Por
Rafael Mathus Ruiz y Francisco Jueguen - El Gobierno avanza hacia un nuevo
acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) sin que este año vaya a
haber una definición sobre uno de sus principales reclamos al organismo: la
suspensión de los sobrecargos a la tasa de interés que paga la Argentina.
El
board del Fondo volvió a discutir ayer en Washington el pedido de la Argentina,
que surgió a principios de este año desde el cristinismo y al cual el
presidente Alberto Fernández llegó a elevar como una condición sine qua non
para cerrar un nuevo acuerdo y refinanciar la deuda por unos US$45.000 millones
que tomó el gobierno de Mauricio Macri. Pero el reclamo sigue sin respuesta ya
que, según pudo saber la nacion, solo se planteó la necesidad de seguir
discutiéndolo. El Fondo no respondió una consulta sobre la reunión del board.
Sin
una definición, el Gobierno da pasos hacia un nuevo programa con el Fondo sin
haber conseguido una respuesta favorable respecto de los dos reclamos que
planteó el Frente de Todos: un plazo para pagar la deuda de 20 años –el
programa que negocia Martín Guzmán es de diez años– y la eliminación de los
sobrecargos, que en Economía estiman le cuestan al país más de US$1000 millones
anuales.
El
Directorio Ejecutivo evaluará el próximo miércoles 22 el informe del staff
sobre el acuerdo stand-by otorgado al gobierno de Macri en 2018. Pese a la
falta de avances respecto de los sobrecargos, en el Gobierno mantienen latente
la expectativa. En el Ministerio de Economía remarcaron que la reunión del
Directorio del Fondo tuvo como objetivo una revisión interna de los “balances
precautorios”, una reserva que el organismo mantiene para administrar el riesgo
financiero inherente a su mandato de asistir a países en crisis. La discusión
final por los sobrecargos, remarcaron, quedó para más adelante.
La
política de cobrar un sobrecargo a la tasa de interés para los préstamos de
“acceso excepcional”, como el que obtuvo el gobierno de Macri, integra el menú
que sigue el Fondo para resguardar sus recursos y está diseñada para desalentar
el uso prolongado o excesivo de sus líneas de crédito. Este fue, de hecho, el
argumento que utilizó la directora Gerente, Kristalina Georgieva, cada vez que
respondió sobre el reclamo argentino.
A
principios de octubre, la agencia Bloomberg informó que el board había rechazado
la suspensión de los sobrecargos en una reunión informal. El Gobierno desmintió
rápidamente que el reclamo argentino hubiera naufragado. Fuentes cercanas
indicaron en ese momento a la nacion que el Fondo aún no había tomado una
decisión final, aunque a la vez admitieron divisiones entre los miembros del
organismo: un grupo de directores se mostró proclive a respaldar la idea
apuntalada por el Gobierno, pero otros, no. Las fuentes hablaron de un “apoyo
incremental importante”. Las decisiones del board suelen tomarse por consenso.ß
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