte contracción del volumen operado en el segmento
de contado (spot), que pasó de un elevado promedio de USD 800 millones en la
primera semana de diciembre a menos de USD 300 millones la última semana, un
desplome del 60 por ciento.
Joaquín
Marque, director UG Valores, precisó que “la negociación con el Fondo entra en
etapa de definiciones y el Gobierno debe definir cuánto cede frente a los
condicionamientos que el organismo le está solicitando. Existe la posibilidad
que al tener posturas tan lejanas entre el Gobierno y el Fondo, y como ninguna
de las partes quiera ser el culpable de llevar a la Argentina al default, se
avance con un acuerdo light, que permita no tener grandes cambios
en el manejo de la política económica”.
Para
Marque, “el mayor desafío que enfrenta el Gobierno es volver
rápidamente al sendero de acumulación sostenida de reservas para
robustecer el BCRA. Hay consenso entre los agentes económicos, de que el
Presupuesto enviado al Congreso, no tendrá ninguna relación con la realidad que
enfrentara la Argentina en 2022″.
“Los
dólares alternativos vienen bajando y la brecha cambiaria se viene reduciendo
levemente por aumento de la demanda de dinero -por aguinaldos, vacaciones y
pago de impuestos- que viene acompañada por una intervención reducida del BCRA.
Para acompañar dichos movimientos y poder sostenerlo en enero, cuando se
reduce la demanda de dinero, el BCRA deberá aumentar las tasas de interés,
para intentar llegar a la cosecha con menor volatilidad cambiaria”, anticipó el
experto de UG Valores.
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