Tras la derrota legislativa del Gobierno argentino luego del rechazo del
proyecto de Presupuesto 2022, los analistas opinan sobre el futuro de la economía
nacional en la recta final del año.
Los
especialistas e inversores siguen de cerca las lentas negociaciones para
reestructurar deuda por unos 45.000 millones de dólares con el FMI, en medio de una inflación anual
superior al 50% y férreos controles cambiarios.
Los mercados financieros
tendrán cuatro rondas de negocios, ya que el viernes habrá inactividad por
recomendación del banco central (BCRA) en víspera de la Navidad, en una semana
donde no se descarta alguna alza en la tasa de referencia
de la autoridad monetaria.
"No es una buena señal que el presupuesto no se haya
aprobado", afirmó Ricardo Delgado, economista de la consultora Analytica.
"El rechazo (del presupuesto) de Diputados puede implicar un giro
contraproducente de cara al acuerdo del FMI. Sobre las tasas, las razones
macroeconómicas para el aumento abarcan mayores incentivos para adelantar
exportaciones para el complejo agroexportador y mayores tasas de interés reales
para los depósitos en el sistema financiero", acotó la consultora Delphos
Investment.
"En sí mismo, el presupuesto tiene cada vez menos relevancia macro
porque desde hace años se tiende a subestimar los ingresos y gastos para poder
asignar los 'inesperados' ingresos de manera discrecional", dijo Roberto
Geretto, de Fundcorp.
"Cuando los precios se normalicen, la inflación retornará por
encima del 3% mensual, a lo que se sumará la fuerte emisión monetaria que
todavía no estamos viendo en precios, sino que se reflejará recién en los
primeros meses de 2022. Dentro de este contexto, para diciembre, apuntamos a un
guarismo del 3,4% a 3,5%, para cerrar el año con un piso del 50%", dijo
Emiliano Anselmi, analista de Portfolio Personal Inversiones.
"Ante el temprano desvío respecto de la meta oficial (29%) y los
peligros de un mayor deterioro del poder de compra ante la aceleración
inflacionaria en un contexto de año electoral, el banco central respondió
modificando su estrategia cambiaria y transformó al tipo de cambio oficial en
la principal ancla nominal de la economía para intentar contener la escalada de
los precios", sostuvo la consultora Ecolatina.
"La convergencia inflacionaria será uno de los eventos más
importantes en 2022, ya que los bancos centrales, principalmente los de países
desarrollados, cambiaron su postura frente a la temporalidad de la
inflación", prevé la correduría Balanz.
"En 2022-23, se espera que la economía enfrente vientos en contra
debido a la acumulación de desequilibrios macroeconómicos y financieros
(inflación muy alta y arraigada y presiones cambiarias crecientes impulsadas en
parte por la monetización recurrente de grandes déficits fiscales) y micro
distorsiones crecientes y asignación ineficiente de recursos", estimó
Goldman Sachs en un informe.
"Agregó que "el stock de reservas internacionales netas
utilizables se está agotando peligrosamente, pero hay pocos indicios de que la
política monetaria, cambiaria y de tipos de interés se desplazará hacia una
senda más convencional".
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