Por Javier Blanco - El Gobierno le pidió el último viernes otros $95.000
millones al Banco Central (BCRA), dinero que fue enviado nuevamente en concepto
de adelantos transitorios (las utilidades ya las consumió) para enfrentar los
compromisos de gasto que fue asumiendo en las últimas semanas de cara a fin de
año. Fue tras avanzar en el pago de bonos para recomponer al menos
temporalmente los ingresos de jubilados, empleados públicos y beneficiarios de
distintos planes sociales corroídos por la inflación y los ajustes que ya había
dispuesto.
Se trata de la tercera asistencia que requirió en lo que va del mes, que
se suma a los $120.000 millones que había gestionado y obtenido el lunes 6 y a
los $130.000 millones demandados el viernes anterior. Esto eleva a $345.000
millones lo emitido en apenas 17 días, suma que representa unos $20.000
millones por jornada y que, de haber sido repartidos a cada habitante, hubieran
aportado $450 per cápita por día.
El 25º giro al Tesoro nacional en lo que va del año hace que la
asistencia por vía de la emisión monetaria se acerque a $1,8 billones ($1,788
billones, o 3,8 puntos en relación al PBI) por todo concepto, sumando a estos
préstamos las transferencias por utilidades contables de ejercicios anteriores
ya realizadas.
Es un alimento que aumenta la masa de circulante en momentos en que el
apetito genuino por los pesos sigue bajo y la situación patrimonial y de
reservas del BCRA es cada vez más frágil (ayer las reservas brutas quedaron
debajo de US$40.000 millones tras un nuevo pago al FMI).
Y explica, entre otras cosas, el camino ascendente que retomaron en los
últimos días los precios libres del dólar, que los deja a todos ya por encima
de los $200 ($200,50 el blue, $203 el MEP y $211 el CCL), y las elevadas
expectativas inflacionarias y devaluatorias que condicionan la economía.
Según el Relevamiento de Expectativas de Mercado del BCRA, las
expectativas de inflación subieron otros 3,2 puntos solo en el último mes, lo
que elevó el pronóstico para todo 2022 al 52,1%. A su vez, la demanda de
futuros cambiarios para marzo avala tasas de interés que ya rondan el 67% anual
para marzo.
La alta emisión es, en parte, resultante del denominado “plan platita”
que diseñó el Gobierno para enfrentar las últimas elecciones.
Pero no deja de aumentar porque en los últimos meses se amplió la brecha
entre ingresos ( 69,3% interanual en noviembre) y gastos ( 76% interanual) del
Estado, diferencia que alcanzaría un máximo este mes, ya que por efecto de la movilidad
jubilatoria, el medio aguinaldo y los bonos a empleados públicos y pasivos y
los aumentos en planes sociales, se estima que diciembre cierre con un déficit
cercano al 1% del PBI.
El nuevo giro es resultante de la capacidad de financiamiento que el
Gobierno se reinventó, al poner en marcha una maniobra contable que le permitió
dar tres usos a los DEG que aportó al país el FMI en agosto y recrear un margen
para que el BCRA siga emitiendo sin necesidad de retocar los límites que le
fija su carta orgánica.
El problema es que llegó a un nivel tal que está desafiando los límites
de la política de esterilización que aplica el BCRA. Ocurre que el total de la
deuda remunerada del Central (la denominada “bola de nieve”) va camino a
terminar el año arriba de los $4,5 billones, monto que lo obliga a su vez a
emitir a las tasa actuales unos $144.000 millones por mes. Esto equivale a
decir que por cada $10 pesos absorbidos se ve obligado a emitir nuevamente casi
$7.
“Emitir para financiar déficit fiscal y luego absorber la mayor parte de
la emisión con letras de liquidez (Leliq) y pases es un mecanismo insostenible
y perverso. Se ha llegado al extremo en que los intereses que el Central les
paga a los bancos por esa deuda ya son equivalentes a todos los salarios públicos
que paga el Estado nacional”, mostró días atrás un informe del Instituto para
el Desarrollo Social Argentino (Idesa).
Los analistas no se ponen de acuerdo sobre si con el nuevo giro las
necesidades que enfrenta el Tesoro para cerrar el año quedarán cubiertas. La
mayoría sospecha que, dada la aceleración que registra el gasto en los últimos
días, la semana que viene se le pediría al BCRA algún nuevo envío.