Por
Rafael Mathus Ruiz - El Fondo Monetario Internacional (FMI) dijo ayer que el
programa económico de Mauricio Macri, instrumentado tras haber acordado un
préstamo con el organismo por US$57.000 millones en 2018, fue “demasiado
frágil” para encauzar una economía con muchos problemas. Entre otros ejes,
destacó la existencia de un “espacio político limitado” para implementar
reformas estructurales y el rechazo de la administración macrista a
reestructurar la deuda y restaurar el control de capitales para fortalecer el
plan. Son algunas de las conclusiones del informe Evaluación Ex-Post del FMI,
considerado una “autopsia” sobre el fracaso del Acuerdo Stand-By gestionado por
la administración de Cambiemos.
Nicolás
Dujovne, ministro de Hacienda de Macri, justificó la estrategia en que el
acuerdo “se dio en una situación de excepcionalidad debido a la sequía, la suba
de tasas en EE.UU. y al elevado déficit heredado”, según expresó en Twitter.
El
Fondo Monetario Internacional (FMI) afirmó que el programa económico de
Mauricio Macri –que fue respaldado con el mayor préstamo en la historia del
organismo– tuvo una estrategia “demasiado frágil” para encarrilar una economía
plagada de problemas y fracasó por un cóctel explosivo de desaciertos, falta de
apoyo, restricciones y errores de diagnóstico, en el que sobresalen dos: un
“espacio político limitado” para implementar reformas estructurales y el
rechazo de la administración macrista a reestructurar la deuda y restaurar el
“cepo cambiario” para fortalecer el plan.
“En
última instancia, la estrategia del programa resultó demasiado frágil para los
desafíos estructurales profundamente arraigados y las realidades políticas de
la Argentina”, concluyó el Fondo.
Al
filo de la Navidad y antes de bajar la persiana hasta el próximo año, el FMI
finalmente develó su “autopsia” de la política económica del gobierno de
Cambiemos –ahora, Juntos por el Cambio– en un extenso informe de 132 páginas
que fue difundido tras ser aprobado por el directorio ejecutivo del organismo
en una reunión en Washington.
Ese
informe, llamado Evaluación Ex-Post, ofreció la primera explicación formal del
Fondo sobre los motivos que llevaron al fracaso del plan de Macri para
restaurar la estabilidad de la economía luego de la corrida cambiaria que se
desató a fines de abril de 2018.
Se
trata de un análisis que el Fondo Monetario realiza para los préstamos de
“acceso excepcional”, cuyo monto está por encima del límite normal al que puede
acceder un país, tal como ocurrió con el acuerdo stand-by (SBA, según sus
siglas en inglés) que obtuvo la administración macrista. El Fondo ya ha
realizado este tipo de evaluaciones para otros países que recibieron una
asistencia elevada, como Ucrania, Portugal, Grecia o Irlanda.
Ahora
defenestrado, el préstamo que recibió la Argentina en junio de 2018 fue el más
grande en la historia del organismo y tuvo entonces el apoyo del board,
controlado por las potencias del G-7. El programa original, de 50.000 millones
de dólares, se amplió unos meses después a 57.000 millones de dólares, de los
cuales el gobierno de Macri tomó alrededor de 44.000 millones.
Las
razones del fracaso del programa con el Fondo han sido motivo de fuerte debate
en la Argentina, y el informe, que el Fondo mantuvo en reserva hasta ayer, era
ampliamente esperado. El Frente de Todos fustigó con dureza la política de
endeudamiento y el ajuste aplicado por el macrismo, mientras que Juntos por el
Cambio culpó al kirchnerismo por la herencia recibida, y la falta de respaldo
político para encarrilar la economía.
Más
allá de esa discusión, lo cierto es que el plan nunca logró recuperar la
confianza de los mercados en el “gradualismo” –la gran apuesta inicial del FMI
y el gobierno de Macri–, y nunca frenó la estampida de inversores y ahorristas,
que se terminó por llevar puesto al dólar y, en última instancia, a Macri.
El
informe describe un programa frágil, agobiado por defectos, y a un gobierno
débil sin margen de acción en un contexto político adverso para enarbolar
soluciones.
