Por
Luis Beldi - La primera
medida que tomó el Gobierno en el lunes post-electoral fue poner más cepo al mercado de dólares financieros que está bajo su control.
Si bien el límite de semanal de negocios de USD 50.000 nominales (alrededor de
USD 16.000 en efectivo) se mantiene, cambiaron la forma de calcularlo y ya no
es un valor neto semanal porque prohíben hacer más de una operación. Hasta ese
momento, un inversor podía comprar y vender en la semana haciendo el parking
para tomar ganancias en dólares. Ahora limita esas operaciones y por supuesto
hará que la demanda de AL30D, sea menor. Este bono lo utiliza el BCRA para
regular al mercado cambiario.
De
hecho, las operaciones en esta plaza de dólar MEP bajaron casi a la mitad y,
con una leve intervención del Banco Central sobre el final de la rueda, el
monto de negocios fue de USD 17,7 millones contra USD 31 millones del viernes
pasado. De esta manera, el dólar MEP cerró $ 4,70 arriba a $ 188,78. Que el
BCRA dejara subir 2,6%el dólar que controla pareció una buena señal de querer
unificar el MEP regulado con el libre. El mercado asoció esta política a una
pronta negociación con el FMI que no permite el desdoblamiento cambiario.
La
resolución de la Comisión Nacional de Valores (CNV), que vino sobre el cierre
de la rueda, dio por tierra con esas expectativas. Los controles siguen siendo
la única herramienta para controlar el valor del dólar y la inflación.
Otro
dato, que no se tomó en cuenta, fue la reducción del mercado porque hasta fin
de mes, los bancos tienen prohibido aumentar sus tenencias en dólares. La
ausencia de ellos es un dato importante.
En
el mercado del GD30, donde no hay regulaciones tan estrictas, el MEP bajó 90
centavos a 197,6 (-0,45%). El contado con liquidación fue el más afectado y
cedió $ 7,50 a $ 208,13 (-4%). Pero la novedad vino del lado del dólar
mayorista que aumentó 6 centavos a $ 100,20 para dar una señal de que el
anclaje no solo esta vigente, sino que es más estricto que antes de las elecciones
porque esta devaluación, contando los días del fin de semana, equivale a 2
centavos diarios, contra 4 centavos de la semana pasada. Pero todo tiene un
precio y el Banco Central debió vender USD 35 millones en esta plaza y las
reservas bajaron USD 85 millones a 42.522 millones porque debe retornar el
préstamo temporario al Banco de Basilea, además de soportar una caída del euro
y de la libra esterlina por la revaluación del dólar en el mundo.
El
dólar libre o “blue”, cedió 50 centavos a $ 199,50 porque hubo presión
vendedora de los sobrecomprados y temor a que se haya diluido la fuerza de la
divisa por las fuertes coberturas en la semana previa a las elecciones. El
mercado tenía en su poder más dólares de los que podía soportar. Había
sacrificado posiciones en pesos que necesitaban para cubrir distintas
necesidades, a cuenta de una suba futura de la divisa.
Otra
intervención importante fue la que hizo en el mercado de futuros del dólar para
reforzar el anclaje. Aunque no tiene resto, porque consumió buena parte de los
USD 6.500 millones que el FMI le autoriza para este tipo de regulaciones, se
hizo vendedor en los meses clave que tenían incorporados en sus precios tasas
muy elevadas. El contrato de noviembre cedió 1% a $ 101,11. Pero el de
diciembre bajó 1,73% a $ 105,30 y el de enero 2,45%, a $ 111,88.
Los
bonos atados al dólar (dollar linked), sensibles a lo que sucede en
esta plaza, bajaron más de 1% porque además había una exagerada cobertura en
estos papeles. De hecho, hubo un pase hacia los bonos indexados por el
costo de vida porque apuestan a que la inflación será más elevada que la
devaluación. Por eso los Boncer que vencen en 2022 aumentaron 1% y los TX23,
1,07%.
Los
bonos de la deuda que estaban en un precio muy bajo y de oportunidad, tuvieron
alzas y bajas pero los papeles más importantes terminaron con subas de poco más
de 1% e hicieron bajar al riesgo país 65 unidades (-3,7%) a 1.683 puntos
básicos. Los compradores se juegan a lograr ganancias importantes con
estos papeles desarbitrados si hay arreglo con el FMI.
El
parámetro que trajo más desconfianza sobre lo que vendrá, lo dieron los activos
de riesgo. En la Bolsa, donde se operaron $ 2.346 millones, el S&P Merval,
el índice de las acciones líderes, perdió 2,06%. La caída es preocupante porque
fue con un elevado volumen y los papeles más afectados fueron los de los bancos
que tienen atadas las manos para las operaciones en dólares.
Para
muchos, la caída de los papeles de las entidades se debió a que estaban
revaluados frente al retorno de los bonos de la deuda y se hizo un ajuste entre
ambos. Las acciones más afectadas fueron las
de Edenor (-5,04%), Transener (-4,25%)
e YPF (-4,11%). Los
bancos BBVA y Galicia tuvieron caídas de más de 3%.
Los
ADR’s -certificados de tenencia de acciones que cotizan en las Bolsas de Nueva
York- tuvieron una mala rueda, pero con una baja de casi 40% de los negocios
respecto de la semana pasada porque se hicieron menos operaciones del dólar
contado con liquidación. Se operaron $ 2.835 millones contra $ 4.500 millones
del jueves pasado. Los certificados más afectados fueron los
de BBVA (-3,26%), Edenor (-3,17%)
y Globant (-2,66%). Lo mejor pasó por Central
Puerto ( 4,89%), MercadoLibre ( 2,26%) y Telecom Argentina ( 2,25%).
Lo
que sucedió y, va a suceder, son rounds de estudio. El mercado quiere ver en
que dirección avanzará el Gobierno y si efectivamente está decidido a cerrar a
corto plazo un acuerdo con el FMI. Para eso tienen que conocer el plan
económico que prometieron presentar.
La
foto de la primera rueda es mejor de la esperada. La película, deja abiertos
demasiados interrogantes sobre el destino del dólar y la capacidad del Central
de contenerlo si no hay prontas respuestas del FMI. De hecho, en la primera
rueda se endureció el cepo, se intervino en las plazas cambiarias y bajaron más
las reservas.
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