Por
Javier Blanco - La minicorrida de depósitos en dólares desatada la semana
pasada no se detuvo, pero resignó buena parte del empuje mostrado entre el
lunes y el martes pasado, cuando los ahorristas privados retiraron de los
bancos US$394 millones (2,55% del stock total) en apenas 48 horas.
Así
lo aseguraron a la nacion en distintas entidades bancarias consultadas y
corroboran incluso los últimos números oficiales al mostrar una fuerte
desaceleración en la salida, que había promediado los US$197 millones entonces,
y cayó a US$53 millones el miércoles 1° de diciembre y US$42 millones el jueves
2.
“De
allí en más, el goteo se hizo cada vez más lento. Creemos que esta semana la
situación se estabilizará dado un mejor clima en el mercado, mientras no nos
sorprendan con alguna otra medida”, explicó un ejecutivo de un banco privado
líder. “Sigue habiendo retiros, pero hoy ya fueron muy pocos. Nada que ver con
el arranque de la semana pasada”, coincidieron en otra entidad.
La
sensación es que el goteo se terminará de frenar esta semana, y dará paso al
tradicional repunte coyuntural que suelen mostrar esas colocaciones en las
semanas finales del año con fines de elusión fiscal, aunque el criterio se
modificó este año.
Por
lo pronto, para mantener la red bien abastecida, el BCRA entregó ayer US$102
millones a las entidades, cifra similar a la que demandaron el pasado lunes.
Así buscan evitar que se pueda generar alguna incertidumbre extra si faltara
liquidez en alguna sucursal, en especial, ante el feriado de mitad de semana.
Para
los analistas, el brote de desconfianza se generó por “un error de comunicación
del BCRA” tras la catarata de medidas dispuestas el 25/10. Aluden en especial a
la norma que dejó en posición neutra la tenencia de dólares de los bancos y
obligó a algunos de ellos a reacomodar activos y pasivos en esa moneda. “Fue lo
que gatilló una fuerte salida a pesar de que la posición de los bancos está muy
sólida: de cada U$S100 depositados, US$80 están líquidos y los otros U$S20,
prestados a exportadores”, explicó el economista y consultor Fernando Marull
(FMyA).
Entre
los grandes perjudicados por el drenaje están las reservas brutas del BCRA, que
tienen en los elevados encajes prudenciales (de unos US$11.000 millones) uno de
sus grandes componentes (explican el 27% de ellas). Esta tenencia cerró ayer en
US$41.299 millones, con una merma de apenas 13 millones en el día, pero de
US$250 millones en las primeras cuatro ruedas del mes, que en buena medida se
explica por ese drenaje
El
goteo de depósitos en dólares se había iniciado tímidamente meses atrás, apenas
tomó calor la campaña electoral. Fue cuando el stock total de estas
colocaciones puso fin a una seguidilla de siete meses en alza, al caer en US$69
millones en septiembre y US$230 millones durante octubre.
Esos
retiros precautorios tendieron a acelerarse algo en la semana previa a la
elección general, cuando dejaron el sistema US$298 millones. Pero en los días
siguientes la situación se calmó al punto que apenas salieron US$38 millones en
las ocho jornadas que siguieron al comicio y precedieron el jueves del anuncio
de nuevos ajustes al cepo.
El
efecto revulsivo, al tender a confirmar la fragilidad de las reservas, generó
que en las tres jornadas finales del mes dejaran los bancos US$410 millones,
con lo que el sistema cerró noviembre resignando la administración de unos
US$756 millones (5% del stock total) básicamente por retiros de los minoristas,
ya que los depósitos mayoristas (de empresas o grandes depositantes y que
representan el 20% del stock total) se mantuvieron estables.ß
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