“Las
líneas rojas de las autoridades se sumaron a las limitaciones en las
políticas”, indicó el trabajo. “Además, restaurar verdaderamente la confianza
hubiera requerido no solo mejorar las finanzas públicas, expandir la base de
exportaciones y abordar otros desafíos estructurales, sino también demostrar
que las reformas para estos fines serían duraderas, un desafío complejo dadas
la historia y la política económica de la Argentina”, agregó.
El
informe, realizado por el economista noruego Odd Per Brekk, el número dos del
Departamento del Asia y el Pacífico del Fondo, detalló una larga lista de motivos
que terminaron por aniquilar el SBA, y que han llevado al Fondo a insistir,
ahora, en que un pilar central para el éxito del nuevo programa que negocia el
ministro de Economía, Martín Guzmán, debe ser no solo que el plan sea del
Gobierno, sino que además cuente con un fuerte consenso político.
“En
particular, la apropiación debe entenderse en un sentido social más amplio,
especialmente cuando un gobierno tiene un apoyo político frágil”, remarcó el
Fondo.
Las claves del informe
Una
de las críticas sobresalientes del informe a la gestión macrista, bienvenida
por el Gobierno, apunta a una decisión central de la política económica del
gobierno de Cambiemos: apostar al ajuste fiscal y el control del dólar sin
reestructurar la deuda ni restaurar el “cepo cambiario”. La Argentina, sugiere
el informe de Brekk, debió renegociar con los acreedores y colocar controles de
capitales antes de las elecciones primarias de 2019, que marcaron un giro
político y desataron el último y más brutal azote de los mercados que terminó
de aniquilar el plan. Forzado por la realidad y sin más opciones, el gobierno
de Macri anunció ambas medidas luego de la derrota electoral.
“Se
entendió bien que el programa era de alto riesgo: desde el principio, se evaluó
que la deuda pública era “sostenible pero no con alta probabilidad”. Dada esta
evaluación, una operación de deuda temprana, combinada con la reintroducción de
medidas de gestión de los flujos de capital, podría haber generado un programa
más sólido”, indicó el informe del FMI.
“Es
importante destacar que las autoridades descartaron una operación de
endeudamiento y la reintroducción de medidas de gestión de flujos de capital, y
no hubo un ‘plan B’ acordado con las autoridades desde el principio”, agrega
luego el trabajo del staff del organismo.
Brekk
también dedicó un tramo de su análisis a la lucha contra la inflación, que bajó
mucho más lento de lo que habían anticipado el Fondo Monetario y el equipo
económico de Macri, liderado por Nicolás Dujovne, al frente del entonces
Ministerio de Hacienda, y por Guido Sandleris, en el Banco Central (BCrA).
Brekk indicó que las metas del plan fueron muy optimistas.
El
informe dejó en claro la hercúlea tarea que demandará enfriar los precios. La
tenaza que aplicó Sandleris, señaló el informe, tuvo “un efecto limitado sobre
la inflación”, y la política monetaria no fue lo suficientemente robusta para
“el desafío de la dolarización y la indexación extendida”. La inesperada
devaluación del peso jugó un “papel fundamental” por el traslado a los precios,
a lo que además se suma la inercia inflacionaria.
El
economista noruego también hizo hincapié en la decisión de esquivar reformas
estructurales, una estrategia que su informe revela que la administración de
Macri planeaba intentar poner en marcha luego de las elecciones generales, con
la expectativa de un triunfo que finalmente nunca llegó.
“La
administración juzgó que apuntar a reformas estructurales extensas correría el
riesgo de convertir al programa en rehén de su frágil posición en el Congreso
–se esperaba que tales reformas se agregaran a la agenda política y al SBA
después de las elecciones generales– y no buscó construir una coalición más
amplia en apoyo de las reformas o el programa en general”, indica el trabajo.
Las
elecciones primarias de agosto de 2019 propinaron el golpe mortal a un programa
que el informe de Brekk deja en claro que nunca logró hacer pie. “En la
práctica, esto marcó el final del programa, con solo cuatro de las doce
revisiones previstas completadas”, señaló el economista noruego en una de las
conclusiones más salientes.
|