El
ministro Martín Guzmán comenzará el próximo lunes su peregrinación por el
Congreso para conseguir la aprobación del presupuesto 2022, luego de haber
recibido cierta bendición dentro del Frente de Todos para avanzar en el acuerdo
con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Por
Martín Kanenguiser - Fuentes oficiales indicaron a Infobae que se
prevé que el titular del Palacio de Hacienda se presente el 13 de diciembre a
las 11 en un plenario de la cámara de Diputados, que comenzará a debatir el
proyecto que debería marcar las pautas económicas del año próximo, aunque pocas
veces se cumpla.
La
prueba más cabal de estos desvíos es la proyección del nivel de precios, que
arrancó en 29% y trepó al 45% para este año, pero superaría el 50 por ciento;
otro tanto ocurriría con la pauta del año próximo, del 33%, que para los
analistas repetirá otro 50 por ciento.
A
diferencia de la artillería que recibió desde el bloque oficialista antes de
las elecciones, ahora Guzmán llegará al parlamento con el consenso preliminar
que alcanzó el lunes último en el despacho del presidente de la cámara de
Diputados, Sergio Massa.
Allí,
en un almuerzo con salmón y ensalada, Guzmán fue recibido por el anfitrión
junto con el presidente de la comisión de presupuesto de la cámara Baja, Carlos
Heller; el presidente del bloque oficialista en Diputados, Máximo Kirchner; su
par del Senado, José Mayans, y la senadora Anabella Fernández Sagasti.
El
ministro les explicó los lineamientos del presupuesto 2022 y del plan
“plurianual” que debería surgir de la misión técnica que voló a Washington para
negociar con Julie Kozack y Luis Cubeddu, entre otros
funcionarios del Fondo.
Los
funcionarios de Economía y el Banco Central, que fueron conducidos en la
capital norteamericana por el representante argentino ante el
Fondo, Sergio Chodos, aterrizarán en Buenos Aires este fin de semana para
informarle a Guzmán acerca de los resultados de esta ronda, considerada
satisfactoria en términos políticos, pero sin conclusiones tajantes en materia
técnica.
De
este diálogo podrían surgir modificaciones en el presupuesto y en el plan
plurianual, admitieron las fuentes oficiales.
Como
expresó días atrás la directora gerente del organismo, Kristalina
Georgieva, al acuerdo todavía le restan muchos pasos antes de cristalizarse.
‘Wado’ llegó para el postre
El
tono del encuentro en Diputados fue amable, luego de la procesión que el ministro
hizo días antes al despacho de la vicepresidente Cristina Kirchner. De
hecho, para el momento del postre del almuerzo en el despacho de Massa se sumó
el más cristina de los ministros, el titular de la cartera de
Interior, Eduardo ‘Wado’ de Pedro.
“Frugal,
productivo y sustentable” fueron las palabras utilizadas para describir
este encuentro desde el Poder Ejecutivo.
Si
algo acercó las posiciones dentro del oficialismo en torno del acuerdo con el
FMI no fue tanto la comunión de ideas sino el temor a un escenario financiero
más complejo, luego del salto cambiario y de la importante salida de depósitos
minoristas de las últimas semanas.
Guzmán
en particular y el Gobierno en general corren contra reloj por los fuertes
vencimientos con el Fondo; el próximo antes de fin de este mes, por unos USD
1900 millones, que se pagarán con los derechos especiales de giro (DEGs) que
recibió el país del organismo multilateral en agosto último.
Esa
misma semana, el Gobierno recibirá un “mimo” simbólico, ya que el directorio que
conduce Georgieva debatirá el informe ex post sobre el crédito otorgado al
gobierno de Mauricio Macri, que sin embargo no incluye ninguno de los
adjetivos que le hubieran gustado escuchar al Frente de Todos y que forman
parte de los procesos habituales del organismo cuando otorga un préstamo con
una cifra excepcional.
Superada
ya la etapa testimonial en la que el Gobierno se dedicó a priorizar los
reclamos “gremiales” al Fondo a viva voz acerca de la tasa de interés y el
plazo de repago, en Buenos Aires entendieron que solo se podrá avanzar si
discuten en forma minuciosa el “plan económico” que los países del G7 y la
propia Georgieva le han pedido en numerosas oportunidades.
El
propio encargado de la administración Biden para la región, Juan
González, se expresó en este sentido en el seminario de Eurasia Group,
cuando dijo que, si el Gobierno presenta un programa, tendrá apoyo, aunque
todavía resta saber si esta postura diplomática es compartida por el actor más
relevante en Washington en esta materia, el Departamento del Tesoro que
conduce Janet Yellen.
En
el encuentro virtual de Eurasia, el presidente Alberto Fernández, ratificó su voluntad de llegar a un acuerdo y esta decisión generó
una sensación levemente positiva entre los asistentes.
Sin
embargo, al mismo tiempo, confirmaron la percepción de que no hay mayores
diferencias conceptuales entre las ideas económicas del presidente y la vice,
pese a los buenos deseos de algunos analistas privados que pretenden
inmunizarlo con una imagen más moderada y reformista.
En
este sentido, la duda en Washington y Nueva York es si el presidente podrá
mostrar un programa “suficientemente potable para que un FMI que se muestra muy
flexible” le apruebe la refinanciación de la deuda en el plazo de 10 años que
pretende el Gobierno, según un observador internacional.
“La
voluntad de Washington está, pero cualquiera le va a pedir un plan algo
consistente y razonable y todavía no se sabe si podrán presentarlo”, acotó el
ejecutivo.
Hasta
entonces ante el mercado el Gobierno no gozará del beneficio de la duda, tal
como se refleja en el alto riesgo país y en el temor de un potencial nuevo
default con los bonistas cuando comiencen los fuertes vencimientos desde 2024.
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