Por
Juan Martín Melo - El ministro de Agricultura Julián Domínguez encabezará hoy
desde las 18hs, en la sede de la cartera agropecuaria, un nuevo encuentro con
la dirigencia del campo que integra la Mesa de Enlace. Allí se definirá el
nuevo esquema de exportación de carne vacuna para el año próximo.
Está
asegurado que la intervención oficial continuará, con una suerte de
flexibilización en los envíos, lo que da por tierra el anhelo del campo de que
se produzca una liberación total.
En
representación de los productores agropecuarios asistirán a la reunión de hoy,
el presidente de Confederaciones Rurales Argentinas, Jorge Chemes; el
presidente de la Federación Agraria Argentina, Carlos Achetoni; el
presidente de la Sociedad Rural Argentina, Nicolás Pino, y el
Vicepresidente de Coninagro, Elbio Laucirica, quien seguirá relacionado
con la Mesa de enlace y sus reuniones con el Gobierno, más allá de
que Carlos Iannizzotto regresó a la presidencia de la entidad luego
de participar en las últimas elecciones legislativas como candidato a diputado
nacional.
Tras
las negociaciones con los técnicos de las entidades durante el último martes,
según comentaron diferentes fuentes del sector privado a este medio, el
Gobierno anunciará que el año próximo liberará el sistema de cuotificación de
exportaciones para aquellos cortes vacunos que no están relacionados con el
mercado interno, mantendrá la prohibición de exportar los 7 cortes populares,
entre ellos el asado, al matambre y el vacío, y seguirán sus restricciones las
cuotas arancelarias.
En
relación a las liberaciones, las mismas contemplarían a la categoría D y E de
la vaca con destino a China, y otros cortes de la vaca como el garrón y el
brazuelo. También se liberaría la exportación de carne kosher a Israel, que
actualmente se encuentra cuotificada. En la reunión de hoy se definirá el caso
de la vaca gorda, que contiene cortes parrilleros, y el novillo Hilton. Por
otro lado, se avanzaría con la creación de un Registro de Operadores de Exportación
y de un Consejo Consultivo, encabezado por el ministro Domínguez, para realizar
un seguimiento del funcionamiento de la cadena de ganados y carnes.
Los integrantes de la Mesa
de Enlace.
En
ese sentido, en marzo del año próximo se realizará una revisión del
esquema de exportación cuando se puedan determinar los números finales de stock
vacuno. Más allá que en la reunión de técnicos de Agricultura y de la Mesa
de Enlace “convalidaron la metodología establecida mediante Resolución 105 con
fecha octubre del 2019 para el registro pecuario, que reafirma que al día de la
fecha el stock de ganado bovino es de 53,5 millones cabezas”, hay diferencias
desde el sector privado con estas estadísticas, que se ubicarían en 53,9
millones de cabezas.
Si
bien las medidas que finalmente anuncie esta tarde el ministro Julián Domínguez
serán diferentes a lo planteado por la dirigencia del campo, que viene
reclamando la reapertura total de las exportaciones, para muchos el escenario
es muy diferente al de semanas atrás cuando el Secretario de Comercio
Interior, Roberto Feletti, habló de la posibilidad de aumentar las
retenciones y desacoplar los precios internacionales de los valores de los
alimentos en el mercado interno.
Ayer
por la mañana, en el seno de Confederaciones Rurales Argentinas, una de las
entidades de la Comisión de Enlace, los integrantes de su Mesa directiva
plantearon al presidente Chemes que la postura que hay que llevar a la reunión
es de insistir con el reclamo de eliminar todo tipo de restricciones a la exportación
de carne, como así también frenar la intervención en los mercados de maíz y
trigo, donde ambos cultivos aportarán en la presente campaña agrícola una
cosecha histórica.
Pronunciamiento
En
este contexto, los integrantes de la Mesa de Enlace de Córdoba rechazaron
ayer de plano la continuidad de la intervención en el mercado cárnico y pidió
la liberación total de las exportaciones. En un comunicado, señalaron que
“desde la producción leemos con preocupación los lineamientos que, sin consulta
previa, se pretenden establecer para un supuesto plan ganadero. Sin embargo,
todo plan ganadero necesita que las ventas externas estén abiertas y sin cuotas
de ningún tipo. Asimismo, no será posible alcanzar mayor producción de carne
cuando se limita la demanda cerrando o cuotificando las exportaciones”.
Los
titulares de la Mesa de Enlace provincial entienden que los argumentos del
Gobierno para cuidar la mesa de los argentinos “son insostenibles”, al
asegurar que la exportación no es la responsable de la suba de precios al
consumidor, sino que eso es producto “del desmanejo económico y la
inflación” de la cual el Poder Ejecutivo es responsable, es especial, de la
erosión de los ingresos de la población, destacó el escrito. A lo que hay que
agregar, que en todo este tiempo el campo cuestionó la alta carga impositiva
que impacta en el precio final de los alimentos, que en el caso de la carne
llega a casi el 30 por ciento.
“Hay que dejar de hablar con eufemismos como
‘administrar la demanda’. En vez, el gobierno tendría que empezar a ocuparse de
controlar la inflación, sin buscar chivos expiatorios. Por eso, reclamamos
desarmar todas estas intervenciones nocivas que ocasionan importantes daños a
la producción y a los consumidores. Solo así defenderemos la mesa de los argentinos,
el trabajo digno y la producción”, agregó la dirigencia.
Párrafo
aparte tuvo el caso de la intervención indirecta o informal denunciada por los
ruralistas de los mercados de trigo y maíz, por lo que también reclamaron el
cese definitivo de la misma. “Los mercados deben funcionar sin trabas, en el
que los compradores compitan libremente por los granos, sin acuerdos espurios
ni órdenes por debajo de la mesa, sin cartelizaciones”, concluyó el escrito.
Propuesta
Por
su parte, en las últimas horas un sector de la comercialización alcanzó al
Gobierno una propuesta para lograr una coexistencia entre la exportación y el
mercado interno de la carne. Es por eso que la Cámara de Matarifes y
Abastecedores (Camya) presentó a Domínguez un “Programa de Armonización del
Consumo y Exportación de Carnes” por los próximos cuatro años.
El
plan diseñado por la cámara empresaria contempla el diseño de “sistemas de
exportación” ligados a parámetros de abastecimiento interno. Esto quiere
decir que, a modo de ejemplo, por cada un kilo de carne que se envíe al
exterior, 3 kilos deberán ser volcadas al mercado interno, “ya que exportar un
25% de la faena global es un parámetro histórico de equilibrio, aunque la
definición de la proporción definitiva surgirá de los correspondientes estudios
técnicos”.
Asimismo, plantean
la creación de Certificados de Crédito Exportador (CCE) para aquellas
matrículas habilitadas para realizar envíos al exterior, los cuales pueden ser
transferibles desde plantas de consumo que abastezcan al mercado interno a
exportadores. Estos certificados tendrán validez durante seis meses, mientras
que una vez vencidos se redistribuirán proporcionalmente entre las matriculas
habilitadas que hayan exportado al efecto de no limitar las exportaciones
globales.
Entre
los resultados buscados por la iniciativa, Camya destacó que la misma “preserva
el abastecimiento interno manteniendo un equilibrio natural entre la
exportación y el consumo con pautas predecibles y estables manteniendo el libre
juego de la oferta y la demanda en el marco de estas regulaciones” y que al
mantenerse anualmente la proporción consumo- exportación “se establecen reglas
estables para un mejor funcionamiento comercial”.
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